La Feria

Quién acercó empresas fantasma en Morena

Lo que más le conviene al proyecto anticorrupción de López Obrador es que se aclare quién metió a Morena en el embrollo de contratar servicios a proveedores que simularon operaciones.

El equipo de Andrés Manuel López Obrador es tan compacto y su proyecto ha sufrido tan pocos cambios a lo largo de los años que allá por 2006 Octavio Romero Oropeza, ya entonces exoficial mayor del gobierno capitalino de AMLO, era presentado en reuniones privadas como el inminente director de Petróleos Mexicanos. Por razones conocidas, no ocurrió en aquellos tiempos, pero llegado el triunfo en 2018 sobrevino ese nombramiento.

Esta anécdota subraya lo que todo mundo ha visto en estos dos años: la gente que está en puestos clave –tú no, Olga– del gobierno de Andrés Manuel lleva mucho tiempo en el entorno del tabasqueño. Y de entre ellos, pocos tan cercanos como Alejandro Esquer, su particular y quien fuera secretario de Finanzas en Morena.

Esquer es noticia de nueva cuenta. Lo fue en septiembre, cuando Jaime Cárdenas, entonces director del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado denunció que renunciaba porque tenía presiones para hacer cosas que no se ajustaban a las normas. Entre los que Cárdenas señaló por esas presiones estaba el particular de AMLO.

Ahora, el nombre de Alejandro Esquer ha surgido en la opinión pública porque en 2018, cuando fue secretario de Finanzas de Morena, contrató dos empresas para eventos proselitistas en Puebla, que han resultado ser empresas fantasma, según revela un reportaje del periodista Raúl Olmos (https://contralacorrupcion.mx/alejandro-esquer-contrato-empresas-fantasma-amlo/)

La investigación, dada a conocer ayer en El Universal, expone a las empresas Ligieri de México SA de CV y ENEC Estrategia de Negocios y Comercio SA de CV. La primera fue contratada para poner lo necesario para hacer 15 actos proselitistas de AMLO en Puebla, y la segunda colocaría 10 anuncios espectaculares en ese mismo estado.

El Partido Acción Nacional denunció en aquel entonces que las cotizaciones reportadas por Morena con respecto a los gastos por esos eventos de AMLO no eran los de mercado, sino más bajos, pero el INE desechó esa denuncia. Sin embargo, el mismo Instituto Nacional Electoral sí encontró irregularidades –inexistencia– en torno a los espectaculares pagados.

Esquer Verdugo firmó los contratos con las dos empresas, por un total de 894 mil pesos.

Una campaña electoral supone la compra de una cantidad considerable de productos, la contratación de múltiples servicios. Por tanto, ¿en Morena se les pudieron colar dos proveedores en Puebla que años después resultarían fantasma?

La respuesta tiene que tomar en cuenta, otra vez, la estructura hiperpiramidal del equipo de AMLO. Es creíble que el entonces candidato no se enterara de nada sobre esas contrataciones locales, pero Esquer es un hombre con fama de duro a la hora de tramitar cualquier cosa. Tan efectivo al cumplir los encargos de López Obrador como quisquilloso al negociar con quienes tiene contacto, sería una manera de describirlo.

El periodista Olmos buscó la versión de Esquer antes de publicar el reportaje, pero no obtuvo respuesta ni en la oficina del secretario particular ni en comunicación social de la Presidencia.

Para Esquer debe ser cosa de minutos dar con quien le hizo firmar contratos con esas empresas. Y lo que más le conviene al proyecto anticorrupción del presidente López Obrador es que se aclare con puntualidad quién metió a Morena en el embrollo de contratar servicios a proveedores que simularon operaciones.

Sin embargo, la primera respuesta al reportaje por parte del Presidente ha sido desafortunada: criticar al mensajero (ayer llamó "pasquín inmundo" a El Universal). Esas críticas no evitan la pregunta de fondo: quién le acercó empresas fantasmas a Esquer. Un equipo tan compacto seguro ya tiene claro qué pasó en esas transacciones. ¿Lo informarán al público?

COLUMNAS ANTERIORES

Sheinbaum y Consejo Mexicano de Negocios, ¿modelos incompatibles?
El sexenio del espionaje, que no de la transparencia

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.