La Feria

Mira mami, me dieron un premio

Salvador Camarena imagina la conversación que Jesús Seade habría sostenido con su mamá a propósito de la condecoración Miguel Hidalgo.

-Mira mami, me dieron un premio.

-¿A ti, Jesús? ¿Y eso?

-Sí, mami, a mí, tu hijo. Una condecoración. Es una cosa muy bonita, que otorga el gobierno de México.

-¿Cómo, el gobierno de México que lleva menos de dos años condecora a alguien del gobierno de México que lleva menos de dos años? Ay, hijo, no entiendo nada.

-Sí, mamá, mira, en su generosidad el señor Presidente decidió que yo debía ser homenajeado con la presea Miguel Hidalgo.

-Jesús, ¿cómo que sigues en el gobierno? Pero si hace meses que no te marco sino a Hong Kong ¿Qué hacías tú en el gobierno? ¿Ves? Ya no me cuentas nada, qué horror.

-No mamá, sí seguía en el gobierno, lo que pasa es que el Presidente me hizo encargos y con esto de la pandemia podía trabajar de manera remota, por ejemplo desde Asia.

-Entiendo lo del trabajo en casa, si no me creas tonta, pero cómo se puede trabajar desde el otro lado del mundo en temas de consulados en Estados Unidos, eso no lo entiendo, pero qué más da. Cuéntame del premio.

-Pues en Palacio Nacional me impusieron la banda Miguel Hidalgo. Y di unas palabras. Todo muy emocionante.

-¿Quién fue?

-Estuvieron varios, entre ellos Marcelo.

-¡Hombre! ¿No que no te quería? ¿O quién era el que no te quería? La verdad estoy hecha bolas, desde el principio no entendí gran cosa de este gobierno. Porque comenzaste con lo del tratado de libre comercio, ¿cierto? Por tu amigo ese el gringo que tiene nombre como de peli gringa, ¿qué era que se llamaba? ¿Buzz Lightyear?

-Lighthizer, mamá, Robert Lighthizer.

-Eso. Fuiste y viniste tantas veces a Estados Unidos que aún no me queda claro quién pagó por esos viajes si estaban en transición, tú ni puesto tenías y ya muy viajador, se veía a leguas que Videgaray y Guajardo se sentían incómodos con que estuvieras en la mesa, pero al final salió el tratado.

-Por eso me condecoraron.

-¿Por eso? Y a Luis e Ildefonso, ¿no?

-No, mamá, a ellos no. A tu hijo sí. Siempre te pones del lado de los demás.

-Venga, venga, no empieces con tus traumas. Qué bien que te reconoció el Presidente, la verdad, sí me da gusto, no te creas, pero es que ya casi se me había olvidado eso del TMEC, es que mira que fue hace dos años y luego como que te perdiste, ¿no? Todo este tiempo te busco y te busco en las noticias y nada. Bueno, nada como quien dice nada…

-Mamá, no empieces.

-Qué quieres que te diga. Es que de verdad. Sólo te mencionan que si porque el gobierno de austeridad te paga boletos de primera, que si porque viajas a Estados Unidos pero a lugares donde tienes familiares, que si porque te la pasas en Hong Kong, que si lo de la OMC fue puro para darte una patada para arriba pero que la verdad no tenías ni una chance. Yo siempre estoy de tu lado, hijo, lo sabes, pero pues también ya sabes lo que dicen, que cuando el río suena es que…

-Ya ves, ¿para qué te hablé? Yo pensando que te daría gusto...

-Oye, y tú eres subsecretario para América del Norte, ¿no? ¿Tú me puedes explicar por qué no le toman la llamada a Biden? ¿De verdad se cayó allá el sistema?

-¡Por Dios! Yo con eso no tengo nada qué ver.

-¡Menos mal! Pero entonces, ¿por qué apareces todavía como subsecretario…?

-Adiós mamá, yo te quería dar la buena noticia de que me dieron un premio y ya ves.

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