La Feria

MC y la batalla por el futuro

Ojalá Movimiento Ciudadano tenga el pundonor de no ser como AMLO, que desdeña los reclamos de las mujeres.

Líbreme Dios de opinar sobre la vida en pareja de dos personas que ni conozco, ni en la vida me hacen, y que menos aún tendrían razón para atender consejos no pedidos de quien no ejerce ni de conciliador matrimonial, cura, velador de la moral regiomontana o cosa por el estilo. De eso, nada qué opinar, salvo mi deseo de que el matrimonio en cuestión, pues se las arregle como cualquier otro: como mejor puedan…

Esta columna no intentará dar cátedra ni solemne ni relajienta sobre el machismo expuesto en el hoy famoso video del senador Samuel García, y su esposa Mariana Rodríguez, que ha circulado en horas recientes.

Lo que sí toca, creo, es ya hacernos la pregunta de qué demonios es Movimiento Ciudadano y si hemos de tomarlos en serio de cara al futuro.

Movimiento Regeneración Nacional es un conglomerado de expriistas, experredistas, exizquierdistas, incluso expanistas y gente de diversos movimientos sociales que, en torno a una persona, con credenciales de lucha social y reclamos legítimos, logró el poder en 2018 al quedarse con la presidencia de la República y una fuerza casi incontestable en el Congreso de la Unión.

Desde que Morena ganó, el país ha entrado en una riesgosa espiral alimentada por vientos sembrados por los miembros de ese partido –principalmente, pero no sólo, el presidente de la República— y por circunstancias que nadie pudo prever (crisis petrolera internacional, pandemia, crack financiero, etcétera).

Morena logró su triunfo en parte por una serie de alianzas, nacionales y regionales, que complican la marcha del propio gobierno. En 2018 ganó una gubernatura una persona profesional como Claudia Sheinbaum, con la que uno puede discrepar o coincidir pero quien sin duda tiene credenciales de profesionalismo. Sin embargo, el triunfo del tabasqueño también aupó a importantes cargos a personajes de lamentable proceder político y público como Cuauhtémoc Blanco.

Esto último lo menciono porque si algo ha quedado claro es que el pragmatismo tiene límites: por no haber puesto reparos a la hora de sumar posibilidades de triunfo, AMLO enfrentará los costos de haberse ligado (y ayudado a empoderarse) a gente como el examericanista, y otros por el estilo.

Pero eso es el pasado. En el futuro asoman citas electorales. De López Obrador y su colección de aliados ya sabemos qué esperar: una agenda pertinente ("primero los pobres"), unos diagnósticos entendibles ("mucho estaba en ruinas"), pero unos métodos y unas prioridades (Dos Bocas, por ejemplo) harto cuestionables. Y sobre todo un pragmatismo que rima con cinismo.

La sociedad entonces querrá escuchar alternativas. Y ahí es donde la cosa se atora con Movimiento Ciudadano.

¿Qué le va a ofrecer ese partido a los ciudadanos en 2021 y acaso en 2024? Ni idea.

Pero lo que no debería ofrecer es que cojean del mismo defecto: tienen en Samuel García un senador impresentable, pero no se atreverán a cortarlo o desconocerlo porque más que principios tienen cálculos.

Desde antes ya sabíamos de qué lado mascaba, pero Samuel García y su video machista no pueden ser parte de un grupo político que se presenta como joven o exento de las tareas de nuestra normalidad partidista.

Sobrará quien diga que no es para tanto, que es un error sin trascendencia, que ya ofreció disculpas, etcétera. Pues que MC se asome a las redes sociales, y vean si es cosa menor lo que hizo su senador. Las discusiones de 2021 y de 2024 serán de género, o no serán.

Ahora, que si lo único que los naranjas tienen para ofrecer al debate público por tan lamentable video son consejos matrimoniales en público a su 'extraviado' huerco norteño, como el tristísimo espectáculo que dieron ayer en redes sociales varios de ese partido, mejor ahórrenselos, porque la gente deplora tanto el video como los intentos por tomarle el pelo con tan burdo 'manejo de crisis'.

Ojalá Movimiento Ciudadano tenga el pundonor de no ser como AMLO, que desdeña los reclamos de las mujeres. Si MC también desprecia esta crucial asignatura, qué se podría esperar en el resto de la agenda.

De lo contrario, si deciden ser como el tabasqueño, los emecistas deberían entender que tienen la batalla del hoy, y la del futuro, perdida. Porque en el terreno del pragmatismo sin pudor, el presidente López Obrador es imbatible… y ellos unos bisoños de doble moral inocultable.

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