La Feria

Lo que Rosario podría contar…

López Obrador ha insistido en que si Rosario Robles habla de cosas que sabe sobre la elección de 2017 en el Edomex, podría alcanzar beneficios como Lozoya.

Luego del fiasco electoral de 2016, el PRI, o sea Enrique Peña Nieto llamó a cuenta a sus operadores, leáse el gabinete, y les advirtió que tal derrota no podía repetirse en el Estado de México, donde estaban programadas elecciones en 2017. El jalón de orejas implicaba directamente a Rosario Robles, en algo que ahora que estamos en temporada de cinismo, perdón, quise decir en tiempos de transparencia sobre cómo son realmente las elecciones, en una de esas la exsecretaria se anima a contar.

Peña tenía entidades federativas encargadas a secretarios de Estado. A Robles le correspondía el Edomex. Para ese momento, Rosario despachaba en Paseo de la Reforma, en el edificio de la Sedatu, secretaría que presidía. Y ahí se llevaban a cabo las reuniones para operar el plan a fin de que el Revolucionario Institucional retuviera la gubernatura mexiquense.

El esquema no era muy sofisticado, ni tampoco demasiado original. El gabinete debía comprometerse a un "esfuerzo adicional", es decir, cada dependencia estaba obligada a llevar a cabo obras o servicios que beneficiaran específicamente la imagen del gobierno priista en suelo mexiquense.

Así, por ejemplo, Liconsa, entonces en manos de Héctor Pablo Ramírez Puga, propuso hacer "la ruta de la leche", plan que consistía en poner camioncitos a repartir en el Edomex, independientemente de la dotación convencional, litros de ese producto incluso a un costo menor que el de los centros de reparto de esa dependencia.

En las reuniones, Rosario exigía mucho a todos los participantes. Y lo mismo daba si se trataba de gente de gran cercanía con el presidente, como Luis Miranda o el hoy diputado verde Jesús Alcántara o el propio Ramírez Puga. Los regaños de Robles se daban porque muchas dependencias "no bajaban el esfuerzo adicional". De Los Pinos asistían regularmente a esas reuniones el jefe de la oficina presidencial Frank Guzmán y Roberto Padilla, secretario técnico del gabinete.

Para fines electorales, el Estado de México fue dividido por el peñismo en 20 regiones. Y los secretarios de Estado, a su vez, se hacían responsables de cada una de esas demarcaciones. Para tal efecto, los secretarios del gobierno mexiquense eran nombrados enlaces de sus, digamos, pares federales. Es decir, la elección de Estado tenía doble afluente: los recursos de una entidad federativa y de la Federación misma se pusieron a disposición del plan priista.

Los funcionarios llegaron a desplazarse cada semana al territorio para participar en lo que se conocía como 'ferias de servicios'. Así, cuando detectaban que en alguna población había reclamos por falta de certidumbre por tenencia de la tierra, la Corett intervenía. Si el tema que urgía era sanitario, representantes del Seguro Popular se hacían presentes. En esos eventos hasta escuelas llegaron a pintar Rosario Robles y el gobernador (es un decir) Eruviel Ávila.

El plan fue descubierto por Andrés Manuel López Obrador, quien lo dio a conocer en mayo de 2017, pocos días antes de la elección. AMLO reveló nombres de funcionarios y responsabilidades concretas. https://expansion.mx/politica/2017/05/23/lopez-obrador-detalla-la-supuesta-estrategia-a-favor-del-pri-en-edomex. El gobierno de Peña Nieto, vía su vocero Eduardo Sánchez, por supuesto, negó los documentos exhibidos por el entonces líder de Morena.

López Obrador ha insistido, quién sabe con qué facultades, que si Rosario Robles –quien lleva un año injustamente encarcelada, pues podría y debería llevar su proceso en libertad– delata cosas que sabe podría alcanzar beneficios como los que se le han dado a Emilio Lozoya.

Rosario ha decidido callar. Quién sabe si a AMLO le interese premiar a Robles por darle, tres años después, la razón de que el gobierno de Peña Nieto llevó a cabo una doble elección de Estado en 2017 en suelo mexiquense, que fue particularmente dolorosa para él y su candidata Delfina Gómez.

Los videoescándalos de la semana pasada nos recuerdan que el sistema mexicano está lejos de erradicar la suciedad electoral. Y nos recuerdan también que hay mucho por conocer de la forma en que llegaron al poder todas las autoridades que hoy nos gobiernan.

Aunque no la premiaran, Rosario podría ayudarnos en este gran destape diciendo lo que sabe. Total, qué puede perder, si sus amigos, a esos que hizo ganar en el Edomex, la tienen en el olvido.

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