La Feria

Lo que las empresas callan… y a quién le ayudan

Si el Presidente usara esa fuerza para el bien general, sería una gran cosa. Pero ya hemos visto que lo usa para polarizar, denostar y socavar, señala Salvador Camarena.

Dos grandes consorcios empresariales pagaron recientemente al fisco cantidades nada desdeñables por presuntos adeudos.

La noticia de esos pagos salió por la puerta de atrás. Primero se supo de una de las empresas, ni más ni menos que Walmart México. Luego se supo de la otra, ni más ni menos que Femsa. La de origen estadounidense desembolsó 8 mil 79 millones de pesos; la segunda, una cantidad un poco mayor: 8 mil 790 millones.

Lo que debería ser ordinario, el pago de obligaciones fiscales, se volvió noticia. Mas se sabe poco de por qué ocurrieron realmente esos pagos (que venían de transacciones añejas que seguramente podrían haberse judicializado durante años); pero se pueden anticipar consecuencias de esos pagos: el gobierno se empodera, lo cual es bueno para evitar la evasión, pero al mismo tiempo se afianzará la cantaleta propagada por la administración de AMLO, esa que iguala a empresas con buitres que no pagaban sus obligaciones… hasta que él, al presidir un gobierno honesto, ha logrado que ocurrieran esos pagos. Y pues si las empresas le dejan instalar eso en la opinión pública, luego que no se quejen de que los lleven al baile al son que toque el tabasqueño.

Porque en los tiempos de López Obrador, ciertas cosas se hablan abiertamente sin que eso quiera decir de manera transparente.

Hace dos meses el Presidente de la República utilizó su tribunal favorito, el mediático, para quejarse de que 15 empresas debían al fisco 50 mil millones de pesos. No dio nombres, pero tampoco hacía mucha falta. Tiró a los grandes, y los grandes han empezado a caer. Tanto para el gobierno. Pero, ¿esta es la manera en que deberían ocurrir las cosas? ¿Te balconeo, te presiono públicamente, renuncias a un derecho, pagas y yo, que te exhibí, salgo ganando de varias maneras?

A uno puede parecerle una indecencia que una empresa como Walmart México haya querido escamotear alrededor de 8 mil millones de pesos de impuestos por la venta de cadenas de restaurantes a Alsea. Pero si dentro de los márgenes de la ley estaba lograr exenciones, deducciones, quitas o lo que sea por ese monto, qué fue lo que hizo cambiar de parecer a los estadounidenses y allanarse a cumplir la voluntad del Presidente.

"Mis felicitaciones a Walmart México. Estamos hablando de una empresa de regular tamaño y pudieron contratar a los mejores abogados fiscalistas e irnos a los tribunales, y en vez de eso decidieron revisar las cuentas y aceptarlo", dijo López Obrador en una mañanera tras de conocerse el pago de esa empresa.

A todos nos conviene que se paguen tanto impuestos como sea debido, pero ¿conviene un gobierno que logra que se paguen las imposiciones usando únicamente las cuentas que haga el SAT sobre alguna transacción?

Según el Presidente, empresas ligadas a Carlos Slim también se habrían puesto a mano ya con Lolita.

Todo muy bien. Que los grandes paguen. Pero si ahora resulta que esos corporativos han caído en la cuenta de que lo correcto es cubrir esos "adeudos", por qué no salir a anunciarlo a toda la opinión pública con comunicados claros o conferencias de prensa (de las de verdad), con explicaciones que no sólo dejen las cosas claras –si hubo abuso, que la autoridad se imponga; pero si se trató de un acuerdo legal y hasta óptimo, que las partes lo comuniquen y hasta lo celebren–, sino que les permita ser dueños de su versión histórica de este asunto.

A casi dos años del triunfo de AMLO en las urnas, grandes empresarios le siguen permitiendo a López Obrador imponer su versión de las cosas. Si el Presidente usara esa fuerza para el bien general, sería una gran cosa. Pero ya hemos visto que lo usa para polarizar, denostar y socavar.

Pero claro, si un día anuncia que grandes empresas le deben 50 mil millones de pesos, y a las pocas semanas empiezan a caer los pagos y los empresarios apenas si mandan un párrafo de "explicación", que luego no se quejen de que el mandatario les impone su real voluntad. Mal haría en no hacerlo si ellos se callan cada vez.

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