La Feria

La Mafia y el trance de Arturo Escobar

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En Honrarás a tu padre (1971), Gay Talese dedica largas páginas a dejar claro que el poderoso mundo de la mafia siciliana tenía pavor de la justicia estadounidense.

La más mínima posibilidad de recibir un citatorio judicial hacía que los dones de los grandes imperios ilegales perdieran la compostura. Así fueran citados en calidad de testigos, los mafiosos tenían la certidumbre de que una vez iniciados los cuestionamientos de fiscales y jueces, el aparato estadounidense buscaría explorar cuanta opción tuviera a mano para echarles el guante y castigarlos con severidad.

La decisión de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) de solicitar orden de aprehensión en contra del pevemista Arturo Escobar supone un cambio en la amarga tradición en donde ese organismo era una rama de ornato en la PGR. ¿El cambio es real y –sobre todo– será duradero?

Porque lo que importa es que la ruptura de nuestra normalidad, donde gente como Escobar se creía incluso a salvo de cuestionamientos de una opinión pública que con diversos argumentos rechazó su llegada a Gobernación, se traduzca en una pesquisa ejemplar, tanto sobre el caso de las tarjetas Premia Platino, acusación que ha destronado al efímero subsecretario de Prevención del Delito, como otras cuentas que tiene pendientes.

Por más grave que resulte el expediente que sobre esas tarjetas le ha abierto el fiscal Santiago Nieto, la FEPADE, como cualquier instancia de su tipo, tiene entre otros el deber de la exhaustividad.

Y no es exagerado señalar que el comportamiento del Partido Verde Ecologista de México en distintas campañas de años anteriores, y por supuesto en las elecciones de 2015, ameritaría no sólo un juicio, sino algo parecido a un megaproceso. De darse una cosa así, si hay alguien sabe como pocos lo que ha hecho y lo que ha dejado de hacer el PVEM, ese es Arturo Escobar.

De hecho, desde hace semanas circula una versión de que Jorge Legorreta –quien hace unos días fue señalado por tramitar, a pesar de fungir como servidor público en la SEMARNAT, un crédito por 100 millones de pesos a favor del PVEM– es investigado en torno a otras campañas, donde los del Tucán habrían utilizado esquemas de triangulación de gastos, que incluyen importantes operaciones en efectivo, en compras de materiales propagandísticos que nunca se habrían concretado. En ese mismo expediente estaría involucrado Escobar.

Independientemente de acusaciones que pudieran surgir o conocerse, menuda exhibida ha puesto el titular de la FEPADE al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que desde julio está sin contestar a la petición ciudadana de que se quitara el registro al PVEM. Ese partido fue acusado por ciudadanos de violaciones reiteradas a la ley, conducta que podría configurar un rebase del tope legal de gastos de campaña, por los spots disfrazados de informes legislativos y por otros artilugios que vimos instrumentar a los señores del Verde.

De igual forma, el Tribunal quedó exhibido en su lentitud pues lleva meses sin resolver el recurso interpuesto en contra de una multa aplicada al Verde por el Instituto Nacional Electoral.
Tras la decisión mostrada por la FEPADE, ¿qué hará ahora el Tribunal?

Faltan detalles para saber cómo fue que cayó Escobar, pero una vez iniciado el proceso toca a las instancias garantes de hacer cumplir la ley no dejar espacio para la impunidad. En una de esas –se vale soñar– la FEPADE logra generar el temor en los partidos políticos. Como lo que cuenta Talese sobre la Mafia y el gobierno de EEUU. Ni más, ni menos.

Twitter: @SalCamarena

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