La Feria

CDMX: transparencia que ayuda a comunicarse

Es un paso gigantesco el que ahora aporten a la ciudadanía no sólo una cifra de las muertes excedentes este año en la capital, sino que prometan que la actualizarán de manera regular.

Cuando las personas realmente quieren comunicarse entre sí adoptan un lenguaje en común, lo que implica mucho más que cuestiones idiomáticas. Por ello, es muy agradecible lo que ha anunciado esta semana el gobierno de la Ciudad de México en torno a la mortalidad en la capital en lo que va de 2020.

La pandemia por Covid-19 venía sin manual de instrucciones. Supuso todo un acertijo incluso en países en los que el flagelo de este coronavirus tardó meses en llegar, como el nuestro. Experimentar en cabeza ajena nunca fue tan difícil. Condiciones socioeconómicas y de comorbilidades de la población, geográficas y por supuesto capacidades sanitarias de cada nación hicieron que todo país tuviera que diseñar planes casi desde cero a fin de paliar contagios y atender enfermos. Y en casos como el de México incluso podría hablarse de retos específicos a nivel regional.

Desde el primer momento en que la epidemia se convirtió en un tema de debate público, el gobierno aseguró que se había preparado, que había ganado tiempo en los primeros meses del año, cuando vimos sucumbir servicios hospitalarios de algunos lugares de Italia, España y Estados Unidos.

Pero cuando a partir de abril comenzó a sentirse a gran escala el azote de la enfermedad en México, inició también un desencuentro, una falta de entendimiento: autoridades de distinto nivel, pero sobre todo las federales, corrían para acrecentar capacidades sanitarias y para eliminar de la discusión cualquier esfuerzo que quisiera dimensionar registros y escenarios distintos a lo oficiales. En mayo, con la publicación de un puñado de reportajes nacionales e internacionales, quedó claro que los gobiernos hablaban un lenguaje inentendible para observadores independientes: las cifras oficiales no tenían concordancia con la realidad que expertos y población observaban.

Ese es el mayor pecado de Hugo López-Gatell. El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud habla y nadie entiende. Su mensaje siempre minimizó riesgos, medidas precautorias como el uso masivo de tapabocas y despreció conteos que no le dieran la razón a la curva de contagios que él había imaginado en su escritorio. Por más que hablara, pues, en un castellano simple y hasta pretendidamente didáctico, él nunca quiso comunicarse para escuchar hechos y visiones distintas a sus cálculos y escenarios, y eventualmente corregir la estrategia gubernamental.

El último episodio de esta mini Torre de Babel del subsecretario en Palacio Nacional cada tarde a las 7 pm, donde se habla de todo para no entender entre todo gran cosa, es la manera gatelliana, sustituto de soberbia, en que este mismo mes desestimó un documento de propuestas de exsecretarios de Salud.

Por ello, qué alentador ver que de nueva cuenta la Ciudad de México toma distancia de la postura federal. No es que Claudia Sheinbaum y su equipo se hayan manifestado desde un principio más abiertos al diálogo en el tema de la pandemia, pero es un paso gigantesco el que ahora aporten a la ciudadanía no sólo una cifra de las muertes excedentes este año en la capital, sino que prometan que actualizarán ésta, incluida metodología, regularmente.

Ahora sí, al menos en el ex-DF, ya nos estamos entendiendo. Tenemos en la CDMX hoy alrededor de 30 mil fallecimientos de más en este año. Tan dramática cifra (tres veces el monto oficial de víctimas del terremoto de 1985) nos ayuda a comenzar a tener conciencia del alto costo que han pagado los capitalinos en la pandemia.

Pero ayuda sobre todo a dialogar y discutir. Porque la pandemia está lejos de irse. La vacuna es, hoy por hoy y por muchos meses, aún una quimera. Así que más allá de los números de muertes que nos ayudan a realizar un necesario duelo colectivo, estamos ante la posibilidad de debatir con cifras compartidas sobre lo que supone el coronavirus para el sistema de salud de la ciudad más importante del país, y sobre los aprendizajes que el análisis de esos números traerá.

Nunca es tarde para iniciar entre todos a ver cómo evitamos más enfermos, más muertes y más costos por Covid-19. Nunca es tarde para empezar a dialogar a partir de tan necesaria transparencia gubernamental. Una buena noticia en un año terrible. No es menor este avance del equipo de Sheinbaum.

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