La Feria

La (hasta ahora) principal victoria de Claudia

El nombramiento de Víctor Rodríguez Padilla es doblemente valioso porque llega en medio de los momentos de más ruido mediático, nacional e internacional, por la inminente reforma judicial.

Punto para la presidenta electa. Claudia Sheinbaum ha avanzado en el tablero. Controlará tanto la Comisión Federal de Electricidad como Petróleos Mexicanos. Ayer anunció al próximo titular de Pemex, con lo que se hace de todo el sector energía. Es un movimiento clave.

A partir del 1 de octubre Petróleos Mexicanos será dirigido por Víctor Rodríguez Padilla. Con la designación de este cuadro técnico, que ha caminado por décadas con Sheinbaum, se abaten importantes cuestionamientos sobre el próximo gobierno federal.

El primero es sobre la orientación de lo que se busca en Pemex. Desde antes del 2 de junio se habló de que la permanencia de Rogelio Ramírez de la O en Hacienda estaba condicionada a renovar el liderazgo de la empresa con un criterio técnico y financiero.

En ese renglón, paradójicamente, desde la elección más que hablar de posibles candidatos que reunieran ese perfil, el tema terminó centrándose en si la presidenta resistiría las presiones de Palacio Nacional para dejar en el puesto a Octavio Romero.

La versión de la eventual permanencia del exoficial mayor de AMLO comenzó a tomar fuerza y se mantuvo “viva” prácticamente hasta el final de la semana pasada. Especie aderezada incluso con rumores de la presunta resistencia que opuso el mismísimo Romero.

Que haya tardado en ese nombramiento, que lo haya hecho luego de que pudo quitar de la CFE a Manuel Bartlett y que al final de cuentas haya anunciado ayer que Romero Oropeza seguirá en su gobierno, es el colofón de una batalla interna donde la presidenta ha ganado.

No puede subestimarse lo oportuno de este triunfo. Es doblemente valioso porque llega en medio de los momentos de más ruido mediático, nacional e internacional, por la inminente reforma judicial, que entrará este domingo a la Cámara de Diputados como prioridad.

Ayer durante la rueda de prensa en que dio a conocer el nombre y el palmarés de Rodríguez Padilla, Sheinbaum evitó todas las preguntas que quisieron ir más allá, a cuestiones técnicas y asuntos financieros de la petrolera.

Así fuera de manera coloquial, bateó todos esos cuestionamientos diciendo que en su momento convocará a la prensa a una sesión técnica donde se despejen ese tipo de dudas y preguntas. Quiero, dijo en pocas palabras, que la nota sea el nombramiento.

Y tenía razones para ello: porque le ha costado mucho, y representa más aun, que el sector energético le vaya a responder en pleno a ella a través de su secretaria del ramo, Luz Elena González.  Y porque no quiere adelantar nada sobre Pemex que levante cejas… en Palacio.

Claudia Sheinbaum sabe que no puede excederse al celebrar la maniobra que le permitirá, en efecto, un liderazgo para ajustar temas financieros de la petrolera. No es que pretenda romper el modelo nacionalista de AMLO, pero prefiere no revelar las medidas concretas.

Rodríguez Padilla se desvivió, por su parte, en halagos a la fortaleza histórica de la empresa que pronto dirigirá. Y reiteró el tono estatista que tanto gusta al obradorismo. Le dejaron hablar mucho y en esas frases había emoción, pero también demasiados lugares comunes.

Ya vendrán para él, para la secretaria Luz Elena y para la propia Sheinbaum los tragos amargos del poco margen que heredarán en una empresa megaemproblemada. Por ayer, la noticia importante era que el gobierno de Claudia sí tendrá su propio director de Pemex.

Es su triunfo más importante desde el 2 de junio. Y uno crucial.

PS. Amazon y Mexico Pacific manifestaron ayer, con respecto a la columna del lunes, que sus proyectos siguen firmes. Qué bueno.

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