Alfredo del Mazo ha rendido el último servicio al gobierno de Andrés Manuel López Obrador: le pone la mesa para que el Presidente y su movimiento arranquen simbólicamente la campaña en, de todos los lugares importantes para esa elección, el Estado de México, la entidad del padrón más abultado.
Los priistas del Congreso mexiquense muy solícitos adelantaron la toma de posesión de la gobernadora Delfina Gómez. Dirán que “sólo” recorrieron la fecha un día más, unas horas, dirán que es una cosa de mero protocolo, pues la mandataria ejercerá a partir del 16 de septiembre. Es más que eso.
En la política del Edomex si de algo se precian son de sus rituales, del respeto a los símbolos. Llegaban al extremo de jurar a un nuevo gobernante el día en que el otro, el saliente, aún daría el grito de Independencia. Hermanados, los mandatarios compartían balcón esa noche. Viva Toluca, señoras y señores.
En esta ocasión las cosas serán aún más singulares. Si el presidente de la República fuera a la toma de posesión en 15 de septiembre desluciría el Grito con mayúsculas en Palacio Nacional, acto realmente primordial de esa fecha. Y los gobernadores morenos complicarían su retorno a su respectivo estado.
La solución de don Alfredo (es un decir) es hacerse (otra vez) a un lado. Ellos –él y sus priistas– se defenderán con que son institucionales y que, por ende, están para ayudar a la gobernante que llega, y que si lo mejor es que se muevan las fechas y tradiciones, que se muevan, faltaba más.
Lo que no pudo escapar al PRI mexiquense y su último gobernador es que la toma de posesión de la maestra Delfina será la reunión de la república morenista, un acto de campaña enorme, una demostración de fuerza, un símbolo de la era que AMLO quiere instituir. Y dónde mejor que en Toluca.
La maestra derrotada en 2017 por los malévolos conservadores regresa triunfal y toma lo que López Obrador quiso que tuviera desde hace seis años. Delfina Gómez lo hará arropada por el presidente de la República (que no suele ir a esos actos), y por su candidato (a) ya destapada. Confeti para todos.
El coro de tan magna ceremonia lo compondrán esos abajofirmantes que son los gobernadores y las gobernadoras de Morena. Dos tercios del país aplaudirán a la nueva mandataria, al Presidente y al delfín (delfina).
Y como marco de tan poderoso mensaje estará la inauguración (parcial y todo, pero inauguración de mucho más de lo que no pudo hacer Peña Nieto) del tren Toluca-México, obra que dejó tirada el expresidente de Atlacomulco, como tirada dejó su responsabilidad desde antes del 2 de julio de 2018.
Vaya símbolo. Comenzará a correr el tren de Toluca a México. El Presidente podrá decir que él sí cumple. ¿Que faltan meses para que esté completo? Pues más o menos los mismo que mediarán entre la toma de posesión de Delfina y los comicios de junio de 2024.
De Toluca saldrá el banderazo del Presidente. Retecontento de que Delfina habrá jurado el cargo. Feliz feliz feliz de tener un evento de arranque de campaña en la cuna misma del PRI más representativo de cuantos hubo. AMLO impondrá nuevamente narrativa.
Del Mazo, que no quiso defender la posibilidad de que su candidata ganara la gubernatura, hace así el último favor al mandatario al que se entregó sin reservas. Quizá fue dócil porque pensó en lo mucho que nunca explicó de su participación en la ‘estafa maestra’, o sólo fue que quiere diplomático retiro.