La Feria

Títulos de aviación sospechosos

¿Te has subido a un avión recientemente o vas a hacerlo? Pues ojalá no te toque un piloto que pasó su examen porque previamente tenía las respuestas.

Cada año, alrededor de 300 jóvenes se gradúan como pilotos aviadores civiles. Para lograr su título deben pasar un examen y luego tramitar la licencia. El problema es que hoy por hoy no sabemos si están adecuadamente preparados al asumir la responsabilidad de pilotar una aeronave.

Porque el examen para el título ha sido sustraído con todo y respuestas, y a las autoridades no parece importarles esa filtración. Y eso, comentan fuentes de la industria de la aviación, es sólo la punta del iceberg de irregularidades que se han presentado en esa materia en los últimos años.

Este jueves el reportero de EL FINANCIERO Aldo Munguía dio a conocer un alarmante reportaje. En el texto se revela que un alto funcionario de la Agencia Federal de Aviación Civil sustrajo en febrero examen y respuestas de la prueba que aplicaría el Centro Internacional de Adiestramiento de Aviación Civil (CIAAC). Otro servidor público, de origen castrense, descubrió y reportó la situación al titular de la AFAC, y si creen que esto va mal ahora entérense de que el que denunció fue despedido y 10 meses después la situación prevalece: todo indica que tenemos pilotos que pasaron su examen porque previamente tenían las respuestas.

Marco Antonio Toro Moreno, jefe de Departamento de Logística para Programas Especiales y On-the Job Training de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), fue quien imprimió examen y respuestas en unos cuantos minutos el 3 de febrero pasado.

Tiempo después, al advertir demasiados exámenes perfectos, el general en retiro Benjamín Romero Fuentes, en su entonces calidad de director del CIAAC, ordenó una revisión del Sistema de Información Regional (Siar), “donde están guardados, entre otras cosas, los reactivos y respuestas de los exámenes” y vio que Toro Moreno había hecho unas impresiones.

En septiembre Romero Fuentes reportó los hechos a Carlos Rodríguez Munguía, director de AFAC, pero la única respuesta que tuvo, cuatro semanas después, fue su destitución. Sin embargo, alcanzó a enviar su reporte a otros funcionarios de ese organismo.

A pesar de todo lo anterior, reporta Aldo Munguía, el examen no ha sido cambiado.

El CIAAC, nos recuerda Aldo, es uno de los organismos cuya actuación incidirá en si nuestro país recupera la categoría 1 en seguridad aérea, que le fue retirada en mayo a México por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés). Aquí todo el reporte: https://www.elfinanciero.com.mx/empresas/2021/11/25/denuncian-filtracion-de-examenes-finales-de-pilotos-aviadores-en-afac/

Esto que ha revelado Munguía en EL FINANCIERO este jueves corrió de chat en chat en el sector aeronáutico. Y si bien tendríamos cierta tranquilidad al saber que las aerolíneas luego aplican sus propias pruebas y capacitación a los pilotos noveles antes de soltarles un avión, lo cierto es que para los enterados en el sector esta irregularidad es grave, pero no es la única.

Fuentes de ese gremio me contaron ayer que desde hace años hay otra práctica perniciosa: cada generación de pilotos padece un esquema de extorsión, pues se han diseñado mecanismos tan arbitrarios para evaluar a los pilotos recién egresados que éstos terminan por ‘contratar’ a ‘capacitadores’ que les garantizan que aprobarán la prueba.

Según esas versiones, lo que inició como una buena idea para reforzar las evaluaciones luego de la tragedia en la que el exsecretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño perdió la vida en 2008, se ha deformado a un examen para el que los estudiantes prácticamente no saben qué estudiar.

Al contrario de países como Estados Unidos, donde hay una base de datos de cientos de reactivos que pueden ser estudiados pues serán incluidos en la prueba, en nuestro país hay una discrecionalidad que abre la puerta a que ‘gestores’ vendan un ‘curso’ en el que las evaluaciones que les aplican resultan sospechosamente parecidas a la plantilla de preguntas que, supuestamente, de manera aleatoria genera una computadora a la hora del examen verdadero. Eso no podría ocurrir sin que alguien dentro del CIAAC sea cómplice: las computadoras no se mandan solas.

Así que, por un lado, tenemos funcionarios que copian examen y respuestas, y por otro ‘capacitadores’ que salen rebuenos para ‘enseñar’ preguntas y, por supuesto, respuestas que se les harán a los pilotos. ¿Y las autoridades? En las nubes.

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