Rosario Guerra

Mujeres

El pacto patriarcal cobra nuevos bríos. Ni feminicidios al alza, ni acoso, ni violencia son temas que interesen a AMLO.

Encerrado en su Palacio, con supuesta austeridad, ha hecho de un monumento histórico su vivienda. Levanta un muro, alega razones de seguridad contra vandalismo, medida nunca antes vista, para protegerse de ¡las mujeres! El pacto patriarcal cobra nuevos bríos, ni feminicidios al alza, ni acoso, ni violencia son temas que interesen a AMLO.

Para él las mujeres están protegidas en sus casas, con su familia, aunque el cónyuge sea un violento acosador, drogadicto o borracho que maltrata a todos. No entiende que las mujeres exijan justicia. ¿Qué quieren? Las usan sus opositores para atacarlo, razona. Del feminismo no habla, de la interrupción legal del embarazo dice irá a consulta pública, cuando los derechos humanos se protegen. No hay voluntad para escuchar un reclamo social que afecta a la mitad de la población.

No hay lenguaje incluyente, el hombre en el centro de todo, y él se ubica en ese lugar. No hay guarderías, ni refugios contra mujeres maltratadas, no hay protección contra agresores, no hay escuelas de tiempo completo, no hay medicinas para los niños con cáncer, no funciona el Seguro Popular o su frustrada alternativa, las mujeres dejan o pierden sus trabajos por apoyar a sus hijos en la escuela a distancia. La pandemia ha recaído con más fuerza sobre las mujeres

¿Por qué se quejan? Si hay apoyos sociales para ninis, tercera edad, estudiantes. Se apoya a la población en forma directa, pero sin listados, ni supervisión, los desvíos proliferan. Las pugnas al interior de Morena han escalado denuncias contra Félix Salgado Macedonio por violación y agresiones contra mujeres, pero AMLO sostiene que sin condena, no hay impedimento para su candidatura. Los Sandoval con Ackerman se sienten engañados y pierden la postulación de Amílcar en Guerrero, se retiran de la encuesta.

Las mujeres son molestadas en el transporte público, son acosadas en sus empleos, son maltratadas en su casa, las asesinan impunemente, no tienen un sistema estatal que las ayude con la crianza de los hijos, muchas, más de 30 por ciento son jefas de familia, por diversas situaciones: viudez, soltería o divorcio. Y no cuentan con políticas públicas que las atiendan. Los comedores comunitarios también desaparecieron. La mayoría trabaja en la informalidad, sin prestaciones, ni seguros y con la responsabilidad de sacar solas a sus hijos.

¿De qué se quejan? Las dobles o triples jornadas de trabajo, siempre han existido pensará AMLO. Así son las cosas, así funcionan. Si se quieren manifestar que lo hagan pacíficamente, en forma civilizada, sin afectar comercios o monumentos. Ya se olvidó de sus protestas, su toma del Zócalo o de Reforma. Ahora le importa más protegerse de supuestos ataques que atender demandas sociales. Y descalifica al movimiento de protesta. No entiende lo que quieren.

Campañas y candidatos en 2021 tendrán en la agenda las demandas de las mujeres. Su voto puede definir mayorías en el Congreso. Su movimiento social está más que justificado tras siglos de cultura patriarcal que invisibiliza y denosta a las mujeres. La discriminación y la violencia se han padecido por siglos, y ahora que llegó la paridad a principio constitucional, se abren nuevas posibilidades de que las mujeres avancen en el diseño de políticas públicas con visión de género.

No todas las mujeres tienen conciencia de género, hay candidaturas femeninas que son producto de cacicazgos masculinos, pero al empoderarse, las mujeres cambian, y con sororidad, estableces lazos que las conducen a apoyar a otras mujeres y a impulsar políticas públicas con contenido de género. Sin la paridad en el Congreso de la Unión, no hubiésemos avanzado en la paridad constitucional.

El INE se ha convertido en el defensor de los derechos políticos de las mujeres, otra razón de AMLO para desprestigiarlo. Quizá consideró una afrenta que se pronunciara por paridad en candidaturas a gubernaturas, cuando él ya tenía sus candidatos superdelegados en precampaña. Le generan conflictos internos en Morena innecesariamente.

Pese a que todo está en contra, las mujeres no se dan por vencidas, reclaman, exigen, se pronuncian, participan, con la esperanza de recuperar lo perdido y acceder a mejores condiciones para ellas y sus hijos. Rompen muros y no se amedrentan frente a posibles represiones. Porque la lucha no se va a detener y las mujeres cambiarán al mundo.

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