Rosario Guerra

El poder y la teoría de la conspiración

AMLO tiene un miedo fundado en la teoría de la conspiración. Señala que aislarse provocaría un vacío de poder que “los conservadores” aprovecharían.

El miedo paraliza, se reacciona impulsivamente, no con racionalidad. AMLO tiene un miedo fundado en la teoría de la conspiración. Señala que aislarse provocaría un vacío de poder que "los conservadores" aprovecharían para apoderarse de la conducción del país. ¿Absurdo? Ciertamente. Quien más daño hace a la figura presidencial es AMLO. Ángela Merkel y otros más están en cuarentena y desde su casa dirigen a la nación, no están aislados. ¿Por qué AMLO supone que se aislaría? Porque piensa que conspiran contra él. Nadie quiere verlo ni enfermo, ni muerto, solo lo queremos cuerdo.

Dice que el Covid-19 no es una peste, que es necesario prestar servicios a la población y él como Presidente lo hará. Que no suspenderá ni Dos Bocas, ni el Tren Maya. Que su proyecto va adelante, aún sin viabilidad económica. Insiste en no hacerse la prueba del coronavirus pues no tiene síntomas, aún cuando puede ser asintomática la enfermedad. Asegura que los mexicanos somos más resistentes al Covid-19 que los europeos, sin ninguna base científica. Nuestro ADN es igual, cambia la forma de enfrentar la pandemia. Y aunque ya nos mandó a casa, llevamos cerca de dos semanas encerrados porque hay más conciencia en la población que en el ejemplo presidencial.

Dice que Trump replica la estrategia de México que entrega de manera directa apoyos a la población. Si bien se entregará una suma a todo norteamericano, la estrategia es radicalmente distinta. No se cobrarán impuestos por unos meses, se rescatan aerolíneas y empresas para mantener planta productiva y empleo, con 2 billones de dólares. Aquí AMLO destruye la confianza de los inversionistas y cambia reglas faltando a la certeza jurídica con consultas 'patito', como el caso de Constellation Brands. Bajan calificación S&P y otras más. JPMorgan estima 7 por ciento de contracción económica. AMLO dice que no habrá rescates porque eso es neoliberalismo; ppor el contrario, lo que él hace es neoliberalismo. No hay consideraciones sociales de empleo e inversión. Las medidas de Trump benéficas para las empresas, reactivaron a las bolsas en el mundo y fortalecieron al dólar. El peso sigue a la baja, habrá más inflación.

En Sinaloa bajó a saludar a la mamá de El Chapo, quien le solicitó ayuda para visitar a su hijo. No sabemos si mandó felicitaciones a Ovidio, pero explicó que darle la mano a una mujer mayor que sufre, es normal, ya que estrecha manos de delincuentes de cuello blanco que no han perdido su respetabilidad. Dice que sería hipócrita negar apoyo cuando gobiernos anteriores pactaron con El Chapo. Sigue en la confrontación, sigue atacando, no es líder de una nación, solo entrega dádivas y promete imposibles. El país requiere de medidas anticíclicas que no se han tomado.

Pero hoy sus propias palabras desvelan sus temores. No acepta que su 4T está construida sobre ideas y no sobre bases sólidas, que la economía no es un tema de poder, de humillar a los ricos, de amenazar. Las leyes económicas tienen su propia lógica, no es la del poder político, menos aún en un mundo globalizado. Desconocer esta realidad nos está conduciendo por un camino equivocado que profundizará los efectos de la crisis, la confrontación y minará el apoyo popular a AMLO. Gastar mal implica recaudar menos, disminuir apoyos sociales y así, sumir en la desesperación y el desempleo a miles de familias.

No quiere rectificar porque implica reconocer errores y eso no es aceptable frente a su teoría de las conspiraciones, de que es perseguido y que hay grupos que buscan su derrota en el gobierno. El que debe decidir su futuro es él, quien debe enfrentar riesgos y realidades es él, quien es el arquitecto de su destino es él. Le tomó años llegar a la presidencia, pero ese no es el objetivo. El cambio que propone no se concretará como lo tiene pensado. Es tiempo de dejar atrás el miedo, reconocer la realidad y actuar en consecuencia, sin ideologizar o politizar decisiones, porque México merece un mejor destino y esa sí es su responsabilidad.

La gente votó por una esperanza. Si esta se acaba, ¿cuál será nuestro destino? No lo sé, pero lo que sigue es incierto, habrá cuestionamientos a la autoridad, y puede colapsar el sistema, tanto el mercado como la democracia. Surgirán nuevos modelos de legitimidad, de nuestro tiempo de vida, algo escaso y precioso. Esta transición debe ser lo menos accidentada posible pues prevalecerá el poder económico y las TI. Las crisis económicas no distinguen, esa es la realidad y no las teorías de la conspiración para conservar el poder. Queremos un líder sin miedo, con la capacidad de tomar medidas para mejorar la economía y sortear la crisis mundial de la mejor forma.

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