Rosario Guerra

Del dicho al hecho

Tras los fracasos de la 4T hoy traen a Emilio Lozoya en calidad de testigo colaborador para castigar la corrupción en dos casos: Odebretch y Agronitrogenados.

La corrupción existe en todas las culturas desde tiempos inmemoriales. AMLO prometió acabar con este fenómeno que lesiona a la sociedad. Hay países con mayor avance en el combate a esta práctica, hay otros más rezagados. Muchas veces la competencia por el poder no se da para gobernar bien, sino para aprovechar cargos y enriquecerse. El sexenio de EPN fue escandaloso porque los gobernadores abusaron en forma pública y notoria, así como otros servidores públicos. Llegó a decir que la corrupción era parte de nuestra cultura. AMLO por el contrario ofreció 500 mil millones de pesos por ahorros en corrupción, aseguraba tener la fórmula mágica para lograrlo y se ponía como ejemplo de honestidad. Nadie supo de qué vivió.

Tras los fracasos de la 4T hoy traen a Emilio Lozoya en calidad de testigo colaborador para castigar la corrupción en dos casos: Odebretch y la venta de planta de Agronitrogenados. Por trato acordado no pisará la cárcel. Su primera declaración ante juez fue pletórica en nombre y supuestas presiones, pero no aportó mayores pruebas, por eso del dicho al hecho hay mucho trecho. Abrir carpetas de investigación con base a lo expresado por alguien que se beneficia de sus propias declaraciones, no despierta confianza. Sospechas existen, pero faltan evidencias. Los involucrados si son perseguidos se defenderán. El circo mediático comienza. De los resultados existen dudas.

Desde violaciones al debido proceso, hasta dimes y diretes sin fundamentos precisos, las actas de Consejo ya se habían analizado sin resultados concretos. En resumen, falta aún mucho por decir y por probar. Lo que ya empezó fue la filtración de notas, donde se dice que el dinero de Odebretch se repartió entre legisladores para comprar sus votos para la reforma energética. Si bien estuvo atorada por años, al final tanto PRI como PAN la buscaron hasta lograr acuerdo. ¿Para qué pagar si se logró? El PRD se unió a una parte del Pacto por México, aunque después, por la presión ejercida, se retiró del tema petrolero.

AMLO dijo saber cómo crecer al 4 por ciento, cómo acabar con la corrupción, cómo gobernar para resolver viejos vicios y rezagos, para promover la igualdad social, cómo atraer inversión. Nunca declaró bienes, pero sus hijos, antes desempleados, viven como reyes, y no puedes hacer pedidos ni de chocolates, ni de cerveza, ni encuentras en el SAT el registro. La famosa 4T ha fracasado con 12 millones más de pobres, con más de 2 millones de desempleo. Ocupamos el primer lugar en salida de capitales norteamericanos. El Covid-19 aceleró desatinos, más de 40 mil familias enlutadas. No hay inversión privada en infraestructura. No hay concursos de obra, todo es por adjudicación directa.

Para tapar el Sol con un dedo, se afanan muchos de sus colaboradores, especialmente Monreal, Delgado, Ebrard y Sánchez Cordero en materia de protección de derechos humanos de mujeres. Pero ni la visita a Trump, ni los avances legislativos, ni las mujeres cambian su visión. La confrontación es su método. La polarización es su convicción. Conmigo o contra mí, nada de pluralidad o disenso. Críticas no se admiten, aún cuando busquen ayudar a solucionar problemas. El daño crece con la austeridad, mientras el derroche en Pemex, Tren Maya, Dos Bocas, y Sta. Lucía incrementan costos de proyectos inviables, futuros elefantes blancos. Mientras mueren doctores y enfermeras, no hay medicamentos, Cofepris se pelea con laboratorios que han pasado inspecciones y pruebas. Se destruye a la empresa nacional. Y siguiendo el ejemplo de su líder, muchos desafían la pandemia y ni siquiera usan cubrebocas.

Pero Lozoya tenderá una gran cortina de humo, AMLO dirá se los dije y vendrán las elecciones de 2021 con sus resultados para saber si funcionó la estrategia. Frenaa sigue con sus manifestaciones, acotadas por la policía, la inseguridad crece y suben asaltos, nadie se queda sin comer.

¿Qué vendrá después? Si AMLO no logra imponer sucesor, o se logra un candidato de coalición que lo derrote, habrá mucho de qué hablar. Lo primero, daño patrimonial por cierre de NAIM porque nunca se justificó ni técnica, ni financieramente un daño a la nación. El costo de pagar a inversionistas financieros por la decisión infundada que en tribunales sería condenada, el remate amañado de materiales e insumos pagados y ya no reutilizados, la falta de pruebas de corrupción. Después podemos seguir con el Tren Maya, sin estudios económicos, sociales, ecológicos y financieros que le den sustento, ni turísticamente, ni por carga, su operación subsidiada, sin justificación comercial ni beneficios. La investigación tendrá mucha documentación. Lo mismo va a suceder con Dos Bocas, desde la elección del lugar, su suelo pantanoso, su falta de comunicación, los fallidos concursos que demostraron la falta de viabilidad para la inversión privada por no poder recuperarse, los sobreprecios, el ajuste del tamaño del proyecto, su utilidad pública, su necesidad para fortalecer finanzas públicas. Todo será cuestionado.

Y la lista sigue y sigue, escuelas de béisbol adjudicadas a empresas sin experiencia, la posible negativa de aerolíneas internacionales de volar a Sta. Lucía. El costo y el tiempo de pasajeros en tránsito a otros lejanos aeropuertos, los problemas de neblina en Toluca y Sta. Lucía, lo problemático del tránsito vehicular para traslados, la necesidad de instrumentar mecanismos de movilidad con altos costos. Y qué decir del cierre de guarderías, ¿se probará una corrupción generalizada? Podrá argumentarse que es mejor un pago para que los niños queden en casa solos, con abuelos, vecinos o abusadores. ¿Cómo justificar los feminicidios? No hay políticas públicas para frenarlos, aún cuando existen instrumentos, no hay recursos, se cerraron buena parte de los refugios, sin apoyo médico, de empleo y psicológico. ¿Qué harán las mujeres con el dinero que reciben, darlo al abusador para drogas y alcohol.

Y el narcotráfico, que se va adueñando del país, mientras la Guardia Nacional no funciona y las fuerzas armadas se usan para toda clase de tareas. La militarización de los puertos ni acabará con el tráfico de drogas y dañará el comercio exterior, la marina mercante de gran prestigio, desaparece. ¿Cómo se va a justificar esta acción en un cambio de sexenio? ¿Adiós a la corrupción? Saludos a la mamá del Chapo si la ven por favor.

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