Rosario Guerra

Elección

Estamos en un proceso de avanzada democrática donde la elección de la candidatura presidencial se abre a la ciudadanía.

A medida que pasa el tiempo más y más ciudadanos se entusiasman con el proceso de elección de la candidatura de la Alianza y la sociedad civil. El proceso apenas inicia y ya todos preguntan cómo inscribirse en el padrón de quien presidirá el Frente Amplio por México. Tanto quienes quieren apoyar alguna candidatura como aquellos que quieren decidir su voto.

Esperamos que la marea rosa sea más que las marchas para salvar al INE y apoyar a la SCJN. El proceso de Morena es desaseado. No cuenta con base jurídica y solo uno decide quién se inscribe en una carrera donde no hay propuestas, ni diálogos, pero cuyo castigo dejaría a MORENA y aliados sin candidaturas. Esta decisión estallaría la violencia, así que mejor pasar por encima de la ley.

La violencia, como ya lo vimos, no cesa desde las mañaneras de Palacio. Diario hay críticas a la Alianza, a quienes participan, a quienes organizan. Las descalificaciones preocupan porque de la violencia verbal a la física solo hay un paso. Y los precandidatos ya no guardan silencio. Hay pues un diálogo que desmerece la figura presidencial y su debida imparcialidad.

La primera en experimentar rechazos, precisamente la favorita, #EsClaudia. El exceso de dinero público que las “corcholatas” utilizan es vergonzoso. Bardas, espectaculares, volantes dirigidos a sus simpatizantes y a quienes ingenuamente piensan que existe una 4T que seguirá adelante.

Pero la realidad es necia. El próximo gobierno tendrá que revisar programas y subir impuestos. No se percibe otra salida para una sucesión donde triunfe MORENA. No habrá 4T, ni liderazgo que la posibilite. La lealtad a AMLO se verá afectada casi de inmediato. Porque destruir es muy fácil pero construir implica acuerdos, tiempo y recursos. Quien gobierne tendrá que resolverlo.

La Alianza prepara sus fichas, sus fechas y sus acuerdos. Ya inició por la Presidencia. Después vendrá la CDMX. Luego las gubernaturas, las candidaturas al Congreso de la Unión, los congresos locales y las presidencias municipales con sus cabildos. Le sobran aspirantes, se pueden elegir los mejores cuadros con el apoyo popular. La mira está, desde luego, en lograr la mayoría del Congreso con cuadros que puedan ganar debates y a la opinión pública. Y hay muchas propuestas triunfadoras.

Por eso AMLO está preocupado. A él no le sobran fichas de calidad. Hasta ha creado rifas para repartir candidaturas que emocionan a quienes les interesa tener un sueldo y soltar descalificaciones, que lo desquiten. No se trata de debatir ideas. Buscan una mayoría que pase por encima de las minorías. No hacen política. No buscan lo común desde las diferencias. De gobernar ni hablamos.

La imposición y la impunidad son sus preferencias. Respaldar a quien la 4T postule es el camino para encumbrarse y enriquecerse. Nada de que no hay corrupción, todos la vemos, el narco está feliz, policías y Ejército no operan en su contra. La seguridad pública es un problema nacional del que no se habla en las mañaneras. Tampoco de salud o educación, o de los temas para realmente combatir la pobreza y transparentar decisiones de gobierno. Al INAI se le quiere amordazar, porque aun cuando han clasificado mucha información, lo que se consigue es saber de más contrataciones directas y sobreprecios.

¿Por qué votar por los que antes no lograron que el país avanzara? Muchos se preguntan qué razón podría haber. La primera es que estamos en un proceso de avanzada democrática donde la elección de la candidatura presidencial se abre a la ciudadanía. La segunda es que no se trata de una coalición electoral. Se trata de un cambio del sistema político al crear la figura de gobierno de coalición donde el pluralismo se formará desde el gabinete y en los congresos. Donde el debate se hará desde la información científica y comprobable y no con base en las ocurrencias de un hombre. La tercera es que se elabora un programa de gobierno que antepone el bienestar de las familias antes que megaobras inútiles.

Hay más diferencias, libertad de prensa, debates, corresponsabilidad, nuevas formas de gobernanza, de consenso y de impulso democrático de la pluralidad, de derechos de minorías, de igualdad de género, por mencionar las más obvias.

Pero todo esto requiere de tu voz y de tu voto. Sin ellos nos quedaremos en gobiernos tropicales, corruptos e ineficientes. A nuestros jóvenes les debemos todo. Por ellos hemos luchado. Construyamos un país que les ofrezca un futuro. No valen excusas, participa.

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