Rosario Guerra

Paridad

Se estima que serán 246 las mujere que ocupen una diputación federal en la próxima legislatura, lo cual es muy alentador.

Aún no tenemos completos los datos de las mujeres que ganaron en las elecciones del 6 de junio. Por lo pronto, se estima que serán 246 las que ocupen una diputación federal en la próxima legislatura, lo cual es muy alentador. La población sí vota por las mujeres y tiene confianza en que pueden desarrollar actividades políticas y participar en la toma de decisiones. Poco a poco irá cambiando la cultura patriarcal y patrimonialista con el nuevo marco legal de las reformas constitucionales y de las leyes en contra de la violencia política en razón de género.

Hay desde luego piedritas en el arroz. Siempre que se trata de abrir espacios a las mujeres surgen resistencias y estrategias para combatirlas. Desde un diputado local que propone una iniciativa para derogar la legislación en materia de violencia política contra las mujeres en razón de género, hasta utilizar la autoadscripción para eludir la ley. Caso conocido de hombres que se autoadscribieron mujeres para poder acceder a una candidatura. El INE no tiene facultades expresas para comprobar lo que se declara bajo protesta de decir verdad, aunque existen recursos, los tiempos corren.

Hay otras mañas para eludir la paridad. Según el texto constitucional, la paridad se debe aplicar a las candidaturas de los partidos políticos. El resultado de la elección es el que define quién gana o pierde, sea hombre o mujer. Y en el caso de las plurinominales, se debe aplicar la paridad, un hombre, una mujer, en las listas. Esto implica que el voto debe aplicarse a la paridad en las listas plurinominales, y desde luego, puede suceder, como ya se ha visto en varios congresos locales, que la mayoría sean mujeres en la composición del Pleno.

No es facultad de las autoridades electorales alterar las listas plurinominales para que la paridad se aplique para equilibrar el Pleno. En el caso de ‘repechaje’ que implica dos listas de plurinominales para que entren diputados de partidos y aquellos que han tenido la mayor votación en sus distritos locales para el Congreso. Pero en la Ciudad de México, el órgano local electoral está violentando el principio de paridad al integrar una lista donde no se respeta el intercalar mujer/hombre, privilegiado a una mayoría de hombres, con menor votación que varias mujeres, y formulando una lista de ‘repechaje’ dominada por hombres, porque en la votación uninominal ganaron más mujeres.

Esto debe corregirse ante las denuncias que ya han hecho las mujeres con mayor votación que hombres que han elevado a los primeros lugares con menor votación. No es función de la autoridad electoral ‘equilibrar’ el Pleno para supuestamente hacer válida la paridad. La Sala Regional debe poner orden y evitar esta violación a la paridad constitucional. O bien el TEPJF para dejar en claro en todo el país, que esta es una intromisión inaceptable de las autoridades electorales. El INE ha sido claro en que se debe aplicar la paridad constitucional y las leyes generales y federales contra la violencia política contra las mujeres en razón de género. Pero las resistencias persisten y es vergonzoso que los órganos electorales locales contribuyan a eludir estos principios.

Desde luego perfeccionar la ley para evitar que esto suceda será necesario. Pero en tanto esto se logra, no se puede permitir la burla a la paridad con simulaciones. Hay muchos temas aún pendientes en el marco legal para mejorar y perfeccionar la paridad. Entre otros está el tema de las comunidades indígenas. Y desde luego reglamentar el cómo se aplicará la paridad en las candidaturas a gubernaturas. No es viable hacerlo alternadamente, pues definir de antemano que cada seis años toca a hombre o una mujer la candidatura, es romper las reglas de participación política de los militantes en sus partidos y afecta sus derechos. Así que se tendrá que buscar las fórmulas adecuadas para este aspecto.

La senadora Malú Micher ha presentado ya iniciativas para reformar 13 artículos constitucionales para impulsar la paridad de género en órganos jurisdiccionales, tribunales administrativos y órganos autónomos del Estado. Estas nuevas propuestas retoman aquellos temas que, en su momento, quedaron postergados para avanzar en la paridad constitucional en 2019.

Malú Micher aseguró que sus propuestas son para seguir avanzando en la igualdad plena, principio de nuestra democracia y que se ha postergado por siglos.

Lograr la paridad sustantiva aún enfrenta varios retos y las iniciativas presentadas son un avance en la paridad en todo que busca el movimiento feminista. La iniciativa está firmada por mujeres de prácticamente todas las fracciones parlamentarias, y también por algunos senadores. Es pues muy probable que en septiembre ya se pueda contar con un dictamen y que sea aprobado unánimemente, pese a las resistencias que han presentado ciertos actores políticos.

Además otro pendiente para avanzar en la paridad es incorporarla a los planes de estudio. En los libros de texto gratuitos, hoy vigentes, desde primero de primaria hasta el sexto grado, solo se menciona el tema en seis páginas. Tampoco está en los planes de estudio de secundaria o preparatoria. Vaya, ni siquiera en la FCPyS de la UNAM se tiene una cátedra sobre género, aún cuando para campañas políticas, estudios de opinión, comunicación política y derechos humanos sea indispensable conocer del tema.

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