Rosario Guerra

Quién es quién

¿Quién es quién en las mentiras? pinta la censura como política de Estado y retrata la intolerancia, ignorancia y prepotencia de AMLO.

El presidente de la República juró cumplir y hacer cumplir la Constitución. El artículo primero prohíbe la discriminación, por opiniones, que anule o menoscabe los derechos y libertades de las personas conforme a la propia Constitución y a los tratados internacionales.

El artículo sexto establece que la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley. Esta ley establece procedimientos que AMLO nunca ha seguido para ejercerlo, en caso de que la información sea errónea.

La famosa frase “yo tengo otros datos” con la que responde aun cuando se le citan cifras oficiales de su propio gobierno es una autonegación de sus errores. La información es pública y solo puede ser reservada temporalmente para efectos de seguridad nacional. El artículo séptimo señala que es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas a través de cualquier medio.

No se puede restringir ese derecho por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares u otros actos indebidos para impedir la transmisión y circulación de ideas y opiniones. Lo que hace AMLO con la mañanera es exactamente violatorio de la Constitución.

En ese mismo artículo se establece que ninguna ley ni autoridad puede establecer previa censura ni coartar la libertad de difusión, que no tiene más límites que los previstos en el artículo primero, es decir de los derechos humanos. Las autoridades deben responder a toda petición que se realice por escrito, sobre información pública. Esto no ocurre en el actual sexenio. El caso de los medicamentos es solo un ejemplo.

Además, la Constitución establece la no retroactividad en perjuicio de persona alguna. Y también que ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho. AMLO utiliza la mañanera para imponer su justicia con violencia verbal, que puede escalar a la física y dañar a los periodistas.

En resumen, quién es quién pinta la censura como política de Estado y retrata la intolerancia, ignorancia y prepotencia de AMLO.

Un Presidente debe gobernar para todos, AMLO se rehúsa, dejó fuera a empresarios, periodistas, abogados, médicos, y ahora a la clase media que siente lo traicionó. No hay autocrítica, cegado por la ilusión de ser un buen presidente. La unidad nacional es básica para construir un proyecto. Pero AMLO solo cree en la polarización, así llegó al poder, así gobierna. No hay una responsabilidad, ni una visión de largo plazo a favor de los mexicanos.

Su falso humanismo trata como mascotas a los pobres, que le agradecen prebendas, e ignora a los niños con cáncer, a las mujeres violentadas, los feminicidios, la violencia del narcotráfico en las elecciones pasadas, humilla a Silvano Aureoles, se niega a conocer una realidad alterna a la que él se ha construido.

Protege a los suyos, Pío, hijos, Bartlett, Scheinbaum, López Gatell, adjudicaciones directas de Fonatur y dependencias, de Dos Bocas, entierra el dinero en obras suntuarias y poco útiles para el futuro. ¿Cuántas muertes carga ya en su conciencia?

El Presupuesto de Egresos de la Federación se va en Tren Maya, Dos Bocas, Tren del Istmo, Aeropuerto de Santa Lucía, Pemex y CFE, prohibiendo energías limpias que le compiten, lo demás va a apoyos sociales focalizados electoralmente, por eso no alcanza para salud, infraestructura, educación, becas, guarderías, refugios. Ya se agotó todo el dinero de bolsas para emergencias, incluido el Fonden y demás fideicomisos. Busca apropiarse de las Afore. De nuevo cambió a su secretario de Hacienda, cuando el problema no es la persona, sino su política.

Las calificadoras nos ven con recelo, no podrá AMLO recurrir a más deuda, como lo hace sin publicitarlo, si la calificación baja, o será a altas tazas y caeremos en sobreendeudamiento, porque no podremos pagar, con la orientación que imprime al gasto.

Quién es quién en las mentiras de la semana es un ataque violento a la libertad de expresión, que pone en peligro la integridad de empresas y periodistas, ya de por sí en problemas, que censura la información, que descalifica opiniones e ideas, sin sustento ni en forma legal. Es una amenaza clara para que todos se plieguen a informar lo que él quiere, así sean mentiras. Porque muchas dice en la mañanera. Es un provocador nato.

No se atreve a poner por escrito su derecho de réplica, porque le contestarían que fundamente sus alegatos, entonces abusando de medidas extralegales trata de combatir a sus críticos que se multiplican diariamente. Abusa del control estatal sobre los medios al obligarlos a transmitir su mañanera con el pretexto de informar al pueblo. Pero esa tribuna es un paredón donde se condena, sin más, a quien le critique.

Como todo en la vida, la moneda tiene dos caras. El incluir a periodistas serios, responsables, críticos y con credibilidad en sus ataques mañaneros, puede producir el efecto de que la gente decida leer a estos líderes de opinión y evaluar su información, lo cual es una manera indirecta, no deseada, de incrementar el público lector de estos.

La censura provoca rebelión, violencia y surgen sentimientos para evitar que se ejerzan libertades. Las mentiras son claras e insostenibles, más allá de opiniones. No hemos visto una sola demanda de AMLO contra algún informador por violar los límites de la libertad de expresión, o por difundir noticias falsas. La vía legal no le interesa, lo que busca, como él mismo afirma, es la justicia. Para ser claros, su justicia por encima de la ley y de la ética pública. Quién es quién lo pinta como el gran censor del país, un intolerante y difamador.

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