Economista en Jefe de INVEX

Peso fuerte... y por un rato

El salto de 16.75 a 17.35 pesos por dólar llama mucho la atención. No obstante, el peso aún registra una apreciación de 12 por ciento frente al dólar desde el 30 de diciembre pasado.

Del 1 al 30 de agosto de 2023, el dólar de los Estados Unidos de América (USD) se apreció frente a una canasta amplia de divisas. Por su magnitud, destacaron las depreciaciones de la corona noruega (-3.7 por ciento), el won surcoreano (-3.0 por ciento) y el yen japonés (-2.0 por ciento). Prácticamente todas las monedas principales se debilitaron frente al USD en el periodo citado excepto una notable excepción: el peso mexicano. Entre el 1 y el 30 de agosto, nuestro tipo de cambio se apreció 0.9 por ciento para ubicarse en 16.75 pesos por dólar de acuerdo con información de Bloomberg.

El 31 de agosto, Banco de México (Banxico) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunciaron, a través de un comunicado de la Comisión de Cambios, la disminución del programa de coberturas cambiarias liquidables en moneda nacional por parte del Instituto Central. Este programa, que inició a finales de febrero de 2017 por instrucción de dicha Comisión y que en marzo de 2020 se reforzó para propiciar un funcionamiento ordenado de los mercados financieros tras el impacto inicial de la pandemia, logró colocar alrededor de 7 mil 500 millones de dólares a plazos de uno a doce meses.

Ese 31 de agosto, también con los datos para el tipo de cambio spot que publica Bloomberg (USDMXN), la paridad peso-dólar se depreció 1.8 por ciento. Al 5 de septiembre, la depreciación alcanzaba ya 3.5 por ciento. El USDMXN se ubicaba en 17.35 pesos por dólar.

Podría argumentarse que el anuncio de la Comisión de Cambios afectó a la paridad cambiaria y mucho hay de eso. El punto principal es que el peso mexicano, con todo y los recientes acontecimientos, ¡se mantiene fuerte! Y es probable que esta situación persista.

El salto de 16.75 a 17.35 pesos por dólar llama mucho la atención. No obstante, llama aún más la atención el que la moneda mexicana se mantenga como la divisa más fuerte frente al dólar si considera el último día hábil de 2022 como punto de referencia. Efectivamente, el peso registra una apreciación de 12 por ciento frente al dólar de los Estados Unidos (USD) desde el 30 de diciembre pasado. La segunda moneda con el mejor desempeño después del peso es el real brasileño, con una apreciación de 6.3 por ciento respecto a la divisa norteamericana en el mismo periodo.

Nuestro tipo de cambio se ha depreciado recientemente por acontecimientos locales; no obstante, éste aún muestra una fortaleza ejemplar que al día de hoy se sustenta en los elevados flujos de divisas que recibe el país por concepto de remesas de inmigrantes (38 mil 895 millones de dólares entre enero y julio con la posibilidad de rebasar los 60 mil millones de dólares este año), exportaciones que promedian más de 48 mil millones de dólares en lo que va del año y, sobre todo, un diferencial de tasas de interés contra la principal economía del mundo que permanece atractivo a pesar de que la Reserva Federal (Fed) aumente más su tasa de referencia en las siguientes reuniones.

El peso se mantiene fuerte. Y probablemente continúe así por un rato. Si el diferencial de tasas de interés comenzara a perder influencia sobre los niveles de tipo de cambio y si los flujos de divisas se estabilizaran, o incluso disminuyeran, ante un incremento en las tasas de interés norteamericanas, ¿qué podría ayudar al tipo de cambio a mantenerse por debajo de los 18.00 pesos por dólar?

El crecimiento. No solo Banxico ajustó al alza su previsión para la expansión del PIB de 2023 y 2024 de forma significativa en su más reciente informe trimestral (de 2.3 a 3.0 por ciento y de 1.6 a 2.1 por ciento, respectivamente). El consenso también se ha mostrado relativamente más optimista. No sorprendería que la SHCP, quien confirmó en abril que nuestra economía crecería 3.0 por ciento este año cuando los analistas anticipábamos una cifra promedio de 1.6 por ciento, aumente su previsión de crecimiento para 2023 a niveles cercanos a 4.0 por ciento en los Criterios Generales de Política Económica 2024 que conoceremos este viernes.

Los datos de inversión fija bruta han sido alentadores. La inversión en la parte no residencial es fuerte gracias a la conclusión de los principales proyectos de la actual administración y a estrategias de relocalización de la producción (nearshoring) que rinden y continuarán rindiendo frutos.

Si bien el USDMXN se ha depreciado últimamente, el nivel de la paridad cambiaria sería significativamente mayor de no ser por la solidez estructural que muestra la economía mexicana en el corto y mediano plazo. Siempre hay riesgos, pero por ahora, esperamos un peso fuerte… y por un rato.

El autor es economista en jefe de Invex.

COLUMNAS ANTERIORES

El dilema del ciclo de baja de tasas en México
El riesgo de un repunte en la inflación no subyacente

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.