Otros Ángulos

Todos queremos a Claudia Sheinbaum

Quisiéramos creer que la frase “Llegamos al Gobierno de la Ciudad de México a realizar cambios profundos” fuese una clara, decisiva, evidente realidad que ya palpáramos a donde quiera que fuésemos.

Si nos atenemos a los datos y a la generalizada percepción, entonces la Jefa de Gobierno saldría reprobada como calificó el conocido periodista Alejo Sánchez Cano. En efecto, los homicidios en los primeros ocho meses de este año, alcanzaron una cifra récord al llegar a los 20 mil 135 muertos; más cadáveres que en Irán y Siria, países en permanente conflicto bélico y de violencia descrita todos los días en los medios de difusión.

El problema del alza de los asesinatos se extiende por todos los rincones del país y en forma jamás imaginada en la capital. No obstante, doña Claudia informa que esos homicidios dolosos han bajado 34 por ciento.

Qué ganas de creerle y de no figurar, ni la familia ni los amigos en la cifra roja de muerte, violaciones, atracos, robos y asaltos o ser despojado de nuestras pertenencias y sufrir traumatismos y humillaciones.

Sí, cuántas ganas de vivir en una ciudad limpia, sin telarañas de cables sobre nuestras cabezas, sin aceras semiderruidas y con calles lisas, parejas en su asfalto como las grandes ciudades del mundo desarrollado.

Síí, cuántas ganas de tener espacios públicos bien cuidados y donde la convivencia se pueda dar en paz y tranquilidad; sin el acoso de vendedores y sobre todo sin el ahora ya permanente temor de ser asaltados y hasta secuestrados.

Síí, cuántas ganas de no sufrir la falta del suministro de agua, de saber que la gran capital nos ofrece oportunidades de trabajo, con crecimiento económico y sin que los adultos mayores sean considerados con fines electorales y las mujeres no tengan que tomar el Metro en vagones especiales que las resguarden de hombres deseosos de tocarlas y hacerlas suyas contra su voluntad.

Síí, qué ganas de creerle a la Jefa de Gobierno cuando nos dice que ya la Guardia Nacional nos protege, pues tiene elementos capacitados, confiables y con el amplio criterio de pensar antes que nada en nuestros derechos ciudadanos tan mortificados y arrasados por tantos malvivientes.

Síí, qué gusto nos daría contar con una red de transporte público limpio, eficiente, bien estructurado que nos permitiera dejar estacionados nuestros autos donde diariamente pasamos horas de tensión nerviosa y con los que, en forma involuntaria, contaminamos el aire que todos respiramos.

¡Ah! Qué gusto haya desaparecido el cuerpo de granaderos que reprimían sin que hubiera motivo a la población inerme, pues ya tenemos un cuerpo policíaco capaz, respetado y con una clara vocación de servicio al haber aumentado su autoestima y reflejar eso con calidez en su trato con los ciudadanos.

Síiíí, quisiéramos creer que la frase "Llegamos al Gobierno de la Ciudad de México a realizar cambios profundos" fuese una clara, decisiva, evidente realidad que ya palpáramos a donde quiera que fuésemos y que nos estimulará a participar cada uno hasta nuestro esfuerzo llegara.

Por supuesto, quisiéramos que al haber eliminado el programa Niños con Talento que otorgaba becas a los infantes con buenas calificaciones, fuese suplido con otro mucho mejor y no solamente generalizando a todos por el hecho de ser menores de edad.

Sííí, queremos pensar que con la experiencia que tuvo como Jefa Delegacional en Tlalpan, donde los moches eran norma habitual, ya hubieran desaparecido en todas, absolutamente todas las 16 alcaldías.

Síiíí, deseamos vivamente que cuando fue designada secretaria del Medio Ambiente de 2000 a 2006, y fue responsable de la edificación del segundo piso del Periférico, nos dijera a cuánto ascendió la suma que aún permanece bajo siete llaves para comprobar la honestidad de toda la administración defeña de ese tiempo.

Y claro, ya olvidado el asunto del Colegio Rebsamen con todos sus muertos y heridos; los peligros que todos los días tenemos que sortear los habitantes durante las 24 horas, dejar atrás feminicidios, levantones, asesinatos y pésimo tratamiento en la Procuraduría y ministerios públicos, queremos pensar que es cierto cuando nos dice:

"Usaremos toda nuestra determinación y capacidad para hacer de la CdMx una ciudad segura, en paz y estar a la altura de este pueblo maravilloso y de la cuarta transformación de la República".

Sí doña Claudia, todos la queremos mucho.

COLUMNAS ANTERIORES

La austeridad republicana mata
García Luna, un productor de televisión

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.