Construyendo

Las mejores oportunidades tienen su raíz en el riesgo

La industria de la construcción necesita incorporar la resiliencia en sus procesos y proyectos, adaptarse a las condicionantes adversas que impone el cambio climático y profesionalizar al capital humano.

“Los seres humanos han inventado el concepto de riesgo para poder entender y sobrellevar los peligros y las incertidumbres de la vida”, esta es una frase atribuida a Daniel Kahneman, psicólogo israelí-estadounidense que en 2002 fue laureado con el Premio Nobel de Economía por su trabajo de investigación respecto del juicio humano y la toma de decisiones bajo incertidumbre.

Todos tenemos una etapa en nuestras vidas en la que gozamos de cierta estabilidad, y todo parece encontrarse en un delicado equilibrio. Sin embargo, todas las piezas que componen nuestra existencia están conectadas mediante finos enlaces y el futuro está plagado de incertidumbre. Hay ciertos riesgos que conocemos bien, que son previsibles y podemos controlar, pero también hay otros que surgen inesperadamente y nos enfrentan, por lo que, inevitablemente, todo podría caerse a pedazos.

Si eso llegara a ocurrir, es importante recoger todas las piezas, para construir nuevamente los pilares y el andamiaje de soporte, que permita alcanzar de nuevo y lo antes posible, la estabilidad perdida. Esto sucede tanto en la vida privada como en los negocios

El Barómetro de Riesgos Allianz 2022, una publicación anual con la más alta reputación global en el mundo del análisis de riesgo, se basa en una encuesta que recoge las opiniones de 2 mil 650 expertos en riesgos de 22 sectores industriales, de empresas pequeñas, medianas y grandes, de 89 países alrededor del mundo, a quienes se pidió enumerar los tres riesgos más importantes en cada sector.

Este reporte enumera algunos de los más grandes riesgos en el sector de ingeniería, construcción y bienes raíces, ocupando la más alta posición la interrupción del negocio por cualquier razón, incluída la ruptura de la cadena de suministro que es algo que ya estamos observando. En segundo lugar, con una diferencia de apenas un punto porcentual, se ubican las catástrofes naturales, tales como inundaciones, incendios forestales y fenómenos meteorológicos que cada día son mas intensos y frecuentes a causa del cambio climático. Un riesgo que por primera vez se ubica dentro de los cinco más importantes, es la escasez de capital humano calificado y experto.

La industria de la construcción es una que, al menos en México, se cataloga como de alto riesgo por las instituciones crediticias y financieras. Pero, desde las raíces mismas del riesgo, es que crece y florece el árbol de las oportunidades, y siendo la construcción de infraestructura el detonante principal de la recuperación económica y el antídoto natural para superar cualquier dificultad, la respuesta correcta de los constructores de nuestro país tiene que ser afrontar con optimismo este momento de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad que nos está tocando vivir.

Lee Iacoca decía que con demasiada frecuencia pasan ante nosotros grandes oportunidades disfrazadas de problemas sin solución. La industria de la construcción necesita incorporar la resiliencia en sus procesos y proyectos, adaptarse a las condicionantes adversas que impone el cambio climático y profesionalizar al capital humano, para convertir las más temidas amenazas, en brillantes oportunidades.

Raúl Asís Monforte González

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