Apuntes Globales

De embajador al nuevo embajador

El nominado de Trump para ser embajador en México es Christopher Landau, egresado de Harvard y quien trabajó para el reverenciado juez conservador Antonin Scalia.

La diplomacia de Trump se tardó 10 meses en nominar un sustituto de la embajadora de carrera Roberta Jacobson, quien renunció a su cargo al inicio de mayo pasado. En los tiempos de Trump no es una espera tan larga. Hay cientos de puestos, especialmente los que requieren confirmación por el Senado, que siguen vacantes.

El nominado de Trump es Christopher Landau, un abogado de pedigrí, egresado de Harvard, quien trabajó para el reverenciado juez conservador de la Suprema Corte, Antonin Scalia, acaecido en 2016. También trabajó para otro juez conservador, Clarence Thomas. Landau es parte de una élite conservadora de Estados Unidos. Pertenece a un grupo de abogados egresados de prestigiadas escuelas de Derecho (Ivy Leagues), al igual que el último nominado a la Suprema Corte, Brett Kavanaugh. Éstos aprovecharon sus privilegios para lograr una excelente formación académica y han mostrado un gran empuje para forjarse carreras profesionales de gran éxito.

Un tema interesante en la biografía de Landau es que nació en España y creció en Chile, Paraguay y Venezuela, pues su padre era diplomático. De manera que habla español perfectamente y entiende nuestra cultura.

Para evaluar los retos de Landau, tuve una plática con el exembajador Jeffrey (Jeff) Davidow (1998-2002), querido amigo mío y de cientos de mexicanos, con quien tengo el placer de convivir como profesor de la Universidad de California en San Diego.

Davidow escribió una memoria excelente de sus cuatro años de embajador en México, El oso y el puercoespín. La imagen es muy elocuente. Estados Unidos es un animal enorme, un oso, el cual hace osos por negligente o simplemente porque es más fuerte y machuca al puercoespín. México, animal pequeño, permanece erizado y esperando lo peor de su enorme vecino. Lo que más me impresionó de mi lectura del libro de Davidow era cómo sus páginas transparentaban una gran admiración y cariño por la cultura mexicana y por los mexicanos. Jeff fue un embajador que al lado de su incansable esposa Joan, viajó por todo el país y nunca saciaron su interés por entender las distintas facetas de la complejidad del ser mexicano, de nuestros colores, sabores y olores.

A mi pregunta, es indispensable que un embajador tenga muchos amigos como tú los tuviste, me contesta –cuando estás contento en un lugar es natural hacer amigos y sí ayuda, pues escuchas de ellos distintas interpretaciones de México que te permiten entenderlo mejor.

Davidow considera que un reto específico de la embajada en Paseo de la Reforma es la labor de coordinación y de manejo de personal. Cuando él fue embajador había al menos 30 distintas agencias. Y es de la mayor importancia que dialoguen y se coordinen entre estas. De otra manera, la contraparte mexicana nos da la vuelta. Por ejemplo, en los temas de seguridad, PGR le puede pedir algo a la CIA, y si no lo obtiene va al FBI o a la DEA. Por eso es importante la comunicación horizontal entre las agencias. Sólo el liderazgo del embajador puedo lograr esa coordinación.

También es importante que el embajador apoye a las distintas agencias representadas en la embajada. Por ejemplo, si el secretario de agricultura no le hace caso al agregado del ramo, el embajador debe interceder para desatorar el asunto.

Landau tendrá que subirse a un tren andando, pues llegará, si todo sale bien en su proceso de confirmación en el Senado, al acercarse al tercer aniversario del gobierno de Trump. Es decir, ya hay relaciones establecidas. Por ejemplo, el yerno y consejero de Trump, Jared Kushner, es un enviado a México de alto nivel que ya incluso conversó con AMLO. Davidow considera que el reto para Landau es poner a la embajada al centro de esas conversaciones y procesos y que sea capaz de facilitarlas.

El embajador, reflexiona Davidow, tiene que explicar México en Washington y explicar Estados Unidos en la Ciudad de México. Y este año la relación bilateral está atravesando por un momento muy importante. Tendría que lograrse la aprobación legislativa del Tratado-México Estados Unidos Canadá (TMEC).

La prensa ya no es tan hostil, considera el exembajador. Lo que sí es importante es asientes la agenda, que les digas lo que tú quieres que escuchen y no lo que ellos quieren escuchar. Ellos insistirán en preguntarte cuando inauguras una exposición sobre una fricción en la frontera. Tú les contestas que este es momento para hablar de cultura.

Le pregunto qué tan importante es tener acceso a quien despacha en la Oficina Oval. En su mejor estilo, con humor y cinismo, señala que son muchos los embajadores que lo presumen y muy pocos los que lo logran. Pero no hay que despreciar a un embajador político, pues considera que suele tener como ventaja conocer a actores importantes de la administración en turno. En este sentido, seguramente Landau tendrá sus contactos y éstos le facilitarán las cosas.

La última recomendación de Davidow para cualquier diplomático de su país en México es no ser pomposo. Facilita mucho ser amable, ligero, tener sentido del humor—no somos tan importantes como la gente piensa.

Landau, me confía Jeff, me parece un tipo ligero e inteligente.

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