Apuntes Globales

AMLO en el espejo de Trump

Mirémonos en el espejo de Estados Unidos para entender las dimensiones de los que está por llegar y derrotarnos.

La situación actual en México es insostenible. El país se encuentra paralizado y dividido. Mirémonos en el espejo de Estados Unidos para entender las dimensiones de los que está por llegar y derrotarnos.

Estados Unidos, el nuevo epicentro de la pandemia, pronto llegará a un millón de contagios y al publicase este artículo habrá más de 50 mil decesos. Más de un 25 por ciento de todos los contagios del mundo están en este país; también suma el 25 por ciento de los decesos.

En Nueva York y Nueva Jersey proliferan las fosas comunes. Los muertos no sólo no tienen digna sepultura, sino que prácticamente casi todos se han ido sin poder despedirse de sus familiares. En las próximas semanas, el presidente Trump habrá enterrado a más muertos que los cinco presidentes que gobernaron durante las guerras de Vietnam y Corea -Truman, Eisenhower, Kennedy, Johnson y Nixon.

En lo referente a la economía, la cifra de desempleados no tiene precedente. Más de 25 millones de estadounidenses le han solicitado a su gobierno subsidios por desempleo. Los bancos de comida no se dan abasto y las colas pueden durar toda una mañana. Y es aquí, en el país más rico del mundo, donde el Covid-19 ha mostrado una situación arraigada que lleva décadas sin atenderse: la desigualdad.

Desde la llamada 'Gran Sociedad', una serie de programas lanzados por el presidente Lyndon B. Johnson para combatir la pobreza, el gobierno federal se ha olvidado en fortalecer la seguridad social y cerrar brechas entre los que tienen demasiado y los que no tienen nada.

El Estados Unidos de hoy es el más desigual de las economías desarrolladas. El uno por ciento más rico genera lo mismo que el 80 por ciento más pobre. Y las minorías, especialmente los afroamericanos y los latinos, no han logrado integrarse a la afluente sociedad americana. Sus tasas de mortalidad ante el Covid-19 son más del doble que la de la población blanca.

El sueño americano se ha ido desdibujando. Dos salarios de parejas jóvenes sin grado universitario no son suficientes para alcanzar una vida de clase media. En regiones del país, como California, el precio de las casas es exorbitante. La mujer que viene a hacer el aseo a nuestro centro de investigaciones en la universidad de California en San Diego tiene la práctica de poner el aire acondicionado a máxima –es que vivo en el desierto a dos horas al este y no tengo clima. Los ricos y extranjeros están sobrerepresentados en las mejores universidades y el sistema de educación pública primaria y secundaria es de los más bajos de los socios de la OCDE.

Se sabía del deterioro. Y Trump, quien utilizó el enojo de los blancos para llegar a la Oficina Oval, se ha encargado de profundizar las brechas y retroceder a un capitalismo sin regulaciones. Ya acabó con el único avance social de relevancia en los últimos 50 años, la reforma de salud de Obama.

AMLO al igual que Trump, ha tenido una respuesta nacionalista y tardía al Covid 19. A ambos les preocupa enormemente el impacto en la economía. Trump está en la antesala de la elección. AMLO porque no quiere endeudarse y porque se niega a entender que sus sueños de la cuarta transformación ya se los llevó el Covid-19.

Se trata de salvar a los mexicanos de morir en las calles como ya sucede en Ecuador y de tener fosas comunes como las de Nueva York. Se trata de evitar que revienten las pequeñas y medianas empresas, los changarros y las fondas. Se trata de evitar que los trabajadores informales y los que viven al día, que el pueblo bueno por AMLO trabaja de noche y día, pase la peor hambruna de la que tengamos memoria. Se trata de evitar los saqueos y que grupos criminales aprovechen la crisis para enquistarse irremediablemente en nuestro tejido social.

No es Trump

AMLO no es Trump. Ganó la elección por que nos demostró que estaba dispuesto a morirse en la raya con tal de cerrar las brechas que ahogaban a nuestro país. Por eso, presidente López Obrador, tienes que reaccionar y voltear a ver qué lecciones nos ofrece el mundo y emular a Corea del Sur, no a Estados Unidos.

Los militantes de Morena y el equipo de AMLO tienen una responsabilidad histórica. Lo único que no les falta es poder. Si no pueden o no los dejan, una renuncia masiva podría cimbrar al mandatario.

Las élites mexicanas también están a prueba. Basta de correr con su dinero a mejores escenarios. Qué oportunidad mejor para mostrar que su apuesta se llama México.

AMLO no debe imitar a Trump en la politización de la respuesta. No es la hora de dividir más al país acusando y provocando a sus enemigos políticos. Es el momento de la política y del líder –trascender las diferencias para encontrar al adversario más allá o más acá de sus preferencias.

Hazlo por los pobres, Presidente. Serán los que, como siempre, más la van a sufrir.

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