La Fiesta Está Viva

Tercia de ases

La columna de hoy la quiero enfocar en tres novilleros que juntos y por separado están causando revuelo taurino, escribe Rafael Cué.

De vez en vez, la tauromaquia reúne parejas o tercias de toreros capaces de marcar épocas y de despertar la ilusión entre los aficionados, el público y los profesionales del toreo, llámense empresarios, ganaderos, periodistas, etcétera.

Hoy contamos con una brillante generación de novilleros, algunos formados en México y otros en Europa. Destacan de este grupo, nombres como Juan Pedro Llaguno, José María Mendoza, Isaac Fonseca, Eduardo Neyra, José María Hermosillo, Cristian Antar, Sebastián Ibelles, José Sainz, José María Arellano, Arturo Gilio, entre otros.

"La Fiesta está viva" de hoy, la quiero enfocar en tres novilleros que juntos y por separado están causando revuelo taurino. Si bien es justo decir que Héctor Gutiérrez, Miguel Aguilar y Diego San Román gozan del apoyo para preparase en España por parte de la empresa Espectáculos Taurinos de México, también es proporcional la gran responsabilidad que tienen de evolucionar, madurar y triunfar como toreros.

Esta tercia ha brindado ya grandes tardes de toros en Juriquilla, Guadalajara, la semana pasada, y antes de ayer en la Plaza México. El resultado de orejas, creo que aunque importante, en esta etapa pasa a segundo plano, ya que lo que considero trascendente es el ambiente y la ilusión que han despertado en publico y aficionados. A Gutiérrez la espada le privó de salir a hombros en México, pinchando a sus dos novillos. San Román en Guadalajara cortó las orejas y el rabo a un buen novillo de San Martin, hecho que no ocurría desde hace 30 años en la perla tapatía. Antes de ayer en La México, Miguel Aguilar se destapó con tres orejas ante un muy buen novillo de Marrón, merecedor del arrastre lento; con el otro, de menores posibilidades de triunfo, mostró una enorme dimensión como torero al adaptarse a las condiciones del astado (precioso por cierto), meter a la gente a su faena y rematarla con un estoconazo.

Estos tres son oro molido para la tauromaquia universal, no sólo para la mexicana; pocos, muy pocos novilleros europeos tienen su capacidad, que los hay buenos, sin duda, pero estos tres toreros comen aparte, es nuestro deber y obligación como afición seguirlos, exigirles y disfrutarles, que no es lo mismo que darles coba, ojo, pueden y deben dar aún más. Su techo artístico en cada tarde se ve más amplio, novillo a novillo se les nota la evolución y el gusto por ser toreros.

La novena novillada de la Temporada Chica en la Plaza México tiene muchas lecturas, no solamente taurinas, estas fueron altas; funcionaron cuatro de los seis novillos de la ganadería de Marrón, los cuales fueron materia prima para que Gutiérrez y Aguilar nos emocionaran el domingo. San Román no tuvo suerte en el sorteo, la tuvo en Guadalajara pero no en México, el toreo es así, duro, un día triunfas y al otro no tienes opciones.

La receta taurina para llevar gente a los tendidos es antigua: si hay toreros que interesan, la gente va a verlos; el proceso es complejo, caro y con muchas variantes, pero esta tercia ha sido, es y será materia prima para que la gente vaya a verles torear. Los tres cuentan con bases en su preparación y con un estupendo concepto del toreo. Ninguno se parece a nadie, ni entre ellos. La competencia se percibe natural, no forzada ni actuada.

El domingo en la México vivimos una importante tarde de toros. Ambiente a favor del toreo. El público dispuesto a disfrutar, principal condición para ser buen aficionado; no es necesario conocer de memoria ni fechas, ni pintas, ni quites, ni pases, es mejor aficionado quien disfruta del toreo, que quien juzga exento de sensibilidad y escudado en una exigencia que muchas veces se muestra como ignorancia.

Estamos ante tres ases; llegan a tiempo para renovar la pasión y la ilusión del público. El verdadero sustento de nuestra cultura es todo aquel que decide pagar un boleto para disfrutar de un espectáculo único.

Le invito a verlos. Donde quiera que se anuncien, si está dentro de sus posibilidades, asista, lleve a sus hijos; estos tres toreros son capaces de despertar y crear una nueva generación de aficionados.

COLUMNAS ANTERIORES

Olé Aloi
Sevilla, la feria del toro

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.