La Fiesta Está Viva

La reconstrucción

Tiempo de reconstrucción a nivel global y a nivel particular, en lo social como en lo taurino.

España es la cuna de la tauromaquia, ni duda cabe; un país hermano al nuestro, por sangre, por cultura, por idioma y porque de la fusión de estas dos culturas hace más de 500 años, somos el pueblo que somos, aunque algunos se sientan traicionados y abatidos, más bien diría yo acomplejados y resentidos, pero ese es tema para una columna social y ésta es taurina.

México se formó con la compleja fusión de estas culturas, un choque de trenes, conquistadores y conquistados, luego independizados y soberanos con lo mejor de los dos mundos. El orgullo indígena de nuestras culturas, base de nuestra importancia histórica y cultural. No me cansaré de expresar mi pasión por este gran país, por su cultura, su gente, sus paisajes, su arqueología, su gastronomía, sus playas y sus bosques, sus desiertos y selvas. El color de sus artistas y la nobleza de su gente, tolerante al máximo pero a la vez de un estoicismo brutal, ejemplo para el mundo de solidaridad cuando hemos tenido que echar pa'lante como sociedad, evidenciando a los gobiernos y haciendo a un lado posturas, ideologías y absurdos.

Centrándonos en el toro, México tiene una tauromaquia propia, un toro con más de 100 años de evolución, refresco de encastes hace 20 años, una baraja inmensa en variedad y calidad tanto en matadores como en novilleros. Un público de excelsa sensibilidad y apertura a disfrutar de la tauromaquia. Lo digo a título personal, nos falta creérnoslo, defenderlo y promoverlo sin necesariamente mirar a otros países taurinos. Vivimos en tiempos de globalización, lo cual no significa aceptar migajas, significa sentarnos a la mesa en igualdad de condiciones para en estos crudos tiempos de ataque, defender, enseñar y difundir el patrimonio cultural que abarca la tauromaquia y que tan sólo ocho países del mundo cuentan con este tesoro.

Tiempo de reconstrucción a nivel global y a nivel particular, en lo social como en lo taurino. Miro a España, país que admiro y disfruto de su cultura y de los centenares de vínculos que tenemos con ellos. Me da tristeza e impotencia ver que a su gobierno ha llegado un grupo de personajes que intentan abolir su esencia y sus valores, su bandera y su cultura, y en esto va incluida la tauromaquia. Me pregunto por qué el resentimiento, el rechazo a lo que son y la intolerancia a los millones de españoles que sí sienten orgullo por su bandera, su cultura y su esencia.

Desde Iberia han lanzado la Gira de la Reconstrucción, más de 20 festejos taurinos televisados en plazas de todo tipo. Excelente resultado de trabajo en unión por parte de los distintos sectores, combinación de Figuras con toreros emergentes, buen aprovechamiento de la crisis para generar oportunidades. Si bien esto no resuelve la catástrofe del campo bravo, ni la falta de ingresos de los profesionales del sector, sí es un ejemplo de trabajo y de levantar la mano para manifestarse en la sociedad vía la televisión, fundamental para la difusión de cualquier espectáculo.

Pese a este gran esfuerzo, han habido ya declaraciones de toreros que piden sentarse a dialogar con todos los sectores, mostrando miedo a que la televisión sea quien manda, cuando en muchos casos no sería posible dar carteles sin ella. Ojo, humildad y sensibilidad para reestructurar más que reconstruir un sistema, un espectáculo como negocio y una cultura cuyos valores escasean en la sociedad actual, que bien comunicados pueden ser sin duda una oportunidad a capitalizar.

México sigue sin posibilidad de dar festejos abiertos, seguimos sin ponernos de acuerdo, sin sentarnos todos juntos; se sientan grupos afines, y creo que se deben sentar todos para definir bases, formas y activaciones como gremio, no como grupos. Hay muchos esfuerzos loables y muy bien hechos, ¿por qué no hacerlos juntos? Siempre pensando en el público, de otra forma no sabremos aprovechar las oportunidades que ha generado esta tremenda crisis a nivel mundial.

"Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo": Albert Einstein.

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