La Fiesta Está Viva

La de rejones

El domingo pasado, se llevó a cabo el penúltimo festejo de la triunfal temporada de reapertura en la Monumental Plaza de Toros México. Tres rejoneadores: Andy Cartagena, torero español de primer nivel; Emiliano Gamero, mexicano, y el joven Fauro Aloi, quien el próximo dos de abril cumplirá sus primeros dos años de alternativa.

México es un país de a caballo. Sin duda alguna el gusto por este bello animal, el segundo más hermoso del mundo, -obviamente el toro ocupa el trono en belleza y poderío- despierta la pasión de hombres y mujeres, en binomio han escrito la historia de la humanidad.

La tauromaquia surge con el toreo noble a caballo hace más de 500 años. Esta disciplina reúne los orígenes del toreo como espectáculo para el pueblo, con tiempo evoluciona a la lidia a pie, pero se mantiene como una de las expresiones más llamativas del toreo, enriquecida con los forcados y también con las distintas vestimentas utilizadas por los caballeros como la tradicional a la usanza de Luis XV, también conocida como a la portuguesa, la campera española con el traje corto andaluz, la charra mexicana y desde hace alrededor de una década, Pablo Hermoso de Mendoza ha utilizado una versión modificada del traje rondeño de lujo.

Los festejos taurinos exclusivamente de rejones, lidia de seis toros por tres rejoneadores, acompañados en ciertas ocasiones por grupos de forcados, son bastante populares en México, España (sin forcados) y obviamente en Portugal, cuna del toreo a caballo.

El domingo pasado, se llevó a cabo el penúltimo festejo de la triunfal temporada de reapertura en la Monumental Plaza de Toros México. Tres rejoneadores: Andy Cartagena, torero español de primer nivel; Emiliano Gamero, mexicano, y el joven Fauro Aloi, quien el próximo dos de abril cumplirá sus primeros dos años de alternativa. Disputándose la Forca de Oro, tres grupos de forcados: desde Portugal los de Alcochete, los Forcados Amadores de México y los Forcados de San Luis Potosí. Seis toros de la ganadería de La Estancia, resultando tres muy buenos, uno de ellos mereció el indulto, y tres complicados, uno muy certero y geniudo y dos que se defendieron siempre, resultando muy complicados para el lucimiento.

Si bien, siempre he manifestado que lo más importante para un aficionado es asistir a las plazas de toros a disfrutar, también debo afirmar que existen formas, tradiciones y rituales que deben permanecer intactos durante la lidia. Cada torero a pie o a caballo puede y debe interpretarlos a su manera, lo que genera la rica diversidad de estilo, pero sin perder las formas, sin querer engañar o vender lo que no se ha consumado ante el toro. Si esto ocurre, al que primero se le falta al respeto es al toro y de inmediato al público, queriéndole vender otra cosa de lo que realmente sucede en el ruedo. Esto nada tiene que ver con el estilo, pero sí con la ética del toreo.

A la suerte siempre hay que acompañarla de entrega y profesionalismo, de nada sirve un lote bueno de toros si no se está preparado para triunfar con él. Andy Cartagena es, sin duda, uno de los rejoneadores más importantes del escalafón español. Figura del toreo al que ayer le salieron dos toros de ensueño con los que desarrolló dos faenas llenas de temple, explosividad, alta escuela, cercanías y verdad en su toreo a caballo. Adornado todo esto con su original manera de sentir el toreo, llenando los tiempos muertos con ejecuciones vistosas con su impresionante cuadra. De no haber fallado con el rejón final en sus dos toros, hubiera firmado Cartagena otra tarde histórica en La Plaza México, donde ya ha triunfado con rotundidad anteriormente. Una oreja a su segundo por las fallas mencionadas. Toros y faenas de Puerta Grande, una pena la espada. Los forcados portugueses lucieron en dos pegas llenas de temple y emoción a dos toros que embistieron con clase y poderío.

Emiliano Gamero divide opiniones. Alejado del clasicismo, su carrera no deja de tener mérito digno de reconocerse, guste o no. Tuvo en su lote sol y sombra. Un primer toro muy complicado, que cortaba el viaje a los caballos, media embestida, siempre queriendo hacer daño sin entrega. Resolvió la papeleta clavando, por lo general, a caballo pasado, no al estribo y con su montura siempre apuntando hacia la salida de la suerte. Detalles que quizá el gran público no percibe pero que en definitiva definen el toreo puro a caballo. Recursos vistosos, piruetas lejos del toro.

Con su segundo, un toro bueno y con mucha transmisión, Emiliano volvió loca a la gente del tendido. Aprovechó muy bien la calidad y emotividad del toro. Toreó con cercanías, no permitió los tiempos muertos y la faena siempre mantuvo un alto nivel de atención y emoción de los asistentes a la Monumental, que una vez más presentó una gran entrada en sus tendidos.

Lo que no me gustó, y he desaprobado siempre en toreros de a pie o de a caballo, es provocar el indulto. El toro tenía condiciones, sin duda, pero provocar el perdón con gesticulaciones me parece de nula clase y torería, incluso, hasta una falta de valores taurinos para sus alternantes y la historia del toreo.

No quiero demeritar en lo más mínimo lo que Emiliano ha conseguido. Son ya dos indultos en la gran plaza, que se dice fácil. Simplemente desapruebo la manipulación de masas.

Fauro Aloi es un rejoneador serio. Tarde a tarde va creando y consolidando el clasicismo de su tauromaquia. Con un lote infumable, estructuró dos faenas ortodoxas, elegantes, haciendo todo para el toro. Dos trasteos muy toreros. Una tarde difícil, librada con categoría.

Próximo fin de semana, novillada interesante en Texcoco, sábado 4:30 pm, Eduardo Neyra, César Pacheco, Jorge Molina y Bruno Aloi, con ocho de Pastejé. Y en La México, el domingo, novillada que cierra este ciclo con Emiliano Osornio, Luis Ángel Garza y Andrés García con seis de Villar del Águila.

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