Pedro Salazar

La UNAM y la igualdad de género

El pasado lunes el consejo Universitario sustituyó el concepto “equidad” por el de “igualdad”. Al aprobar este cambio de denominación, la UNAM se colocará entre las instituciones a la vanguardia en este importante tema.

El día de ayer sesionó el Consejo Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México. La agenda era abultada y la sesión fue prolongada. Se nombraron cuatro universitarios eméritos, se aprobó la licenciatura 130 (Ciencia de la Nutrición Humana), se votó el presupuesto universitario para el año 2021 y otras cuestiones relevantes para la UNAM y para el país. Pero hay dos decisiones que merecen una mención especial.

Primero, la creación del Programa de Posgrado en estudios de Género. Se trata de un proyecto académico de excelencia que fue madurando a lo largo de los años y que ahora se materializa en el Subsistema de Humanidades bajo el liderazgo de la Facultad de Filosofía y Letras.

De esta manera, la Universidad Nacional atiende una legítima demanda académica de las universitarias y universitarios –sobre todo de las primeras– que han venido generando conocimiento en la materia y que podrán proyectarlo en la formación de especialistas en los más altos niveles de estudio.

Pero, además, el programa surge en un contexto en el que los estudios de género son más necesarios que nunca y, en esa medida, se inserta en una agenda amplia de reformas, protocolos, transformaciones institucionales, talleres y cursos, etcétera, que responden a los llamados de atención y genuinos reclamos de diversos colectivos de universitarias. En ese sentido, se trata de un programa académico con vocación de incidencia en las dinámicas de la UNAM y, desde ahí, de la sociedad en su conjunto.

En segundo lugar, se modificó la denominación de la Comisión Especial de Equidad de Género del Consejo Universitario para sustituir el concepto "equidad" por el de "igualdad". La petición provino de la propia comisión y no se trata de un mero ajuste terminológico.

Comparto una referencia casi anecdótica, pero que, como veremos, tiene una razón de fondo. La confusión entre los términos equidad e igualdad inició con una mala traducción del término "equality", que algunos grupos intencionalmente tradujeron como "equidad" en el contexto de la IV Conferencia mundial sobre la mujer que se realizó en Beijing en 1995. Esos grupos fueron encabezados por el Vaticano y ofrecieron una fuerte resistencia a la agenda igualitaria.

Sin embargo, el uso del concepto igualdad tiene asidero y sustento en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos que forma parte de nuestro ordenamiento jurídico. Instrumentos internacionales como la Convención para la eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer (CEDAW) establecen que se debe hablar de igualdad de género, no de equidad. Esto es así porque el derecho humano es el de la igualdad, no el de la equidad.

Ya lo adelantaba: no se trata de una discusión terminológica. El derecho a la igualdad está vinculado con el derecho a la no discriminación y exige reconocer el contexto de desigualdad en el que han vivido principalmente las mujeres y otras poblaciones históricamente discriminadas para garantizar igualdad de oportunidades y de resultados tomando en cuenta consideraciones biológicas, sociales y culturales. A eso se lo conoce como "igualdad sustantiva" y se encuentra definida en la Recomendación General No. 25 del Comité CEDAW.

Ese mismo Comité, en 2006, recomendó directamente a nuestro país utilizar el término igualdad y no el de equidad. En sus observaciones advirtió que la Convención utiliza el término igualdad y que le preocupaba que México como Estado entendiera la equidad como un paso preliminar para el logro de la igualdad. Permítanme citar textualmente dicha comunicación: "El Comité pide al Estado parte que tome nota de que los términos 'equidad' e 'igualdad' transmiten mensajes distintos, y su uso simultáneo puede dar lugar a una confusión conceptual. La Convención tiene por objeto eliminar la discriminación contra la mujer y asegurar la igualdad de hecho y de derecho (en la forma y en el fondo) entre mujeres y hombres. El Comité recomienda al Estado Parte que en sus planes y programas utilice sistemáticamente el término 'igualdad'". (numeral 19).

De hecho, otras instituciones como las Cámaras del Congreso de la Unión o la Suprema Corte de Justicia de la Nación han adecuado en este sentido la denominación de las respectivas comisiones correspondientes. Así que, al aprobar este cambio de denominación, la UNAM se colocará entre las instituciones a la vanguardia en este importante tema. No se tratara de un cambio lingüístico sino potencialmente sustantivo.

Además, los Pumas están en la final. ¡Goya!

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