Patricia Kurczyn Villalobos

El gasolinazo y el derecho a la información

 

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Como lo muestran los hechos recientes, México y los mexicanos enfrentamos una de las crisis más representativas desde el siglo XX. Estamos a cien años de celebrar la promulgación de la Constitución con la cual supuestamente finalizaba la revolución social de 1910 y se iniciaba otra época histórica para el bienestar de los mexicanos.

Una revolución inspirada en la justicia social con una Constitución redactada para ello. La revolución no logró la justicia social que se pretendía y, por el contrario, se dieron más años de lucha que después se transformaron en una lucha política entre partidos. La Carta Magna fue reforma tras reforma, a veces con razón y otras sin ella, hasta convertirse en un conjunto de reglamentos constitucionales.

El panorama en el primer cuarto del siglo XXI –tercer milenio– se ha dado con gobiernos en alternancia y se ensombrece con los acontecimientos actuales de inconformidad social y manifestaciones en casi todo el país. Así, me vino a la memoria, no sé si primero Hegel o Marx, pero al caso da igual. "Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y otra vez, como farsa", dice Carlos Marx, en su libro El 18 de Brumario de Luis Bonaparte. Ahora parece que se repite la tragedia del descontento de hace cien años con el gobierno y sus políticas económicas en general.

Y a propósito de la elección de Donald Trump, recordemos otros hechos en el escenario internacional: en 1819 perdimos los territorios de Florida y Luisiana y Texas en la guerra de 1847. En 1917, se aceleró el liberalismo en los Estados Unidos de América y hoy, su presidente electo que promueve una política al parecer más allá del liberalismo económico y se acerca a una política hitleriana versus los mexicanos, podría acelerar otra guerra mundial habidas sus temibles declaraciones también en contra de China.

Sin ser una experta en política internacional o en historia universal, como mexicana altamente preocupada por el entorno de nuestro país, me pregunto ¿perderemos todavía más que territorio, la dignidad? ¿Nos empobreceremos más? Juntos, los mexicanos podremos enfrentar estos desafíos; yo, en lo personal, me esforzaré aún más para contribuir con mi responsabilidad como comisionada del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, para la defensa del derecho a la información y la exigencia de la rendición de cuentas. La crisis económica que se devela con el llamado gasolinazo, debe acompañarse de la más amplia información jurídica, económica y política.

Sólo una sociedad amplia y claramente informada puede o no justificar las decisiones gubernamentales. Nuestra centenaria Constitución reconoce el derecho humano a la información y lo garantiza con leyes e instituciones que los mexicanos debemos conocer, aplicar y aprovechar. Es la hora de la apertura total de datos sobre la gobernanza en la economía en general; es la hora de rendir cuentas con absoluta veracidad; es el momento de frenar rígidamente, sin cortapisa alguna, cualquier tipo de corrupción por parte de los factores reales de poder. ¡Vamos por una democracia real!

La autora es comisionada del INAI

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