Uso de Razón

Con Biden cambia la agenda

No habrá venganza, reiteran, pero la relación va a cambiar y se regirá por los acuerdos y tratados que tienen los dos países.

El gobierno de México se va a encontrar ante una relación totalmente distinta con la nueva administración de Estados Unidos.

La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, hemos insistido, cambia todo.

Por lo que he podido conversar con personas cercanas al nuevo equipo gobernante en Estados Unidos, no habrá venganza contra México ni hacia López Obrador por haber intervenido en su elección interna.

Sólo nos van a exigir el cumplimiento de la ley, es decir, de los acuerdos firmados. Eso no será revancha, sino devolverle la institucionalidad a la relación, que se perdió con Trump.

Son políticos profesionales y conocen la importancia de nuestra vecindad. Pero tampoco se chupan el dedo. Saben lo que hizo nuestro Presidente para ayudar a reelegirse a Trump y hay un inocultable desagrado.

El presidente de México participó en la campaña de Trump, y ahí están los videos y los spots que pasaron con AMLO y el candidato en la convención del Partido Republicano.

También aparecieron los spots en las televisoras, como anuncios pagados, en estados de fuerte presencia mexicoamericana, como Texas. Ahí pudo ganar Biden y sepultar con votos a Trump, y no sucedió.

La 'no intervención' que le pidió AMLO a Biden en su carta de felicitación, no la practicó el mandatario de nuestro país.

Los estadounidenses son altos, de pies grandes que los hacen un poco torpes al caminar, en general buenas personas y algo ingenuos en el primer trato. Pero, cuidado, no hay que confundirse: no son tontos.

Desde luego que López Obrador y su equipo tuvieron sus razones (equivocadas) para jugársela con Trump, el presidente más antimexicano de la historia de las relaciones en más de un siglo.

Sin embargo eso no lo entienden en el entorno de Biden que se ocupará de las relaciones con el hemisferio occidental. Y para el caso no importa quién tiene la razón, sino lo que ellos perciben.

No habrá venganza, reiteran. Pero la relación va a cambiar y se regirá por los acuerdos y tratados que tienen los dos países.

Se acabó la relación de cuates, pero subordinados, que tuvo la administración de López Obrador con el gobierno de Donald Trump.

En estos dos años a López Obrador le han preocupado más las remesas (el dinero) de los paisanos que el respeto a su dignidad y sus derechos.

Completamente a la inversa de lo sucedido con Trump, de Biden podemos esperar un trato mucho más humano hacia los indocumentados y estudiantes mexicanos sin papeles.

Salvo que el gobierno de México decida 'calar' –como decía Octavio Paz– a la administración Biden, y regresen los viajes todo pagado de centroamericanos del Suchiate al río Bravo.

Ojo, no buscarán venganza, pero tampoco se chupan el dedo.

La relación de gobierno a gobierno se perfila profesional, con una agenda más amplia que la migratoria.

Por eso es una señal interesante que se haya optado por Esteban Moctezuma como embajador en Washington. Es un político profesional que ha servido en distintas administraciones. No es, ni de lejos, un buscapleitos.

La designación de Moctezuma refleja una intención de reconstruir y no de destruir. Y, dato no menor para el consumo interno, fortalece al ala profesional del gabinete, que encabeza Ebrard. Lo pusieron en su equipo.

Se brincaron las reglas diplomáticas al dar su nombre antes de mandarlo al Departamento de Estado. Sí, pero las circunstancias obligaban a actuar rápido.

A Washington no va un triqui traca, sino un político profesional, serio, miembro del gabinete. Ese es el mensaje.

La agenda con México, de lo que ha sido posible conocer, estará en función de los pactos entre ambos países, que concuerdan con el ideario del gobierno Biden-Harris (no hay que olvidar a Kamala, que votó contra el TMEC porque, en su opinión, le faltaban dientes más afilados en la lucha conjunta contra el cambio climático).

Tres serían los nuevos puntos esenciales de la nueva agenda: medio ambiente, lo laboral y la corrupción. Nos van a exigir el cumplimiento de los acuerdos firmados.

Y aunque no se mencione con la misma firmeza que los tres temas anteriores, el narcotráfico va a ocupar un lugar central. Es insostenible para EU el bajo nivel de cooperación en esa materia.

Para alivio nuestro, aunque Biden quisiera cobrárselas al vecino por el agravio de intervenir en la elección de su país y directamente contra él, no va a tener tiempo.

El punto número uno de su agenda interna es controlar la pandemia. Su toma de posesión será virtual y no masiva, con lo que va a subrayar que toma las riendas de un país que está de luto, y que él es diferente al que se va.

Punto dos, la economía. Tiene que levantar a una potencia que está caída, a gente sin recuperar sus trabajos, y a empresas medianas y pequeñas quebradas o en el filo del cierre.

Punto tres, el cambio social y por la igualdad racial. Ha explotado la inconformidad por la discriminación y se necesitan reformas y medidas de gobierno que frenen ese inhumano anacronismo. No es un fenómeno marginal. Uno lo ve todos los días en Estados Unidos.

Biden tendrá, además, la tarea de iniciar una reforma al capitalismo. Es el líder de un sistema, en su fase de globalización y automatización, que excluye a millones de seres humanos. Y se han rebelado en Estados Unidos, Francia, Chile, España…

Punto cuatro, mantener unida a la coalición gobernante. Eso le va a consumir gran parte del tiempo. Se unieron para sacar a Trump, y ahora todos exigirán que sus demandas sean satisfechas.

En lo externo la agenda no es menos extenuante. Va desde restablecer las alianzas que rompió Trump en Europa, donde ya no confían en Estados Unidos, hasta restarle poder a Putin que actúa como emperador en época de expansión política y territorial. Y poner un nuevo marco a la relación con China.

Todo lo anterior lo tiene que hacer en cuatro años.

Síntesis: México no es prioridad.

Mientras cumplamos nuestros compromisos firmados y no haya un alineamiento ideológico con los adversarios de Estados Unidos, que es nuestro principal socio y vecino, no habrá problemas.

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