Uso de Razón

Calumnia que algo queda

La mentira es doblemente grave cuando se siembra desde Palacio Nacional, y queda como una verdad luego de haberse propalado, escribe Pablo Hiriart.

La mentira es doblemente grave cuando se siembra desde Palacio Nacional, y queda como una verdad luego de haberse propalado.

Hay una maquinaria de troles y computadoras programadas desde los sótanos del gobierno para difamar a través de redes sociales a los odiados del régimen.

También hay "bufones de palacio" en labores de burla y satanización en distintos periódicos.

Esa nube negra de estigmatización de instituciones y de ciudadanos es creada por los que tienen la obligación de velar por la justicia, la unidad y la armonía en la nación que gobiernan.

Tanto el director de CFE como el vocero del presidente, mintieron para difamar a cuando menos tres ex servidores públicos –Pedro Aspe, José Córdoba y Jesús Reyes Heroles–, al informar al país que habían incurrido en conflicto de interés para causarle daño patrimonial a la Comisión Federal de Electricidad.

Pedro Aspe, secretario de Hacienda en el sexenio 1988-94, contestó ayer que dejó de ser servidor público hace casi 25 años. "Para cumplir al pie de la letra con la ley aplicable a los Servidores Públicos, dediqué todo el año 1995 a ser profesor de economía de tiempo completo en el ITAM, evitando cualquier conflicto de interés".

Agrega que "durante mi vida profesional privada, en los últimos 24 años he trabajado primero como fundador de Protego y después como Copresidente de Evercore Partners, hasta mi jubilación en febrero de 2017. Durante esos años nunca fui contratado por la CFE".

José Córdoba, jefe de la Oficina de la Presidencia en el sexenio 1988-94, respondió que "nunca participé en la asignación de contratos de la CFE a empresas privadas mientras era funcionario. Tampoco he tenido posteriormente ningún cargo de responsabilidad en una empresa eléctrica. Después de dejar el sector público me he dedicado en lo fundamental a dar clases de economía matemática y asesorías en diversas materias, sobre temas energéticos pero también financieros y de estrategia corporativa. No he asesorado a ninguna empresa que haya firmado contratos con la CFE para venderle energía eléctrica o transportarle gas natural".

Jesús Reyes Heroles también fue mencionado como enemigo y depredador de la CFE, en su calidad de "secretario de Energía y director de Pemex en el sexenio de Carlos Salinas".

Contestó que fue secretario de Energía por tres años en el sexenio de Ernesto Zedillo y director de Pemex durante dos años y medio del gobierno de Felipe Calderón.

No le atinan ni a los cargos ni a las fechas ni a los sexenios.

"Durante más de un año no realicé actividad profesional alguna relacionada con el sector energético, en cumplimiento del artículo 9 de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Público".

Las mentiras de los funcionarios gubernamentales han quedado en evidencia.

A partir de esas mentiras, en los medios oficialistas se humilla a personas honradas que han vivido de su trabajo sin violar ninguna ley.

Y en el ambiente público queda la impresión de que es verdad lo que es mentira.

Al menos en el caso de estos tres ex funcionarios, se les acusa en falso, sin sustento, y con un manojo de ridiculeces que se caen a la primera réplica.

Después de hecha la aclaración por parte de los acusados, en el gobierno no hay la honradez de ofrecer una disculpa.

Eso significa que enlodaron por mala fe, y no por ignorancia.

Tenemos funcionarios que acusan en cadena nacional, poseedores de una maquinaria mediática diseñada para demoler a los acusados en redes sociales. Y a un grupo de bufones de palacio que hacen escarnio de los señalados como "enemigos de CFE" por el dedo del poder.

¿Y los afectados? ¿Su derecho al honor? ¿A vivir sin ser molestados?

Las mentiras se dicen y difunden desde Palacio Nacional.

¿Se entiende la gravedad de lo que está sucediendo?

Es tiempo de ponerle un alto y pedir mesura al gobierno.

De no ocurrir una pronta corrección a ese modo de ejercer el poder, nos ponemos en ruta directa hacia otras atrocidades.

Ese horizonte no se lo merece México.

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