Uso de Razón

Biden, sujeto de alfileres

El presidente Biden está urgido de que el Congreso apruebe su plan de lucha contra la pandemia y males derivados, comenta Pablo Hiriart.

MIAMI, Florida.- El presidente Biden aspira a recuperar el liderazgo mundial para Estados Unidos, pero su plan se va a estrellar si no doblega a los grandes enemigos que tiene en casa.

1.- Trump y el trumpismo están activos, a pesar de que son un costal de delitos comprobables. El expresidente ha aumentado su ascendencia sobre los legisladores republicanos que, en lugar de rebelarse ante un perdedor, golpista y además delincuente electoral cachado in fraganti, le rinden culto. En el fondo muchos lo odian, pero necesitan su respaldo para reelegirse el próximo año. Ante las bases de su partido, Trump es un héroe que quiso hacer grande a América y le robaron la elección.

El presidente Biden está urgido de que el Congreso apruebe su plan de lucha contra la pandemia y males derivados, por un billón novecientos mil millones de dólares (¿usted puede escribir esa cifra con números? ¿Y en pesos?). Para sacarlo adelante necesita el voto de casi una veintena de senadores republicanos, lo que no es fácil. ¿Puede Biden ajustar cuentas con Trump y a la vez pedir el voto de los republicanos? No.

El juicio político contra Trump en el Senado está condenado al fracaso y el expresidente no será, como señalan los medios serios en esta hora, el primero en ser sometido dos veces a juicio político. Golpe que no aniquila, fortalece. Trump será visto como el primero en derrotar dos intentos de procesarlo en el Congreso.

2.- La coalición que llevó a Biden a la presidencia es frágil, se puede romper en cualquier momento una vez pasados los 100 días iniciales del gobierno. Es una coalición de muchas fuerzas, cada una con una agenda diferente, y en común tienen un elemento que los define por exclusión, no en sentido afirmativo: el antitrumpismo. Si además de no cumplir los deseos de todos, Biden falla en destruir políticamente al movimiento populista-fascistoide de Trump, sus alianzas se van a desbaratar y la debilidad podría ser el signo de su administración.

3.- El terrorismo doméstico salió triunfante de su asalto al Capitolio. De acuerdo con las encuestas, 33 por ciento de la población respalda a los golpistas del 6 de enero. La operación fue coordinada entre organizaciones radicales del trumpismo en varios estados, y nada tuvo de espontánea. El jefe de ese asalto a la democracia fue el presidente de la República, que los arengó frente a la Casa Blanca y los mandó al Capitolio a luchar "como el infierno". Ese señor está impune, y hasta ahora blindado por la dependencia que tienen de él los republicanos, y la necesidad de Biden de contar con los votos de los republicanos para doblegar al Covid y levantar la economía.

Canadá escribió una página brillante en su historia política al declarar, el jueves reciente, a los Proud Boys (que participaron en el asalto al Capitolio) como una agrupación terrorista de la misma peligrosidad para su seguridad interna, que Al Qaeda e ISIS.

4.- La sombra de la ilegitimidad está sobre él, no obstante haber ganado por 7 millones de votos. Trump fue exitoso al envenenar con la duda al electorado que, por lo visto, estaba dispuesto a creer en su líder, aunque las mentiras fuesen evidentes.

Por más que los grandes medios pongan en sus textos que el 'fraude' es una falsedad, no hay defensa ante la rumorología de los malos perdedores, que además encuentran eco en estaciones de radio locales que dan rienda suelta a la imaginación de sus auditorios. Una mentira, mientras más grande sea, se cree más fácilmente que una verdad, dijo alguien hace tiempo.

Si el presidente no logra dar buenos resultados para la salud y el bolsillo de los estadounidenses en 100 días, esas voces que hoy lo acusan de haberse robado la presidencia harán un coro polifónico: además de ilegítimo es incompetente.

5.- La economía fue dañada profundamente por el mal manejo de la pandemia en el gobierno de Trump, y la recuperación es extremadamente lenta. En enero se crearon apenas 49 mil empleos, luego de perder millones el año pasado. La tasa de desempleo se estacionó en 6.7 y si Biden no la levanta pronto, la culpa se la cargarán a él. "Además de haberse robado la elección, resultó inepto".

6.- Una sociedad polarizada, luego de cuatro años de discurso de odio, se está armando con pistolas y rifles de asalto a una velocidad de vértigo. La venta de armas, que creció exponencialmente el año pasado (como se documentó en esta página), ha batido récords después del asalto al Capitolio el 6 de enero.

Biden debe reconciliar al país. Pero sin doblegar a Trump y al trumpismo no podrá gobernar. Necesita del apoyo republicano para enfrentar a la pandemia y sus efectos en la economía. Y requiere mantener unida a la coalición que lo llevó al poder. Además, dar resultados pronto en economía, empleo y salud, con la losa encima de ser un 'ilegítimo'.

En salud lo ha hecho brillantemente, al expandir la vacunación a más de un millón y medio de personas cada día. Partió desde cero, porque Trump no invirtió ni recursos ni tiempo en crear infraestructura para luchar contra la pandemia.

Sin embargo, la tarea apenas empieza, y falta todo lo demás.

La estabilidad del gobierno está prendida de alfileres.

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