Trópicos

Trump va a traicionar a AMLO

Aunque López Obrador considere que el discurso de Trump “ha sido más respetuoso", debe saber analizar que alguien con las características del republicano puede cambiar su narrativa de un día para otro.

El autor es periodista mexicano especializado en asuntos internacionales .

Es lo que tendría que ver el presidente de México. En su próxima reunión a Washington cada mandatario jugará su juego: mientras uno moverá su alfil, el otro pondrá sobre la mesa el as de espadas. Y es que, aunque el encuentro tendrá como trasfondo la entrada en vigor del TMEC, ambos se reunirán para conseguir dividendos electorales. Los asuntos comerciales se definieron desde hace tiempo; tan es así, que Justin Trudeau, primer ministro canadiense, ha desairado esta cita. No es su prioridad, porque sabe que el buen desarrollo del tratado no dependerá de su presencia.

Desde ahora y hasta el 3 de noviembre, el presidente Donald Trump tendrá una obsesión: su reelección a la presidencia de Estados Unidos. Para obtenerla hará todo lo que esté a su alcance; y como buen especulador, apostará por cualquier acción que le genere votos y que lo lleve cuatro años más a gobernar desde la Casa Blanca. Por supuesto, entre sus planes estará amedrentar a México, como ya lo ha hecho en reiteradas ocasiones. Sabe que esa estrategia le ha rendido frutos, por lo que la volverá a repetir. Será entonces cuando ponga a Andrés Manuel López Obrador en la disyuntiva de cómo responderá.

Por ello, y a pesar del saludo afable, las sonrisas cómplices y los apapachos mutuos que veremos en su encuentro, durante los próximos meses de campaña, Donald Trump llevará a la arena electoral temas espinosos para los intereses de México, como el de la construcción del muro fronterizo –recordemos que hace cinco años en plena campaña llamó "criminales y violadores" a los migrantes mexicanos– y que por supuesto, prometerá que México pagará.

Pronunciará discursos racistas que le han sido útiles para detonar amenazas como la que hizo apenas en junio de 2019, cuando quiso imponer aranceles a los productos mexicanos si las fuerzas de seguridad no detenían la migración que llegaba a la frontera norte. Tal fue la zozobra del gobierno, que desde Palacio Nacional se tuvo que revertir la promesa de campaña que permitiría la libre circulación de migrantes por territorio nacional.

Trump es uno de esos líderes globales que más han polarizado al mundo por sus creencias xenófobas, racistas, clasistas y sexistas. Esta ideología le ha llevado a distanciarse de mandatarios de todo el mundo, pero también por sus formas. No olvidemos sus intimidantes saludos de mano como demostración de dominio y control, y pretender dejar claro frente a las cámaras de televisión quién es el hombre más poderoso del mundo. Esa creencia supremacista es irreversible, por lo que no verá al presidente mexicano como iguales. AMLO debe ir preparado para cualquier desplante y mal humor de Donald Trump.

En su eslogan que repite decenas de veces, "America First", acuña su fuerte tendencia nacionalista, que lo ha llevado a disentir del sistema multilateral que tanto ha costado construir después de la Segunda Guerra Mundial. La creencia de Donald Trump es que mientras algo le sirva a su sistema lo va a usar; de lo contrario lo desecha, lo evade o incluso lo insulta. Por ello, el viaje que hará AMLO a Washington será utilizado por el mandatario estadounidense como un acto desechable, el cual sólo le permitirá construir una imagen para después ser dirigida a cierto sector del electorado.

Andrés Manuel López Obrador es opuesto ideológicamente a Trump. Él habla de luchar primero por los pobres, de la importancia de construir una igualdad social, de no ser materialistas y alejarse del consumismo. Mentalidades distintas que evidencian que sólo es una apariencia su buena relación. La única realidad es que México depende de la economía estadounidense y Donald Trump lo sabe… y AMLO también; por ello el mandatario mexicano debe estar preparado para lidiar con futuros insultos, amenazas y desplantes, que va a usar condicionando esta realidad. ¿Cuántos aguantará AMLO?

Donald Trump es egocentrista, y aunque Andrés Manuel López Obrador considere que "su discurso ha sido más respetuoso de como se expresaba anteriormente", debe saber analizar que alguien con las características del republicano puede cambiar su narrativa de un día para otro, máxime cuando se irá polarizando la campaña y se verá obligado a retomar su acostumbrada y favorita estrategia: la de las mentiras y la confrontación.

De esta forma, AMLO se enfrentará también a sí mismo en una nueva etapa de su gobierno. A las diversas turbulencias que ha dejado este 2020, se sumará la elección de Estados Unidos, de la cual se desprenderán desafíos diplomáticos que encarecerán construir una óptima relación bilateral.

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