Periodista mexicano especializado en asuntos internacionales .
El mundo se enfrenta a una segunda ola de contagios por Covid-19, una posibilidad que se pronosticó cuando inició la pandemia, en los primeros meses de este fatídico 2020, y realidad que nadie quería experimentar. No obstante, desde entonces los países han tenido que encargarse del ascenso de la primera curva de contagios y muertes, teniendo poco tiempo para pensar en esta nueva embestida. Cada uno, con sus estrategias, recursos y sistemas de salud, concentraron esfuerzos para tratar de librarse de un devastador confinamiento de consecuencias aún inciertas. En estos momentos, iniciamos el desafío ante nuevos rebrotes a nivel global.
Cada vez se mencionan menos las recomendaciones que emite la OMS, y es que, a partir de la multifacética realidad de cada sociedad y los certeros y veloces estudios de científicos de todo el mundo, sus voces han dejado atrás a las del organismo internacional. En consecuencia, cada país ha redefinido sus prioridades y sistemas de información durante estos 11 meses, que junto con sus sociedades, hemos aprendido a convivir con un virus que ha cambiado nuestras formas de ser.
Lamentablemente ese aprendizaje no ha sido homogéneo. A pesar de que los humanos hemos tenido acceso ilimitada a información que se ha globalizado desde los medios de información tradicionales, hasta las redes sociales, pasando por los mecanismos locales de difusión de la información, la realidad se aprecia distinta en cada una de las zonas geográficas, incluso entre países vecinos. Y es que se lee de todo. Desde excelentes análisis, proyecciones o recomendaciones científicas, hasta argumentos iracundos de los promotores de la conspiración o la desinformación. Estos últimos, con impactos certeros entre cortos de entendimiento.
Sin duda las sociedades asiáticas han sido las más exitosas, porque entienden la diciplina que deben desarrollar cuando se trata de una pandemia y un mal común. La interacción y responsabilidad entre autoridades y sus comunidades es de tal profundidad cultural, que primero piensan en el colectivo y después en el individuo, apegados en todo momento al contexto científico que hay que atender. El éxito en el control de la pandemia ha sido de tal magnitud, que estos países se mantienen al margen de nuevos rebrotes y olas.
Sabemos que China, Japón y Corea del Sur comenzaron con la primera ola de contagios entre febrero y marzo, pues encabezaron la lista de contagiados. Hoy en día, se encuentran entre los últimos lugares de padecimientos por Covid-19. Mientras tanto, países europeos han escalado hacia los primeros sitios de naciones con mayor número de personas enfermas o asintomáticas.
Según la precisa recopilación de datos que hace la universidad Johns Hopkins, en cuanto a personas contagiadas, Japón se ubica en el lugar 49; China en el 53 y Corea del Sur en el 89, al día de ayer. En relación al número de fallecidos, China se encuentra en la posición 33, con cuatro mil 739; Japón suma mil 726 y Corea del Sur apenas llega a las 460 muertes.
Pero el invierno se adelantó en Europa y los rebrotes se ensañaron con su población. La nueva ola de contagios ha vuelto a cerrar calles y negocios, a imponer toques de queda, a llenar los hospitales. El mismo conteo indica que en apenas dos semanas, Francia y España ascendieron a los lugares quinto y séptimo, respectivamente, con más de un millón de contagiados, mientras que Reino Unido al noveno con cerca de 900 mil. En cuanto a las personas fallecidas, Reino Unido, Italia, Francia y España ocupan los lugares que van del quinto al octavo, respectivamente, con un promedio de poco más de 38 mil fallecidos por país. Cifras que seguirán en aumento indudablemente.
En Estados Unidos las cosas se tornan igual de complejas. Los pacientes han comenzado a 'inundar' el sistema hospitalario nacional, informó ayer The Washington Post. Mientras tanto, The Boston Globe dio a conocer la solicitud de un equipo de médicos que exigen un "mandato nacional" que obligue al uso de la mascarilla para aplanar la curva antes de que inicie el invierno, el 22 de diciembre. En Nueva York, se ha llegado al millón de desempleados por la pandemia, informa The New York Times. Estudios indican que, si no se incrementa entre los estadounidenses el uso del cubrebocas en 90 por ciento, para febrero de 2021 podría haber medio millón de muertes por Covid-19, el doble de lo que hoy registran. En la actualidad sólo lo usan 49 por ciento.
Lo que sucede en México no es un rebrote, lo que estamos observando es un incremento persistente de contagios que va a impactar en lo que las autoridades de salud federal llaman 'meseta'. La semana del 19 al 24 de octubre se pareció mucho a la que transcurrió del 3 al 9 de agosto. En ambas se registraron al menos tres días consecutivos con más de seis mil contagios registrados en las últimas 24 horas. Sin lugar a dudas, hay un aumento sostenido en el número de contagios durante las últimas semanas: la que concluyó el domingo 25 de octubre registró seis mil 209 más, respecto a la que finalizó el domingo 18 de octubre.
Si en estos momentos hay una apuesta definitiva para contener el virus, tiene que ver con el uso generalizado y obligatorio del cubrebocas en hogares, transportes públicos, centros comerciales, restaurantes, incluso en las calles y espacios abiertos. Es la única manera de evitar aspirar o exhalar partículas con Covid-19, después de que alguien tose o estornuda. Además, nos permite evitar los aerosoles, que son partículas muy pequeñas que deja una persona contagiada en el ambiente, después de hablar, gritar o cantar.
Esta medida nos permitirá contener la propagación del virus. Las autoridades federales mexicanas aún no lo consideran pertinente, contra toda recomendación científica. Por fortuna hay entidades que han entendido esta necesidad, como la CDMX, aunque aún de forma muy laxa. O bien, Chihuahua, que después de regresar al semáforo rojo, impondrá multas a quienes no porten la mascarilla en la vía pública.
México dejó los primeros lugares de países con más contagios (en muertes seguimos en el cuarto lugar), después de que los europeos se han adentrado a la segunda ola. De no tomar medidas adecuadas y estrictas durante los próximos meses, regresaremos al primer sector de la lista. La contención, está en el uso de los cubrebocas de manera masiva.