Trópicos

Morena y su unidad efímera

El aparato inmenso de Morena se comienza a mover y en él hay muchos protagonistas. No es Claudia Sheinbaum la principal, sino López Obrador.

Morena cumplió con sus objetivos de alinear a sus diversas figuras rumbo a los comicios electorales del 2024, aunque aún es impredecible saber qué tan bien le saldrán sus guerreros. Su batallón de candidatas y candidatos está listo para dar la batalla hacia la permanencia transexenal de su movimiento autonombrado, el segundo piso de la cuarta transformación. Un proyecto en obra negra, cuyos seis años del presidente López Obrador fueron insuficientes para valorar si se trata de asentar un esplendor para México, o bien, de un rotundo fracaso.

Con tropezones importantes en su proceso interno, tanto para seleccionar a la candidata presidencial, como a las y los nueve representantes de Morena rumbo a las elecciones estatales que se celebrarán en 2024, quedó de manifiesto que López Obrador es quien define, selecciona y negocia el futuro de su movimiento, y que se apoyará en leales e incondicionales, en quienes supone, continuarán impulsando sus intereses, obras y visión de gobierno.

Esto lo reflejó al dejar fuera de la contienda a Omar García Harfuch, a pesar de significar su candidatura un triunfo asegurado en la CDMX. Prefirió sacrificar una victoria, ante la imposición de una incondicional y aliada, como Clara Brugada, cuyo perfil e impacto como candidata aún genera dudas de su carisma y arrastre en la capital, entidad que llega con una oposición empoderada desde 2021.

No solo eso, López Obrador prefirió debilitar a Claudia Sheinbaum y dejar de manifiesto, en efecto, que tiene el bastón, pero no el mando. Después del frustrado evento en el Estado Azul, donde las huestes morenistas de la Alcaldía Iztapalapa y Gustavo A. Madero, así como de sectores operativos de la Ciudad de México, dejaran de manifiesto que los radicales de Morena son capaces de operar en contra de Claudia Sheinbaum, el líder máximo de Morena prefirió sacrificar dividendos.

Varios de los radicales y más cercanos colaboradores del presidente, se lo hicieron saber y el presidente definió por encima de los deseos de Sheinbaum. Por ello vale la pena preguntarse, si Sheinbaum gana la Presidencia, ¿quién definirá su gabinete?... en efecto, López Obrador volverá a colocar a sus alfiles y peones, mientras que un staff reducido serán los incondicionales de Claudia.

Es lo que muy probablemente negoció Marcelo Ebrard con Obrador. No sólo puestos en el gabinete para sus cercanos, sino senadurías y diputaciones… de esta forma, Marcelo aseguró su permanencia política personal con sus aliados. Difícil creer que haya negociado la candidatura del 2030 cuando no lo pudo hacer ahora. Difícil que suceda cuando en política los parricidios son pan de cada día. ¿Traicionará Claudia a Andrés Manuel? Difícil saberlo, pero de ganar la elección presidencial, la exalcaldesa de Tlalpan tendrá un poder que podría desafiar a cualquiera.

Por eso la unidad de Morena, que ahora todos aplauden y celebran, no es más que una fachada. Han sido evidentes los diversos choques de trenes que se han dado en la cúpula de Morena, primero en la selección de su candidata presidencial, después en los seleccionados estatales, y finalmente se vislumbran, otros tantos, en vísperas de definir las listas para el Senado y Cámara de Diputados.

El aparato inmenso de Morena se comienza a mover y en él hay muchos protagonistas. No es Sheinbaum la principal, sino López Obrador. Él decidirá hasta qué grado eclipsarla y hasta dónde dejarla brillar. AMLO sabe que, a partir de su popularidad, la campaña está en sus manos, y considera que basta con detonar palabras o frases para que sus seguidores lo avalen con su voto. Puede tener razón, de apostar a que sus simpatizantes incondicionales actúen bajo consigna. Pero quizá también se pueda equivocar, y si la campaña de Sheinbaum no crece, se divide, se polariza, por más que pida el voto, los electores, es decir, el “pueblo sabio”, asuma que es hora de cambiar.

Claro, para eso la oposición debe estar lista y preparada para sustraer esos posibles votos volátiles, en fuga. Pero como se presenta ahora, sin identidad y una candidata extraviada entre los múltiples intereses de los partidos que marchan en alianza, difícilmente serán capaces de aprovechar las fracturas internas de Morena… ¿o no?

Estamos por vivir una campaña atípica, con dos mujeres candidatas, y muy probablemente, un político improvisado que navega entre la superficialidad y la ignorancia. Por ello es relevante ir comprendiendo, cómo los mexicanos conectan o se desconectan con las y el protagonista. El voto joven, y nuevo elector, que define contiendas y representa las inquietudes futuras, será crucial para saber el verdadero orden que guarda nuestro sistema político.

¿Castigarán los ciudadanos a los dos viejos frentes políticos y partidos tradicionales, beneficiando a un joven enmascarado de una “nueva generación”?, eso lo veremos dentro de seis meses y medios en una contienda electoral que se espera aún desconocida por los alcances de todos los involucrados.

El autor es periodista mexicano especializado en asuntos internacionales.

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