Trópicos

Adivina quién

Es de reconocer que en estos momentos se ve más fortalecida la alianza del Frente Amplio por México, que la que encabeza Morena.

Como si se tratara de ese juego de mesa donde a partir de preguntas sobre las características de los simpáticos rostros, se van descartando imágenes de los tableros, hasta que, por descarte, de adivina quién es esa persona seleccionada previamente, al azar, por el contrincante. Así ha ido sucediendo en México, ya solo quedan cuatro aspirantes con opciones reales de competir por la presidencia del país en 2024.

Tres mujeres y un hombre, algo que nunca se había visto en nuestra historia política. De tal manera que, salvo lo que defina en diciembre Movimiento Ciudadano, las elecciones presidenciales definitivas podrían ser, finalmente, o entre dos mujeres, o entre un hombre y una mujer.

Del frente opositor, es un hecho que será una mujer quien les represente: o será Xóchitl Gálvez o Beatriz Paredes. No obstante, la declinación de Santiago Creel por Gálvez, el lunes pasado, permite establecer, con absoluta certeza, que la ventaja para la panista es ya muy superior, casi inalcanzable, a pesar de que la figura de Paredes ha gustado por su buen oficio político y el reflejo de un perfil experimentado y moderado. Demasiado tarde, la irrupción de Xóchitl ha sido contundente. Del otro lado se encuentra Claudia Sheinbaum, o Marcelo Ebrard, una suerte que aún está en el aire.

Es grato saber que varias mujeres se han impuesto a inercias políticas que tradicionalmente eran establecidas por la cultura machista. Aunque no es la primera vez que una mujer asume la posibilidad real de ganar la presidencia de México. Hace once años, el PAN, postuló a Josefina Vázquez Mota, como su primera mujer candidata bajo siglas de un partido con posicionamiento a nivel nacional.

No obstante, recordemos que la primera mujer que compitió por la presidencia de México fue Rosario Ibarra de Piedra en 1982 por el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Después de ella también fueron candidatas la física Cecilia Soto por el Partido del Trabajo, y Marcela Lombardo Toledano por el Partido Popular Socialista, ambas participaron en la elección de 1994. Más adelante, Patricia Mercado hizo lo propio por el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina, en 2006.

Pero a todas ellas se les consideró como presencias alternativas, es decir, sin ninguna posibilidad de triunfar. Vázquez Mota quizá fue la primera mujer que realmente hubiera podido alcanzar la Presidencia, pero su candidatura resultó ser muy débil frente a las de López Obrador y Enrique Peña Nieto. ¡Hasta ahora!

En esta ocasión, realmente existen oportunidades más claras de que una mujer llegue a la presidencia de México. En primer lugar, porque puede darse una competencia de entre solo dos mujeres. Y en segundo, porque de llegar Marcelo Ebrard a la candidatura por Morena, la competencia entre él y Xóchitl Gálvez, se pronostica cerrada; aunque como afirman varias encuestas, la diferencia de un triunfo de él es mayor, respecto a la diferencia entre Claudia vs. Xóchitl… pero eso es otra historia.

Es decir, cual sea la dupla finalista, se podría repetir la historia de un apretado triunfo como aquel que obtuvo Calderón sobre López Obrador de apenas 0.56 puntos de diferencia, y que tanta pasión sigue despertando entre quienes afirman que fue parte de un fraude orquestado, y aquellos que defienden que, a partir de ese resultado, se fortaleció la democracia mexicana.

Falta poco para saber cómo quedará conformada la final entre candidatos. Estamos a 11 días de saber si es Xóchitl o Beatriz por la oposición, y a 14 de saber si es Marcelo o Claudia por el oficialismo.

Es de reconocer que en estos momentos se ve más fortalecida la alianza del Frente Amplio por México, que la que encabeza Morena. Con el apoyo que recibió Gálvez por parte de Santiago Creel, demuestra lo que muchos llaman “espíritu de cohesión”. Ya había sucedido anteriormente con Enrique de la Madrid, quién tras quedar fuera de la contienda, no solo aceptó su derrota, sino que ofreció su apoyo a quien resulte ganador.

Mientras que, del lado oficialista, la contienda se ha tensado sobremanera, hasta el grado que Marcelo Ebrard amenazó con interponer demandas por los evidentes apoyos gubernamentales, tanto federales como estatales, que recibe su “compañera” Claudia Sheinbaum. Entre las corcholatas se han dado con todo: quejas, golpes bajos, acusaciones… es probable que lleguen los procesos judiciales y se prolongue la definición final, otra de las opciones del excanciller.

Paralelamente, lo decidido por Ricardo Monreal de cederle a Marcelo Ebrard su espacio, para que la preferida por Ebrard juegue en la recta final. Esto fue entendido como una declinación adelantada. Hecho que debe inquietar sobremanera en Palacio Nacional, y a quienes apoyan las aspiraciones de Claudia Sheinbaum.

Se baraja una ruptura inminente si las cosas siguen ensuciando la contienda interna en Morena, máxime si las encuestas no brindan transparencia y se nota un claro apoyo desde Palacio Nacional a Sheinbaum. Es sabido de la gran amistad que hay entre Dante Delgado, Monreal y Marcelo Ebrard, por ello, el espacio ideal para mantenerse en la contienda rumbo al 2024 para estos políticos sería Movimiento Ciudadano. Si eso sucede, entre noviembre y diciembre la configuración electoral, en automático, se dividiría en tercios, y las posibilidades de que Morena y Sheinbaum pierdan las elecciones, crecen.

El autor es periodista mexicano especializado en asuntos internacionales.

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