Abogado experto en marcas

Covid-19, recuperarse es cuestión de presupuesto

El conflicto al que se enfrenta el gobierno federal es claro, pero nada tiene que ver con lo científico; por lo tanto, la Cofepris debe aprobar el Remdesivir, basada en la evidencia mundial.

López Gatell continúa refutando la eficacia del medicamento Veklury® (Remdesivir) para el tratamiento del Covid-19. Está remando a contracorriente. Cincuenta países ya han aprobado su uso de emergencia y el pasado 22 de octubre la agencia federal sanitaria de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) anunció su autorización total.

¿Y México por qué no? ¿Tenemos otros datos?

Puede que el problema sea de tipo presupuestal. Se trata de un medicamento patentado, con un costo de 2 mil 340 dólares por paciente, si el gobierno federal admitiera su eficacia, se estaría comprometiendo implícitamente a abastecer los hospitales públicos. Sería mucho dinero, hagamos cuentas.

Al 25 de octubre, se han detectado 891 mil 160 casos de Covid-19 en México, si al 10 por ciento de esas personas se les hubiera administrado el medicamento Remdesivir, habríamos gastado más de 208 millones de dólares. "¡No importa el precio si salvamos vidas!", pensaríamos muchos, el problema es que Remdesivir no parece disminuir la mortalidad del virus.

La utilidad del medicamento radica en que disminuye el tiempo de hospitalización. Los ensayos clínicos muestran que los pacientes tratados con Remdesivir se recuperaron, en promedio, cinco días antes que el resto de los enfermos.

Salir pronto del hospital tiene un valor, desde el punto de vista humano y económico. En Estados Unidos, ser dado de alta cinco noches antes, representa un ahorro de 12 mil dólares por paciente; en México, el costo de cinco noches de hospitalización en un hospital de primer nivel del IMSS es de 43 mil 660 pesos (aproximadamente mil 984 dólares).

La pregunta no es si funciona o no, su eficacia está demostrada. Más bien, debemos preguntarnos si el precio establecido por la dueña de la patente, Gilead Sciences, es justo y proporcional para México.

El derecho de patente otorga, en principio, la facultad de establecer libremente el precio del medicamento. Partiendo de esa base, Gilead Sciences dividió al mundo en dos sectores; por un lado, elaboró un listado de 127 países que denominó low income, en donde actualmente permite la distribución de versiones genéricas de Remdesivir, sin pago alguno de regalías hasta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decrete el final de la pandemia del coronavirus.

Gracias a esas licencias, en India los precios del medicamento van a la baja, cada dosis se vende en aproximadamente 38 dólares. Allá no existe un debate 'científico' sobre la eficacia del producto, los ahorros en hospitalización exceden con creces el precio del tratamiento.

Desafortunadamente, países como México, Brasil, Chile o Perú, donde el coronavirus ha provocado estragos, no están en la lista de 127 naciones con derecho a fabricar versiones genéricas. Eso nos coloca en una situación donde no tiene sentido, al menos económicamente, aplicar un tratamiento más costoso que cinco noches de hospitalización.

El conflicto al que se enfrenta el gobierno federal es claro, pero nada tiene que ver con lo científico, por lo tanto, la Cofepris debería aprobar el medicamento, basada en la abrumadora evidencia mundial. Esto permitiría que hospitales privados pudieran importar y aplicar el medicamento de patente a la vez que abriría las puertas a una negociación entre el gobierno federal y la farmacéutica, para que México fuera incluido en la lista de países que pueden fabricar o importar genéricos. Sería una solución justa para ambas partes.

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