Nos pagan, entre otras cosas, para hacer preguntas, pero cada uno es responsable del contenido de las mismas: del fondo y la forma; de la cuota de inteligencia y atrevimiento, que muchas veces hace pareja con la ignorancia.
Fue sorpresivo, curioso y tocó la frontera con lo irritante poner en duda la capacidad de Guardiola, preguntándole en conferencia de prensa previo al juego de Liga de Campeones su opinión al respecto de una supuesta corriente de pensamiento que establece que ganó dicho torneo cuando dirigía al Barcelona, sólo por tener a jugadores como Iniesta, Xavi y Messi.
La respuesta no tiene desperdicio: "estoy completamente de acuerdo con ellos... cuando estaba ahí lo dije muchas veces, que ganaba por tener a esos jugadores tan increíbles, también en Munich y Manchester, pero qué te puedo decir, en Barcelona era un chico con suerte", dijo entre sonrisas con tonos de sarcasmo.
No critico la pregunta, sino el pensamiento. Por más diversidad de mundos que existan en las cabezas, siquiera sugerirlo resulta ignorante.
Lo es porque bajo ese parámetro el universo de directores técnicos está habitado por una inmensa mayoría de afortunados incompetentes que por obra de la divina fortuna aterrizaron en dicho sitio para ver desde la lateral cómo los futbolistas trabajan para otorgarles fama y reconocimiento.
Dicen que la suerte poco acompaña a los pendejos, puede llegar, sí, pero no mantenerse porque la fortuna no es amiga de los incompetentes... (bueno, hablo del deporte, no de política, por ejemplo).
La suerte es buena compañera del trabajo, el esfuerzo, el estudio, el liderazgo y la dedicación, sólo eso.
Y hablando de respuestas en conferencias de prensa nos quedamos con la de Diego Armando Maradona, quien dijo que el plantel de Dorados es el mejor que ha dirigido incluso por encima de la Selección Argentina... ¿No le digo que cada cabeza es un mundo? ¡Plop!
¡He dicho!