He Dicho

Ofrecerse al Real Madrid

Hugo Sánchez no se preparó como debía para ser entrenador, los resultados y las referencias así lo indican, escribe Miguel Gurwitz.

No ha habido y difícilmente habrá otro como él: un goleador nato, de raza; de espíritu indomable con carácter a prueba de todo.

Construyó su grandeza día con día y la trabajó más que ningún otro. Cuidó todos los detalles en su desarrollo, a tal grado que llegó a ser considerado uno de los mejores del mundo.

Aprendió de todos los que le rodearon y sacó la mejor parte de cada compañero que tuvo.

Tenía amor propio y nunca aceptó un "no se puede" como respuesta: no lo hizo porque exploró todos los caminos y superó cada obstáculo que se le fue presentando.

Obtuvo valiosas lecciones de sus tropiezos y sacó provecho de todas.

Todo eso logró como futbolista.

Pero como a todos, el físico le puso un alto en el camino. Era momento de parar y volver a empezar, de cero, como empiezan todos una vez que cambian los tachones por zapatos de vestir. Pero el tiempo le jugó una mala pasada: no sólo lo alcanzó, sino lo amarró, lo atrapó.

Entonces sus virtudes se convirtieron en defectos. El amor propio y el autoestima pudieron más que la preparación, el estudio, la metodología y la paciencia.

La ilusión que representaba tenerlo en el vestuario se diluyó más rápido de lo que imaginó y, cuando su enseñanza era más requerida que la magia que producía su presencia, su carrera comenzó a caer de forma precipitada.

Su respeto por los tiempos no fue el adecuado y tuvo más de lo que pudo controlar, la Selección Mexicana, por ejemplo, fracaso del que todavía no puede liberarse, al seguir culpando a los directivos por romper, según él, un proceso que en Rusia 2018 terminaría con el titulo Mundial.

No entendió que los votos de confianza como entrenador se ganaban exactamente igual que como futbolista: con resultados, que sólo esos le permitirían mantener los procesos vivos para seguir creciendo.

Estaba para que la Selección lo pidiera a él y no a la inversa, tal y como sucedió. De igual forma no está para pedirle trabajo a Florentino Pérez, la diferencia es que en esta ocasión no hay elementos para que Florentino lo busque.

Hugo Sánchez no se preparó como debía para ser entrenador, los resultados y las referencias así lo indican.

No debería ofrecerse al Real Madrid, primero porque el equipo tiene un entrenador trabajando al cual debería respetar; de hecho, debería respetarse más a sí mismo, tal y como lo respetan los recuerdos de su etapa como jugador.

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