He Dicho

Ni de aquí ni de allá

Carlos Vela ha encontrado un futbol que le permite cumplir con su trabajo con el nivel de exigencia que desea, escribe Miguel Gurwitz.

De verdad que ningún chile nos embona.

Cuando estaba allá, decíamos que no tenía la mentalidad para triunfar. Que su cabeza siempre estaba en otro lado menos en el que debía estar. Que para ser figura por aquellas tierras se necesitaba, además de condiciones técnicas, un gran corazón, entrega total, mentalidad a prueba de todo y un montón de cosas que, decíamos, no tenía.

Se le consideró incluso como un desperdicio. Uno de esos muy escasos futbolistas mexicanos con habilidades extraordinarias pero sin el temple para despegar.

Algunos lo hicieron pedazos por hacer pública su pasión por el baloncesto y calificar el futbol como su trabajo, sin olvidar que se indignaron hasta el límite porque rechazó a la Selección Mexicana de Futbol.

Entonces buscó una nueva etapa en su carrera, misma en la que está pleno porque personalmente es feliz viviendo donde vive y con quien vive. Porque ha encontrado un futbol que le permite cumplir con su trabajo con el nivel de exigencia que desea. Porque se divierte jugando y divierte jugando, y no porque lo haga para la tribuna, sino porque esas mismas condiciones le alcanzan para cumplir y figurar.

Carlos Vela es hoy por hoy el mejor jugador de la MLS, una liga en constante evolución que va buscando, con sus fórmulas, hacerse de futbolistas más capaces que no sólo jueguen ahí buscando el retiro, sino hacerla cada día más competitiva.

Se está robando la liga por encima de Wayne Rooney y Zlatan Ibrahimovic, por decir lo menos, y aún así parece no ser suficiente porque decimos que la MLS le queda chica y es poca cosa para su nivel de futbol.

Me pregunto por qué es tan complicado analizar el presente por sí mismo. Resulta ocioso y odioso hablar de su presente proyectando su futuro: en Europa tenía el futbol, pero no las emociones en su lugar, decían; ahora, en la MLS, cuando todo parece cuadrar, entonces decimos que Europa era un mejor lugar para él.

¿Ven cómo ninguno nos embona?

Estamos viendo la mejor versión de Carlos Vela: disfrutémosla. Estacionémonos en el presente y dejemos que sea él quien diseñe su futuro.

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