He Dicho

Los 'Clásicos' que se juegan a no perder

Debatir la existencia de un Clásico pierde sentido si los equipos no respaldan las teorías ni los puntos básicos que determinan su existencia, escribe Miguel Gurwitz.

Debatir la existencia de un Clásico pierde sentido si los equipos no respaldan las teorías ni los puntos básicos que determinan su existencia.

Uno de ellos, de hecho el más importante, se ha deformado. Hoy es común escuchar que se tiene "prohibido perder un Clásico", cuando la premisa indica que esta clase de partidos se deben ganar en lugar de no perderlos. Y podría parecer un simple juego de palabras pero el mensaje es muy diferente. La idea es jugar para vencer, no a no ser vencidos.

Para ello se necesitan algunas cosas básicas como saber a qué juegas, qué intentas; e independientemente de que lo logres o no, por lo menos mostrar que sabes qué pretendes en el terreno de juego. Y no se trata de jugar bien, ya que eso puede ser subjetivo, pero el mensaje que debe quedar claro es que pretendiste siempre buscar la victoria, más aún si sabes que tu rival llega con bajas en su equipo titular y además se queda con diez jugadores prácticamente desde el inicio del partido.

La cosa es que Miguel Herrera salió avante tomando en cuenta las circunstancias: lesionados, la expulsión y el error de Ochoa; aun así salió con mejor balance que su colega español quien da la impresión que pudo pero no quiso, o al menos no supo cómo. Lo curioso es que el mismo Michel declaró públicamente que había invitado a sus jugadores a que jugaran "sin miedo". Y aunque no puedo establecer que las decisiones de Michel fueron gobernadas por temor, sí creo que le faltaron recursos y algo de enjundia, entusiasmo o atrevimiento.

Al final nos regalaron buenos momentos de futbol aunque a decir verdad no nos quedan motivos suficientes para almacenar este juego en la memoria como uno de los que abona en la existencia de este duelazo capitalino.

¡He dicho!

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