Sí… ya sé que el rival cuenta, que no juegan solos, que los responsables son los jugadores, etcétera etcétera.
Entiendo perfectamente el límite en el margen de maniobra del entrenador durante los partidos y, que en el futbol, como el cualquier deporte, todo puede suceder. También podemos recargamos en la filosofía, la historia o el romanticismo para encontrar frases o pasajes para justifiquen la nueva eliminación del Manchester City en la Liga de Campeones.
Podrán argumentar lo que sea, pero un equipo que recibe una inyección económica de casi 700 millones de euros y se coloca como el de mayor inversión en el mundo, no solo tiene la obligación de ganar la Champions sino todo lo que disputa, y dependiendo la trascendencia del torneo, será la magnitud de la proeza o el fracaso.
Y puede ser, en efecto, que Guardiola no haya sido contratado para ganar la Champions como en múltiples ocasiones lo ha repetido, sin embargo eso no reduce la dimensión del nuevo tropiezo.
Quienes minimizan el golpe comparando lo que invirtió Chelsea, Manchester United o Liverpool, la critica es la misma al igual que Paris Saint Germain, la diferencia de este ultimo caso radica en la Liga en que compite: una de segunda linea, y cuando se mide ante los mejores del continente se da cuenta que los 9-0 ante el Guingamp, el 5-1 sobre el Montpellier o las múltiples victorias con 4 goles de diferencia valen de muy poco ya que su reto de superación es nulo.
La grandeza conlleva responsabilidades mayores y juicios más severos, por eso, quien aspire a serlo deberá entender que todos por debajo del título genera decepción, más aún cuando se es el equipo con mayor inversión económica de los últimos años, de tal forma que, lo vean por donde lo vean y le busquen por donde le busquen, el fracaso de Manchester City es directamente proporcional al tamaño del valor de su plantilla.
He Dicho!