Algunas líneas que definen la final; puede elegir o agregar pensamientos que polaricen, que contrasten, que dejen ver la luz que rodea a uno y la oscuridad que encierra al otro. Que expliquen la ambición de uno y lo temeroso del otro.
Lo de América era probable, lo de Cruz Azul era posible.
No gana quien no lo intenta.
Uno salió a buscar, el otro sólo a ver qué encontraba.
El campeón salió a ganar, el subcampeón a no perder.
Las finales no se juegan, se ganan, dicen.
Me niego a creer que en el futbol exista la palabra miedo, pero en ocasiones dudo.
Puedes equivocarte asumiendo riesgos, pero la mayor equivocación es no arriesgarse a correrlos.
Uno prolonga su ayuno y el otro su grandeza.
El que empata por convicción, pierde por obligación.
Uno salió a provocar el error, el otro a esperarlo.
Al amarillo lo gobernó el deseo de triunfo, al azul la especulación.
Uno mereció ganar, el otro perder.
Fueron 180 minutos que reflejan la historia reciente: América siendo América y Cruz Azul siendo Cruz Azul.