Mauricio Jalife

Frida, Zapata, Trump y el 'Chapo'

Mauricio Jalife cuestiona cómo los familiares han comercializado las imágenes de estos personajes.

La justificación para poner en un mismo enunciado los nombres de tan disímbolos personajes es su común denominador: todos se han convertido en marcas registradas. Los últimos registros de marca otorgados a la familia de Emiliano Zapata, por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, actualizan el tema y su necesaria discusión.

El asunto no se limita, únicamente, a cuestionar si los afanes comerciales de los descendientes o familiares directos de los ilustres o los villanos, encuentran justificación al habilitarlos como marcas registradas, sino también a explorar los límites del derecho de imagen, especialmente de personas fallecidas.

Desde hace décadas se han hecho llamadas reiteradas para subsanar claras omisiones de nuestro sistema para regular esta facultad de comercializar la propia imagen, así como de las facultades para oponerse a usos no autorizados, o incluso denigrantes. El único avance plausible es el que se manifestó en la Ley de Responsabilidad Civil para la Protección del Derecho a la Vida Privada, el Honor y la Propia Imagen en la Ciudad de México que, si bien acotó sus alcances a esta demarcación, en la parte conceptual aportó claridad y referentes.

Asistimos, desde hace un par de décadas, a la explotación exponencial de la imagen de ciertos personajes icónicos. Habrá a quien le parezca que ver la representación de los ojos de Frida en una agenda o una funda de celular resulte en un abaratamiento de los valores que inspiraron a esta destacada mexicana, pero habrá quienes, con su compra, ratifiquen su adhesión a la biografìa del personaje.

En mi opinión, sí es cuestionable que los familiares, alegando venir al rescate de la memoria del fallecido y su insigne huella en la historia, registren marcas y se erijan en propietarios de cualquier expresión vinculada a la persona, siendo que, detrás de sus clamores, no hay más pretensión que lucrar. Definir si están en su derecho, eso es parte de las redefiniciones que el sistema legal deberá abordar. ¿Quería Zapata acabar en una etiqueta de mezcal?

Los propios connacionales del héroe tendríamos mucho que argumentar en contra de la sobre explotación comercial de un ícono de la patria. ¿En qué momento un baluarte pasó del honroso billete de 500 pesos a la hebilla de un cinturón? ¿Solo 'la familia' decide qué uso es honorable y cuál denigrante? Así, los familiares que parasitan la imagen de sus antepasados, parecen ser los primeros en denostarlos al colocarlos en toda suerte de productos y servicios.

Por lo que hace a villanos del tono del 'Chapo' (perdón, El Chapo®), se añade un elemento más a la discusión, consistente en el escalamiento del registro al grado de 'apología del delito'. A la manera de los narcocorridos, ubicar a un criminal condenado por toda clase de delitos de alto impacto a mercancía de culto, parece un contrasentido.

En este reperfilamiento de la legislación aplicable, habrá que revisar, también, esos excesos del tipo Rulfo, recordando el nefasto asunto por el que 'la familia' privó al hoy premio FIL, de la posibilidad de seguir nombrando de esa forma a ese prestigioso reconocimiento. Es de los casos en donde perdimos todos, la familia, la FIL, México, y hasta Juan Rulfo.

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