Mauricio Jalife

Crece intensivamente mercado pirata en el mundo

Mauricio Jalife Daher presenta los datos más relevantes del estudio sobre piratería que realiza la European Union Intellectual Property Office.

El estudio trianual que publica la European Union Intellectual Property Office (EUIPO) revela que la piratería pasó del 2.5% al 3.3% del total del comercio mundial, calificando este crecimiento, por primera vez, como "francamente alarmante". En opinión de la EUIPO, una parte del incremento en el periodo obedece a la mayor participación de marcas registradas y diseños protegidos, que hacen que un mayor número de denuncias sean presentadas en las diversas jurisdicciones. Para nuestro país, estos ejercicios son siempre importantes porque aportan criterios valiosos para poder compararnos. Claramente, en nuestro caso estaríamos por encima del promedio internacional.

Aunque muchos otros países se suman a la lista de proveedores, China la sigue encabezando, cruzando por toda clase de artículos, desde las marcas de lujo en moda y relojes, pasando por intermedios como las piezas de repuesto y refacciones, hasta los que ponen en riesgo la salud de los consumidores como los cosméticos, las medicinas y las bebidas alcohólicas.

Sin embargo, hay aspectos del reporte que no necesariamente son evaluados y que podrían reflejarse en la tasa de comercio ilícito con puntos adicionales. El primer factor, la vorágine de operaciones al menudeo que son realizadas a través de plataformas de comercio electrónico del tipo de Amazon, que inundan los canales de correo privado para alcanzar a consumidores en cualquier parte del planeta, con millones de artículos cada día. Dadas las condiciones de anonimato de muchos de los proveedores, buena parte de los productos falsificados pueden moverse con facilidad por esas rutas, sin ser detectados.

Según el informe de la EUIPO, su estadística emerge de los aseguramientos realizados por las oficinas de aduanas en los distintos países. Según los parámetros que emplea, las investigaciones de productos genuinos que cruzan las fronteras entre países sin autorización del titular de la marca registrada, no se consideran como productos ilegales. Si este grupo de productos, de los que forman el llamado "mercado gris", o importaciones paralelas, fuesen sumados a la estadística, el número doblaría su de por sí abultada fisonomía.

Otro rubro, solo marginalmente considerado en la estadística, es el de la llamada "piratería digital", que en materia de derechos de autor se ha significado como el nuevo gran enemigo. La dispersión de copias apócrifas de canciones, películas, software, videojuegos y libros por vía electrónica, alcanza cifras muy superiores a las de productos, que solo está encontrando contención en la propia tecnología, que reducir costos está eliminando el incentivo natural de la piratería. Casos como Spotify y Netflix dan buena cuenta del fenómeno.

Bajo cualquier óptica que se utilice, las cifras del mercado de la piratería exigen reflexión, y deberían de ahí mover a la acción. El total de tratados de nueva generación, incluyen medidas disuasivas que comprometen a los países a sancionar con mayor rigor las falsificaciones, y a mejorar los sistemas aduaneros de detección; sin embargo, se sigue percibiendo en lo internacional la ausencia de mecanismos de colaboración entre gobiernos, construcción de bases de datos que reflejen tendencias y rutas de tráfico, y apoyos en capacitación de oficiales y personal de agencias gubernamentales. Algo que el fallido ACTA (Tratado contra la Piratería), pretendió, y que ha quedado en un largo suspenso.

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