Mauricio De Maria Y Campos

Lecciones de Vietnam ante la pandemia y el reto económico

En lo que va del año Vietnam ha enfrentado con éxito la guerra sanitaria y la caída de la de la economía mundial.

En Memoria de Salvador de Lara, gran diplomático económico mexicano.

Ho Chi Minh alguna vez señaló que "la tormenta es una buena oportunidad para que el pino y el ciprés muestren su fuerza y su estabilidad". Y vaya que Vietnam ha superado numerosas tormentas a lo largo de su historia: dominación secular China, colonización francesa, invasión japonesa y una larga guerra de defensa nacional frente a Estados Unidos.

En lo que va del año Vietnam ha enfrentado con éxito la guerra sanitaria y la caída de la de la economía mundial. Una vez más está ganando la batalla y dejando lecciones que México y otros países emergentes tendríamos que asimilar. Así lo han reconocido el FMI y la OMS, Lamentablemente los gobiernos, incluyendo el nuestro, han estado demasiado ocupados lidiando sus propios toros bravos. El éxito de Vietnam con sus 96 millones de habitantes ha pasado relativamente desapercibido y debería ser motivo de particular atención.

Según el informe del FMI: "El éxito de Vietnam en la contención del Cpvid-19 ofrece un mapa de ruta para otros países en desarrollo" (Junio 29, 2020); en 2020 no crecerá a 7 por ciento promedio de los últimos 30 años (tasa sólo inferior a la de China), sino sólo a 2.7 por ciento -más que su vecino del norte. ¿Cómo se explica esa perspectiva?

Al principio, el horizonte no parecía muy halagüeño. Los mil 300 kilómetros de frontera con China, su gran relación comercial y de inversiones con ese país y sus áreas urbanas densamente pobladas lo hacían potencialmente vulnerable. Sin embargo, su estrategia previsora y de combate a emergencias, resultado de guerras y catástrofes pasadas, llevó al gobierno y a la sociedad vietnamita a reaccionar con gran rapidez y eficacia sanitaria.

Desde los primeros días de enero, cuando se percataron de ciertos casos raros de pulmonía en China, el PM de Vietnam estableció una política drástica de alerta y contención, otorgando prioridad a la salud sobre la economía con apoyo del Ejército, los servicios de seguridad, las empresas y la red de organizaciones civiles a nivel regional y municipal. Cerraron los aeropuertos y el resto de las comunicaciones con China y pararon el turismo proveniente del exterior. Pusieron en cuarentena a los primeros sospechosos y a sus vecinos y establecieron un sistema muy efectivo de comunicación con toda la población, para garantizar la higiene, la sana distancia y la disponibilidad de alimentos y medicamentos.

Hasta el 30 de julio no tenía casos de contagios locales y ni un solo muerto. Lamentablemente, confiados de su éxito y afectados por la caída de la economía, a mediados de julio eliminaron la obligación del uso del tapabocas y abrieron sectores estratégicos, incluyendo restaurantes y turismo interno. Vino un brote de contagio inesperado en Danang, que ha generado ya cientos de contagios y un total de 27 muertos. Afortunadamente gobierno y sociedad vietnamita reaccionaron de inmediato y parecen haber logrado contenerlo en su localidad de origen con la misma rapidez y contundencia que lo hicieron en enero y lo han hecho también los chinos ante brotes sorpresivos. Horas después del primer caso cerraron el aeropuerto de la ciudad portuaria, confinaron a los sospechosos en hospitales y los sometieron a pruebas. Las playas, bares y restaurantes se cerraron y nuevamente los tapabocas son obligatorios. La tradición confuciana de sano distanciamiento- sin saludos y despedidas de besos y abrazos- regresó.

El FMI y la OMS reconocen que el sistema vietnamita de control ha sido desde un principio muy efectivo y de implementación de bajo costo. Según el FMI el costo presupuestal en el primer semestre de 2020 fue de 0.2 por ciento del PIB. No ha dependido tanto de pruebas como de organización, disciplina, seguimiento y comunicación, incluyendo 14 días de cuarentena para las llegadas internacionales. En contraste con otros países que han establecido costosos programas masivos de pruebas, Vietnam las ha concentrado en grupos de alto riesgo y casos sospechosos por barrios. A fines de junio había aplicado sólo 300 mil pruebas, muy pocas para el tamaño de su población, pero el coeficiente más alto del mundo- mil pruebas por caso confirmado. Una vez identificado la huella es seguida intensamente, a veces poniendo en cuarentena a toda una calle o todo un pueblo.

Vietnam ha sido muy exitoso también en la emergencia económica, aunque el daño ha ido inevitable por su gran relación con el exterior y la importancia de sus exportaciones a mercados de EU, Europa y Asia, que han permanecido relativamente cerrados. Los programas de apoyo a empresas estratégicas y a las Pymes por parte de la banca de desarrollo y de los bancos comerciales estatales han sido claves

Pero dos factores cruciales han sido el control sanitario y el descubrimiento por parte de la inversión extranjera de que, en medio de las fallas del mercado global y la excesiva dependencia de abastecimientos chinos, Vietnam constituye una opción crecientemente competitiva, al lado de China, con un gobierno muy estable y eficaz, con mano de obra relativamente barata y excelente calificación.

Un interesante artículo reciente de Vietnam News (agosto 11): "Vietnam espera una inminente nueva ola de inversión extranjera," describe su gran crecimiento en los primeros cinco meses del año; en medio de la pandemia fluyeron 16.74 mil millones USD, un aumento de 61 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. Las perspectivas para el resto del año y 2021-22 parecen todavía más halagüeñas. En julio 15 importantes empresas japonesas recibieron apoyos para relocalizar sus inversiones a Vietnam. Según JETRO son las primeras de un total de 87 empresas incluidas en un programa del gobierno japonés de 687 millones de dólares para relocalizarse fuera de China. Pero no sólo se trata de inversiones japonesas; también se esperan grandes expansiones y nuevas empresas de Corea del Sur, Europa y EU: LG, Heineken, Apple, Universal Alloys, Qualcomm, Panasonic.

Don Lam, CEO del gran fondo de inversión VinaCaptal, argumenta que la crisis del Covid-19 ha revelado las debilidades de muchas cadenas de valor global y la continuidad de un proceso de desglobalización, que se inició silenciosamente desde 2008. "En este marco Vietnam constituye una excepción. Su eficacia frente a la pandemia le ha dado gran prestigio y su creciente productividad y nivel tecnológico la hace candidata a elevación en las cadenas de valor. Su atractivo para la inversión industrial es similar al de China hace 10-15 años".

¿Que ésta haciendo el gobierno de Vietnam frente a la expectativa de un flujo creciente de IED? El viceministro de Planeación e Inversiones Vu Dai Thang, responde que se va a fortalecer el marco legal e institucional de inversiones y comercio para que su país aproveche mejor la IED; se va a mejorar la infraestructura logística y la capacidad técnica de los trabajadores y se va a intensificar la vinculación entre ciudades y regiones para desarrollar fuentes locales de materias primas, componentes y capacidad tecnológica. Ello implicará un nuevo reto para la banca de desarrollo y la banca comercial.

En este entorno urge a México poner bajo control la pandemia y lanzar a la brevedad posible la renovada política industrial que se ha prometido desde la campaña de AMLO, asegurando que ello ocurra a la altura que lo demanda la hora actual. De lo contrario corremos el riesgo de profundizar el rezago industrial, pasar del estancamiento estabilizador al franco declive y desaprovechar la oportunidad de la crisis global.

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