Despertador

Las cifras del inicio del sexenio

Batres habla del comportamiento positivo de indicadores en México como los precios del gas LP y de gasolinas a la baja, mientras que el peso sigue recuperándose

La primer semana de febrero concluyó con un panorama positivo para México y su gobierno. Diversos medios de comunicación publicaron datos objetivos que dan testimonio del panorama del país en el arranque del primer año del sexenio.

•La inflación alcanzó el 0.09 por ciento el nivel más bajo desde diciembre de 2016, cuando se ubicó en 0.46 por ciento. Según el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) la inflación el aumento de precios en el primer mes del año fue menor al pronosticado por los analistas.

Este fenómeno se presentó gracias a que la gasolina bajó 2.40 por ciento, el gas doméstico redujo su precio en 2.52 por ciento, el costo del tomate verde se redujo 35.20 por ciento, el jitomate disminuyó 14.87 por ciento y el transporte aéreo redujo sus tarifas un 32.26 por ciento, entre otros.

•Llegamos al más alto índice de confianza del consumidor. De acuerdo con el indicador elaborado en conjunto por el INEGI y el Banco de México, hay un crecimiento en esta asignatura de 11.1 puntos en comparación al escenario de enero de 2018.

Según este análisis la certidumbre de los hogares creció y se ubicó en un nivel de 48.4, mientras que la opinión sobre la situación del país aumentó y se colocó en los 40.2 puntos.

•Incrementó la producción y exportación de autos. De acuerdo con el Registro Administrativo de la Industria Automotriz de Vehículos Ligeros, en enero la fabricación de automotores se elevó 9.85 por ciento respecto al mismo mes del año pasado. En cuanto a las exportaciones, éstas se elevaron en un 4.85 por ciento.

•El peso sigue ganando terreno paulatinamente frente al dólar que se cotiza en alrededor de 19.35 pesos a la venta y 18.50 a la compra.

•La Guardia Nacional, que se debate en el Senado de la República, cuenta con un 80 por ciento de aprobación ciudadana.

• El Presidente de la República alcanzó su nivel más alto de aprobación hasta el momento. De acuerdo con la encuesta publicada por El Financiero el jueves 7 de enero, el 86 por ciento de la población aprueba el desempeño de Andrés Manuel López Obrador como Primer Mandatario. El crecimiento de su aprobación es de nueve puntos respecto a diciembre del 2018.

Según los datos de la medición de esta casa editorial el 80 por ciento de la población tiene muy buena o buena opinión sobre la actuación del Presidente en el combate al robo de gasolinas, 65 por ciento lo aprueba ante el accidente de Tlahuelilpan, el 56 por ciento ante los bloqueos de la CNTE y el 54 por ciento respalda su postura respecto a Venezuela.

Como podemos observar, el país está bien. Hacía años que precios como el de la gasolina y el gas domésticos, indispensables para la vida contemporánea no bajaban. La inflación es más baja que la última vez que fue baja. El peso se recupera frente al dólar. Esto se traduce en una mayor confianza por parte de las familias mexicanas, en una estabilidad política y en una amplia aceptación del Presidente, nunca vista al menos en las últimas cuatro décadas. Ahí están los datos duros, son números, no rumores.

Esta realidad contrasta con la propaganda política de la derecha que desde 2006 rezaba que López Obrador era "un peligro para México". Luego, ya con el triunfo de Morena en la pasada elección presidencial, los llamados analistas comenzaron a alertar sobre los riesgos económicos que significaban la llegada al poder de una fuerza anti neoliberal.

Sin embargo, la actualidad del país indica que las campañas de miedo, los análisis alertadores de supuestos líderes de opinión más que en verdades objetivas están fundados en fobias políticas y supersticiones ideológicas.

El ejemplo más claro es que durante décadas analistas y organismos internacionales indicaron que las percepciones de los trabajadores no deberían incrementar porque se generaría una escalada inflacionaria que repercutiría en la estabilidad financiera del país. Pues bien, México cerró 2018 con un incremento histórico al salario mínimo y no sólo no ocurrió la tragedia anunciada, sino que el país experimenta una marcada baja inflacionaria.

Las cifras son claras.

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