Despertador

Ecuador y el ciclo progresista latinoamericano

Algunos analistas dieron por concluido el ciclo progresista con las derrotas electorales de la izquierda en Chile, Argentina, Uruguay y El Salvador. Sin embargo, los recientes resultados electorales de Ecuador parecen confirmar que sigue abierto.

El autor es Senador de la República

Los recientes resultados electorales en la primera vuelta presidencial de Ecuador evidencian la fortaleza de la izquierda en ese país andino, a pesar del viraje conservador impreso por el actual mandatario, Lenin Moreno, quien al parecer, infructuosamente trató de borrar el legado de su antecesor Rafael Correa. En efecto, Andrés Arauz, identificado con la orientación de la revolución ciudadana correísta, triunfó en la primera vuelta, con el 32.09 por ciento de los votos. Además, el representante del movimiento indígena, Yaku Pérez obtuvo el 19.80 por ciento de los votos y el candidato de la Izquierda Democrática, Xavier Hervas, alcanzó el 16 por ciento de los sufragios. El conservador oficialista Guillermo Lasso solo llegó al 19.60 por ciento de la votación. Estos resultados confirman que el llamado ciclo progresista en América Latina sigue vivo, a pesar de algunas derrotas, golpes blandos o duros y traiciones.

Al comenzar el siglo XXI, en América Latina comenzó a vivirse un cambio político con los numerosos y consecutivos triunfos electorales de las fuerzas progresistas en varios países de la región.

Soledad Stoessel destaca que: "La emergencia de experiencias políticas progresistas en países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Paraguay, Uruguay y Venezuela colocó a la academia frente al desafío de pensar y analizar los rasgos y especificidades que asumieron los procesos políticos contemporáneos. Hacia el año 2008, once de los dieciocho países latinoamericanos eran gobernados por presidentes de centroizquierda o izquierda". Gema Ubasart-González y Analía Minteguiaga agregan a Perú. Otros ponen también a Honduras. Y recientemente, a México.

Gabriela Vázquez Olivera dice: "Sentar nuevos objetivos en el ámbito de la política social ha sido un proceso político que los gobiernos surgidos de fuerzas de izquierda han enfrentado desde diferentes perspectivas, pero en todos los casos han enfatizado la necesidad de impulsar acciones de gobierno orientadas al bienestar social".

Gibrán Cruz-Martínez dice que en las dos primeras décadas del siglo XXI, América Latina ha vivido, con interrupciones o continuidades, un ciclo progresista que ha tenido en lo social su principal reflejo.

Carmen Midaglia, Gerardo Ordoñez y Enrique Valencia sostienen que: "Entre 2003-2013 la región logró combinar crecimiento con ciertas dosis de distribución económica, a través de la puesta en práctica de un conjunto de intervenciones públicas, que supusieron la promoción de nuevas medidas de protección, ajustes o reformulaciones de los clásicos servicios sociales (educación y salud)".

En su número de diciembre de 2018, la revista mexicana Nexos compiló un conjunto de artículos en los que se realiza un balance sobre los gobiernos de izquierda en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela. En la editorial que precede a esos artículos se afirma: "México inaugura este mes de diciembre un gobierno encabezado por la izquierda. Parece una excepción en el oleaje arrasador de la caída de los gobiernos progresistas en América Latina luego de una década de marea favorable. La derecha, refinada o grosera, ha tomado los gobiernos de Chile, Argentina, Ecuador y Brasil".

Algunos analistas dieron por concluido el ciclo progresista con las derrotas electorales de la izquierda en Chile, Argentina, Uruguay y El Salvador, las deposiciones de gobernantes en Paraguay, Honduras, Brasil y Bolivia, y el giro neoliberal en Ecuador. Sin embargo, la victoria en México y el regreso en Argentina y Bolivia, de las fuerzas progresistas, entre 2018 y 2020, así como las grandes movilizaciones sociales en Chile, han llevado a otros autores a afirmar que el ciclo progresista sigue abierto. Los recientes resultados electorales de Ecuador parecen confirmar que, con todas sus contradicciones, insuficiencias y dificultades, el ciclo progresista latinoamericano sigue abierto.

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