Opinión Maria Patricia Kurczyn Villalobos

Va en serio: “el nueve ninguna se mueve”

Los movimientos feministas son y han sido exitosos y no hay que olvidar que el recorrido de miles de mujeres por siglos, ha abierto los caminos que hoy se transitan por más y más mujeres, con metas mucho más altas y ambiciosas.

"EL NUEVE NINGUNA SE MUEVE"; #UN DIA SIN NOSOTRAS, corresponde a un enérgico acto feminista frente a la violencia de género y la ineficacia del Estado en su previsión y en su castigo, prolongada por varios años y agravada en los últimos meses.

La paralización femenina afectará a millones de mexicanos social y económicamente, pero afecta mucho más el crimen. La fuerza de los movimientos feministas han logrado disminuir fenómenos de discriminación y violación de derechos como ahora se pretende. Hoy, las mujeres, por nosotras y por nuestras familias, exigimos el cese inmediato a esta barbarie, epidemia del mal, de odio, de venganza, de descomposición, de anomia.

Esta magna expresión social puede replicarse en otros países con efectos positivos como sería crear conciencia sobre todo tipo de violencia de género y de saber hasta dónde puede llegar el poder de autodefensa de las mujeres. "EL NUEVE NINGUNA SE MUEVE", lleva mensajes claros y directos a la sociedad en general, concretamente a las autoridades de todos los niveles que tienen bajo su responsabilidad el diseño y el ejercicio de las políticas públicas de seguridad y paz pública, como lo ha hecho el perseverante y valiente movimiento de las Madres de Plaza de Mayo ejemplo del poder de la sociedad civil que hoy visibilizará el doloroso y dantesco escenario mexicano con tolerancia inexplicable.

La brutalidad se ha convertido en conducta consentida y la sociedad responde con lágrimas, lamentos y críticas, con acusaciones a las autoridades por la ineficiencia para combatirla; solo actúa a través de redes sociales con difusión de datos de autocuidado, alertas de asaltos y otros ilícitos; sugiere precauciones, pero carece de facultades legales para combatirlos. Nos resistimos a contemplar este escenario con brazos cruzados.

El tema no es menor, un promedio de 10 mujeres asesinadas por día significa terminar el año con 3,650 víctimas mujeres, y ¿no pasa nada? Ni una más, es la consigna. Y curioso, ¿porqué destaca la protesta de madres y hermanas cuando el activismo de la sociedad corresponde a todas y a todos? ¿No hay padres, hermanos e hijos mayores ofendidos?

¿Cómo sobrepasar este drama solo con leyes? Permítanme reir, soy abogada apasionada por la justicia con fe absoluta en el estado de derecho, pero la sola prohibición de violar, torturar y matar no tiene éxito como tampoco lo tiene elevar los años de prisión y crear comisiones y más comisiones. Creerlo es de párvulos.

Urge analizar científica y pluridisciplinariamente el fenómeno de odio, el complejo machista, la ausencia de ética y la ausente sensibilidad humanitaria. Urge educar para cumplir con los derechos humanos, fomentar y exigir el respeto al prójimo con las autoridades al frente y el indiscutible apoyo de la sociedad.

Necesitamos más transparencia, aliada poderosa para informar ampliamente lo que ocurre y cómo ocurre, dar a conocer las acciones legales, la conclusión de cada investigación y los procesos judiciales uno a uno. La transparencia impide la impunidad y combate la corrupción en todos los niveles.

Los movimientos feministas son y han sido exitosos y no hay que olvidar que el recorrido de miles de mujeres por siglos, ha abierto los caminos que hoy se transitan por más y más mujeres, con metas mucho más altas y ambiciosas.

La historia da cuenta de la lucha por el reconocimiento de igualdad: el sufragio, el derecho al aborto, la discriminación laboral, etcétera y aun cuando no se han conseguido plenamente y faltan muchos, hay cambios notables en los derechos laborales, civiles y políticos. Es cuestión de educar, de seguir y de exigir. Lamentablemente en muchos de estos esfuerzos ha corrido sangre, pero no en la cantidad que se ha derramado en los temibles asesinatos de las miles de mujeres mexicanas cuya única razón para morir violentamente es haber sido mujer. ¡Ya basta! ¡Estamos listas para nuestra defensa!

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