Costo de oportunidad

Desde el país donde el crimen progresó

La probabilidad de castigo para un criminal duro en México es muy baja, casi cero. Es lo que en estadística se conoce como el error tipo II, falsos negativos.

No lo digo yo. Lo dice la lectura larga del Financial Times de este fin de semana, firmada por Michael Stott y Christine Murray desde la CDMX. “Los cárteles de la droga mexicanos están progresando”. Stott y Murray dicen que esta situación pone en peligro la viabilidad de México como país. Creo que tienen razón.

Dicen que la diosa Némesis te concedía tu más anhelado deseo, como una maldición. Seguramente, como muchos políticos, la Dra. Sheinbaum tenía el sueño de ser presidenta de la República, aspiración legítima. Némesis le concedió su deseo, con una maldición en forma de dilema: distanciarse del presidente López, y decir que ella va a componer todo aquello que marcha mal, o decir que todo está bien, manteniendo la cercanía con su mentor político, pero incurriendo en un costo electoral enorme. Es muy claro que la doctora optó por la segunda opción, y eso le está costando. Después de la marcha del domingo 19 de mayo, con el color magenta expropiado por el Instituto Nacional Electoral, ha quedado claro que el apoyo a la oposición que encabeza Xóchitl Galvez es mayor de lo que nos dicen las encuestas y otros instrumentos.

Y sí: el crimen es uno de los puntos flacos de la estrategia lopezobradorista y sheinbaumista. Su estrategia parecería anclada en algún tipo de lógica. La pobreza es lo que orilla a la gente al crimen, dicen los morenistas. Por ello, hay que atacar las causas de la pobreza y la desigualdad, y el crimen desaparecerá como por arte de magia.

Esta lógica no es correcta. Sí hay mucha gente pobre que son mano de obra del crimen organizado, pero todo indica que terminaron en esa situación por una leva forzosa o al menos por la vía del chantaje. La propensión para delinquir depende de las preferencias de las personas, nos diría la microeconomía. Hay gente que está dispuesta a aceptar más riesgo que otros. De hecho, hay agentes económicos que les gusta el riesgo, y hay otros que lo evitan. Sin embargo, la empresa criminal se parece a otras empresas en su búsqueda del lucro, nos diría el difunto profesor Gary Becker, de la Universidad de Chicago, en su famoso artículo de 1971-73 intitulado ‘Crimen y castigo’.

La probabilidad de castigo para un criminal duro en México es muy baja, casi cero. Es lo que en estadística conocemos como el error estadístico tipo II, falsos negativos. Los criminales de alto nivel en México no tocan la cárcel. La probabilidad de castigo para un inocente, un error estadístico tipo I, falso positivo, es mucho mayor. Las cárceles están llenas de inocentes, o al menos, de gente que el Estado tiene encerrada por sospecha de ser criminales, no porque se haya demostrado su culpabilidad. La Dra. Sheinbaum y su mentor político López desean mantener la prisión preventiva oficiosa, que precisamente perpetúa estas injusticias perpetradas por el aparato de justicia.

Gary Becker nos diría que, para disuadir al criminal, la probabilidad de castigo debe ser mayor. Incluso, penas más duras no funcionan, porque al juzgador le va a temblar la mano al imponerlas.

De estas cuestiones platicamos en el libro Con la mirada hacia adelante, en donde un grupo de personas que creemos en la posibilidad de la mejoría institucional de México escribimos al respecto. El libro está disponible en Kindle Store, si lo quieres en formato de e-book, pero también tenemos un documento pdf gratuito aquí: https://www.conlamiradahaciaadelante.com .

Aquí hay enseñanzas para ambas candidatas. Sheinbaum dice que continuará la estrategia de Don Andrés: eso no funcionará. Los pobres no son criminales de alto grado. La teoría del mentor está mal; Claudia, necesitas una nueva, más parecida a la de Becker.

En el caso de Xóchitl, nos tiene que decir cómo es que piensa hacer valer la ley. Cómo es que va a elevar la probabilidad de castigo de los criminales, no de gente que ni la debe ni la teme. Hacer cárceles más grandes, algo que ha dicho el frente, no resuelve el problema. Desde antes de López Obrador, de la sustitución de balazos por abrazos, y de teorías increíbles como que los homicidios no implican más violencia, México ya era un país con un sistema de impartición de justicia absurdamente injusto. Si no me crees, votante joven, ve la película de 2009 Presunto Culpable de Layda Negrete, Roberto Hernández y Geoffrey Smith.

Colofón: tener a los militares de albañiles no ayuda. Elevó la producción (no la productividad) del sector construcción; pero se nos cayó la productividad y la producción del sector seguridad y justicia. Los datos están a la vista.

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