Fuera de la Caja

Fraccionando

En las entidades que decidieron retirarse de la Conago la coalición de López Obrador no había tenido éxito nunca, y apenas en 2018 obtuvo el voto por la presidencia.

En la primera semana de este mes de la patria, diez gobernadores decidieron retirarse de la Conferencia Nacional de Gobernadores, Conago, debido a discrepancias con el gobierno federal. Han constituido en su lugar la Alianza Federalista.

De esas diez entidades, siete no fueron totalmente ganadas por la coalición de López Obrador en 2018: Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes, Durango, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Las tres restantes, Michoacán, Colima y Chihuahua, sí tuvieron mayoría de parte de este grupo. Otras cuatro, Querétaro, Zacatecas, San Luis Potosí y Yucatán, tampoco fueron ganadas por la coalición de manera absoluta, pero no se sumaron al éxodo.

Hay diversas razones por las cuales los gobernadores deciden confrontar. Primero, el manejo de la pandemia, que ha sido desastroso por parte del gobierno federal (posiblemente el peor del mundo, puesto que tenemos casi la misma cantidad de muertes en exceso que Estados Unidos, que tiene tres veces más población). Segundo, la distribución de recursos, que es un tema histórico, pero en momentos de recesión se vuelve más importante. Tercero, la actitud frente a la inversión privada, que es la que ha hecho exitosos a todos esos estados, y no es bien vista por el Presidente.

Pero hay una cuarta razón, que es la que planteamos al inicio: son entidades en las que la coalición de López Obrador no había tenido éxito nunca, y apenas en 2018 logró obtener el voto por la presidencia (salvo en Guanajuato), pero no por senadores, diputados o congresos locales. Es decir, hay un fondo político relevante en la decisión.

Curiosamente, Nayarit, Sinaloa, Sonora y las dos Bajas sí fueron ganadas por completo por López Obrador. En Baja California ese triunfo se refrendó con la elección de gobernador de 2019. En Baja Sur, el Congreso local ha iniciado un golpe de Estado al gobernador desde hace unos meses. En los tres estados restantes, la presión es considerable. El triunfo avasallador de López Obrador en esos estados, que no se repitió en el resto del norte del país, tal vez se explique por su cercanía con El Chapo, expresada en las atenciones que ha tenido con su hijo y su madre. Tal vez haya otra explicación.

Quitando esas cinco entidades, el resto del norte de México, es decir, al norte del paralelo 20, no parece coincidir con el rumbo que ha tomado el país, que ayer mostramos con base en las prioridades presupuestales, las únicas existentes: caprichos presidenciales, compra de votos y fortalecimiento de los militares. Nada de promoción de inversión o apoyo a educación y salud, que son los temas del norte.

Supongo que el anuncio de la decisión de los gobernadores se midió contra la presentación del Presupuesto, que imaginaban les reduciría recursos, como efectivamente ocurrió. Es posible que con la nueva Alianza intenten presionar para modificar esa decisión, pero sus diputados no son suficientes para cambiarla, y por eso optaron por la vía política, en lugar de la parlamentaria.

A últimas fechas he visto muchas personas que claman por la existencia de oposición, y no parecen darse cuenta de lo que este movimiento significa. La Conago se formó ya en el periodo democrático del país, como instrumento de negociación con el gobierno federal. Su ruptura implica un cambio brutal en los equilibrios. En los hechos, un tercio de las entidades son oposición, sin importar el partido político detrás del gobernador de cada una de ellas.

Queda por ver qué ocurrirá con las cuatro entidades que políticamente tienen la misma querencia, o con las cinco que parecen controladas por otro dueño. En las demás, el desastre de gobierno que ha significado Morena (Puebla, Veracruz) no sabemos aún adónde lleve. Sume usted, y entenderá mejor la desesperación del boletero.

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