Fuera de la Caja

Cambio de ruta

Faltan varios meses para que la actividad regrese a niveles normales, y cuando lo haga, no será de forma idéntica a como era antes.

Este lunes se supo que Pfizer ha avanzado mucho en el desarrollo de la vacuna contra Covid, y se afirma que puede alcanzar más de 90 por ciento de eficiencia. La noticia provocó un alza general en los mercados de valores, pero también un reacomodo muy interesante.

Empresas que habían tenido un desempeño excepcional durante la pandemia, como Zoom, sufrieron una caída en su cotización, mientras que otras que se habían rezagado, incluyendo petroleras, gozaron de recuperación. En ambos casos, ajustes de un par de dígitos, que nos recuerdan cómo la situación actual es distinta de lo que vivimos antes, pero también de lo que viviremos después.

Los expertos nos irán aclarando el tema de las vacunas, aunque sabemos que tanto la de Pfizer como la de AstraZeneca están casi listas, y podrían empezar a distribuirse en el primer trimestre de 2021. No tengo idea de cuántas dosis habrá disponibles para el mundo, ni mucho menos para México. Tampoco sé si tendremos la capacidad de distribuirlas adecuadamente, después del desastre que ha significado el actual gobierno en el sistema que antes funcionaba razonablemente bien. Como le digo, ya habrá expertos que nos ilustren.

Lo que sí podemos comentar desde hoy es que faltan varios meses para que la actividad regrese a niveles normales, y cuando lo haga, no será de forma idéntica a como era antes. Por ejemplo, los mexicanos han aprendido a utilizar el comercio electrónico, que antes menospreciaban. No sé si por no querer aprender a usar las herramientas, por miedo a fraudes electrónicos, o por el gusto de ir a pasear a la plaza comercial, pero la penetración de ese comercio era muy limitada. Ya aprendimos, y eso no se va a olvidar. Conviene recordar cómo en Estados Unidos, en los últimos cinco años, Amazon fue desplazando centros comerciales completos, provocando un ajuste en el mercado inmobiliario. Algo así creo que veremos en México, con todas las diferencias imaginables.

Este fenómeno también es probable que ocurra en el espacio de oficinas, aunque en menor medida. Tanto jefes como colaboradores han aprendido que pueden rendir muy bien sin desplazarse todos los días a un lugar específico. No me extrañaría que para fines de 2021, o tal vez 2022, hablemos de horarios mixtos, con una o dos reuniones por semana en la oficina, y el resto del tiempo donde cada uno quiera y pueda.

Estos cambios significan una transformación en la energía consumida. En lugar de usar gasolina, se usa electricidad, y no en el centro de trabajo, sino en la casa. En un documento de trabajo muy reciente en NBER, Steve Cicala ha documentado que durante la pandemia todos los días son domingo, en términos de consumo de electricidad doméstica. Ya habrá que discutir cómo se cubre ese gasto, pero es un cambio ineludible.

Ciertamente, esto no aplica a trabajadores de la industria o el comercio, que tienen que acudir a su lugar de trabajo, y tal vez tampoco a la burocracia, pero los demás, que no son pocos, aprovecharán para modificar sus hábitos previos. Si no es necesario ir al súper o a la plaza comercial, ni a la oficina todos los días, entonces cualquier lugar es bueno para vivir. Claro, sin considerar la educación de los hijos.

Pero en este rubro tal vez valga la pena poner a examen lo que la escuela realmente ofrece. La convivencia infantil es invaluable, pero el aprendizaje es muy limitado. ¿No conviene ir a una comunidad más pequeña, donde haya esa convivencia, y cubrir el aprendizaje de otra forma? No hablo de soluciones para todos los seres humanos, pero sí de un cambio de ruta contra lo que habíamos hecho por milenios. Piénsele un rato, y verá que la tecnología realmente nos abre caminos diferentes.

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