Ayer por la mañana se hizo el anuncio oficial del fichaje de Hirving Chucky Lozano por el San Diego FC. A los 28 años, un año más joven que Carlos Vela cuando fue anunciado por el LAFC, el que en teoría es el mejor futbolista mexicano en Europa deja el Viejo Continente para fichar por un club de expansión de la MLS. ¡Terrible!
Chucky se va a embolsar unos 9 millones de dólares por cada uno de los cuatro4 años que firmó con el equipo californiano. Cuando termine su contrato, tendrá 32 años y mínimas posibilidades de volver a Europa. De cara al Mundial 2026, el delantero que marcó aquel famoso gol con el que México le ganó a Alemania en Rusia 2018, tendrá año y medio fuera del futbol más competitivo del planeta para venir a jugar a uno que no puede siquiera competir con la Liga MX en juegos de ida y vuelta -me refiero a la Concacaf Champions Cup y no a la Leagues Cup que se disputa con todo a favor para nuestros vecinos-, en un equipo que actualmente no tiene entrenador y un plantel con cuatro jugadores, incluido Lozano: el portero estadounidense Duran Ferree, cedido en el Orange County SC, y los daneses Jeppe Tverskov y Marcus Ingvartsen, quienes llegan desde el Nordsjaelland el próximo 1 de enero. Este paso es el principio del retiro del Chucky, sobre todo con un salario así y la merma en su rendimiento de los últimos años.
Así, México sigue perdiendo futbolistas en Europa. Para la Copa América 2024, el entrenador Jaime Lozano únicamente llamó a siete de los diez disponibles: Jorge Sánchez (Porto), César Montes (Almería), Johan Vásquez (Genoa), Edson Álvarez (West Ham), Orbelín Pineda (AEK Atenas), Santiago Giménez (Feyenoord) y Luis Chávez (Dynamo Moscú). Quedaron fuera Raúl Jiménez (Fulham), quien completó una temporada sin brillo; Julián Araujo (cedido desde el Barcelona en Las Palmas) y Rodolfo Pizarro (AEK).
Sin embargo, de los que van, hay que poner asterisco en tres: Chávez juega en una Liga apestada por la UEFA por la guerra de Rusia en Ucrania, Sánchez dejará al Porto, donde está cedido desde el Ajax, y seguramente fichará por Cruz Azul; y César Montes, a quien le costó ser titular en el Almería, con el que vivió su segundo descenso consecutivo en LaLiga, luego del sufrido con el Espanyol.
Entre las Ligas top de Europa (España, Inglaterra, Alemania, Italia y Francia), solo hay tres jugadores en el actual equipo tricolor, y ninguno de ellos participa en un club grande. ¿Con qué materia prima queremos que Lozano haga un papel decente en el Mundial 2026?
México sigue retrocediendo en cuanto a jugadores de verdadera élite. En el Mundial 2006, en Alemania, solo había tres jugadores en Europa, entre ellos Rafael Márquez, quien llegaba como campeón de Europa con el Barcelona a la Copa. Para Sudáfrica 2010 había nueve, incluido Chicharito, quien aparecía con Guadalajara, pero ya había sido transferido al Manchester United. A Brasil 2014 se llevaron ocho ‘europeos’, a Rusia 2018, 11; y a Qatar 2022, nueve. ¿Cuántos mexicanos habrá en el otro lado del charco para 2026? La tendencia dice que menos de los que actualmente hay, pues solo un par de jugadores de esta Selección se perfilan para ir a Europa y más de los que están allá, suenan para regresar. Estados Unidos, por su parte, tiene a 22, sí, ¡VEINTIDÓS!, con jugadores en clubes como Betis, Juventus (2), Milan (2) o PSV (2).
El miércoles, la Selección Mexicana se comió cuatro goles ante Uruguay; Jaime Lozano mostró a todo el mundo que es un entrenador novato al que, muy posiblemente, le queda muy grande el puesto. ¿Es el principio del fin para Jaime? La afirmación no llega desde el estómago, sino desde el currículum del exfutbolista de Pumas, Cruz Azul o Tigres. Estilos de juego poco claros, elección de elementos cuestionable, gestión de grupo pobre y, lo peor, mínima capacidad de toma de decisiones. Lozano no ha levantado la mano ante los jerarcas del futbol mexicano para pedir ayuda ni les ha propuesto una solución que permita dar tranquilidad y borrar los pensamientos catastróficos de cara a un posible papelón en el Mundial en casa.
El dinero ha sido el principal obstáculo para todo: alta tasación de los jugadores para salir de México, y sueldos mareantes para nuestras ‘estrellas’ en Estados Unidos -o en México, ya habíamos tratado este tema en esta columna-, con más ambición de hacer dinero en el corto plazo que ambiciones deportivas.
La fórmula es la peor posible, ¿cómo se puede luchar contra eso? No se puede, pues, efectivamente, este es un tema de mentalidad, pero no solo de los jugadores para con sus bolsillos, también de los directivos, en términos económicos y en términos deportivos para con sus respectivos clubes sobre la Selección. No importa cuántas joyas salgan de las fuerzas básicas de los equipos si después, alguien en el camino aquí mismo en México, torpedea el desarrollo de estos jugadores al priorizar siempre lo económico.
No hay buen presagio de quinto partido en 2026.